Empresa

Entrevistas de salida: pros y contras de esta fórmula

Las entrevistas de salida son un mecanismo para evitar la fuga de talento en las empresas. ¿En qué consisten? ¿Por qué benefician a la empresa y a los empleados? ¿Cómo se llevan a cabo? A medida que más trabajadores descubren nuevas oportunidades y demandan cambios en sus condiciones de trabajo, las compañías deben aprender a escuchar cuando los trabajadores se van.

La mitad de los empleados de menos de 35 años está pensando en cambiar de trabajo

¿Qué son las entrevistas de salida?

Una entrevista de salida es una formalidad análoga a la que se realiza con nuevas incorporaciones, pero que pone el foco en los motivos de la renuncia por parte del empleado. Si las entrevistas de entrada a los candidatos tienen por objetivo entender qué pueden aportar estos a la compañía, las entrevistas de salida buscan entender por qué se marcha.

Qué puede aprender la empresa con las entrevistas de salida

Hay varios objetivos por los que resulta interesante organizar una entrevista de salida:

  1. Determinar las causas del abandono. Para las organizaciones, las entrevistas de salida son una herramienta clave para comprender sus puntos débiles con los trabajadores. Es decir, cómo de adecuadas son las condiciones laborales o cómo son estas percibidas por quienes están contratados.

Sin presionar y con humildad, porque quien se marcha no tiene obligación de responder, estos mecanismos persiguen identificar las razones del empleado para abandonar la empresa. Puede que factores como el salario, el horario o la conciliación estén en los primeros puestos.

  1. Entender qué busca el trabajador. Es posible que no haya nada intrínsecamente malo en la compañía. Puede que la persona que se marcha simplemente busque nuevos horizontes, un lugar donde crecer, más responsabilidad, y que la empresa no se los pueda dar.

Ser capaces de descubrir qué anhelos tienen los trabajadores quizá no ayude a evitar esa marcha, pero sí a tomar medidas para evitar que vuelva a ocurrir. Por ejemplo, si la persona ha encontrado un trabajo más cerca de casa, es posible plantear estrategias a futuro para buscar candidatos en las inmediaciones.

  1. Renegociar el contrato. A veces, las entrevistas de salida funcionan de forma similar a las llamadas comerciales cuando un cliente abandona un servicio: si se entiende por qué se va y qué busca, quizá sea posible ofrecérselo. Sin garantías, porque nunca las hay, pero podría renegociarse el contrato y conservar a la persona.
  2. Retener talento. Con frecuencia, la fuga de talento está relacionada con las condiciones laborales (salario, horarios, etc.), aunque muchas otras veces no tiene nada que ver, y es causada por factores más complejos como el clima laboral, la relación con el responsable o elementos como la sostenibilidad de la marca.

De nuevo, entendiendo estos motivos se está más cerca de retener el talento. Las entrevistas de trabajo pueden ser un elemento clave para hacer mejoras de importancia en la compañía y darle a los empleados un entorno más cálido en el que se sientan cómodos.

Las entrevistas de trabajo pueden ser entendidas como una forma de aplicar presión sobre las decisiones de los trabajadores y, al mismo tiempo, una oportunidad para estos últimos para hacer nuevas demandas.

¿Por qué resulta interesante para los trabajadores?

Para los empleados, estas charlas pueden convertirse en oportunidades para efectuar demandas, mejorar sus condiciones laborales o ejercer cierto poder sobre mandos intermedios o dirección. Una suerte de punto de presión o fulcro sobre el que actuar para ejercer más fuerza.

En una entrevista de salida será posible no solo exponer los motivos que llevan al abandono —en ocasiones ya irreversible, como cuando se cuenta con otra oferta laboral mejor—, sino también solicitar mejoras salariales o nuevas condiciones.

Esto será cierto siempre y cuando esa persona esté bien reconocida y la empresa sea capaz de entenderlo y actuar. Por motivos evidentes, se desaconsejan los órdagos, envites o apuestas con estos temas. Un trabajador que intente mejorar sus condiciones abandonando podría, además de perder la indemnización a la que renuncia, quedarse sin tener empleo en la compañía.

También es importante tener en cuenta, como trabajadores, cuáles serían las condiciones para revertir la marcha, de forma que la presión de la entrevista de salida no se convierta en una trampa que atrapa. Definir claramente qué tendría que cumplirse para no salir de la empresa y pedirlos por escrito como anexo al contrato es clave en este asunto.


Imágenes |LinkedIn Sales Solutions, Tim Gouw

Subir