Autónomos

¿Qué gastos se pueden deducir los autónomos?

Hacienda somos todos, y si bien es cierto que con los impuestos se compra civilización, también lo es que ya hay bastante presión fiscal sobre los trabajadores por cuenta propia como para que estos, además, paguen más de lo que les corresponde. Saber qué gastos pueden deducirse los autónomos es algo que agradecerá la cuenta de resultados de su negocio, y mucho.

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Es desaconsejable desentenderse de esta cuestión y dejarla totalmente en manos del gestor o de la empresa contable, ya que el conocimiento detallado de la deuda con Hacienda va a tener una importancia capital en el negocio: determinará, entre otras cosas, el precio que el trabajador por cuenta propia debe cobrar por sus servicios.

Gastos deducibles de los autónomos: los imprescindibles

Lo primero es clarificar qué son los gastos deducibles de los autónomos: en este ámbito, se trata de todos aquellos desembolsos que sean imprescindibles para la actividad profesional del autónomo. La relación completa de estos gastos, que puede consultarse en la página web de la Agencia Tributaria, es clasificable en los siguientes grupos:

  • Sueldos y gastos de personal.
  • Cotizaciones a la Seguridad Social.
  • Bienes y servicios adquiridos a terceros.
  • Provisiones y amortizaciones.
  • Gastos financieros para la dotación económica de la empresa.
  • Incentivos al mecenazgo y colaboración en iniciativas de interés general.

Por otro lado, para que un gasto sea considerado deducible por la autoridad fiscal, es necesario que ya haya devengado, que esté registrado en los libros de contabilidad de la empresa y que esté acreditado mediante el correspondiente documento, generalmente la factura completa. Los desembolsos que se quieran deducir deben estar incluidos en la base gravable del período de declaración del IVA o IRPF correspondiente.

Si se cumplen los requisitos mencionados, los gastos son deducibles durante un plazo máximo de cuatro años a partir del momento en que se emitió la factura.

El IVA y los gastos del trabajo domiciliario

En el caso del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), es necesario distinguir entre IVA repercutido, IVA soportado e IVA deducible. El primero es el abonado por el cliente del autónomo por el bien o servicio que este ofrece, mientras que el segundo es el que paga el propio autónomo cuando le toca asumir el rol de cliente.

La cantidad que debe pagar el autónomo se calcula restando el IVA soportado al IVA repercutido; y si aquel fuera superior a este, se puede solicitar la devolución de la diferencia a Hacienda. Los pormenores pueden consultarse en los artículos 92, 93 y 94 de la ley del impuesto.

Por último, es importante reseñar una de las más duras decisiones tomadas por el fisco tras los estragos provocados por la covid-19: la Dirección General de Tributos ha negado a los autónomos la posibilidad de deducir los gastos derivados de la necesidad de trabajar desde casa a causa de la pandemia. Hacienda justificó esta resolución en el carácter “ocasional y excepcional” de la situación sanitaria.

Pese a este varapalo, la legislación autoriza al trabajador por cuenta propia a sacar del ‘debe’ casi un tercio de los gastos del hogar por la parte correspondiente a la labor profesional realizada en el mismo.

Organizarse para no lamentar

Existen más de un centenar de gastos potencialmente deducibles para los autónomos, y es difícil conocerlos todos. Pese a que contratar los servicios de una gestoría es una buena opción para ahorrar tiempo y reducir la carga burocrática, la responsabilidad de proporcionar al gestor la información y la acreditación de estos gastos recae en el autónomo.

Llevar una contabilidad detallada, guardar facturas y tickets y, sobre todo, resolver todas las dudas sobre los desembolsos que están exentos de tributación puede ser una tarea tediosa, pero al final del ejercicio bien puede ser decisiva para salvar los muebles. Por tanto, aunque se cuente con el apoyo de un asesor, es fundamental contabilizar la factura fiscal meticulosamente y con la suficiente antelación, a fin de presentar los modelos lo antes posible.

Por otro lado, esclarecer con prontitud el alcance de los deberes con Hacienda es decisivo para ajustar el precio de los servicios que se ofrecen, ya que de este modo el autónomo conoce qué porcentaje de sus ganancias irá a parar a las arcas públicas.

Además, una planificación diligente permitirá al empresario asumir sus obligaciones impositivas con un enfoque estratégico; por ejemplo, disminuyendo su actividad o posponiendo sus facturas para evitar subir de tramo en el IRPF. Los rigores de la situación económica y la reciente subida de cuotas hacen esta labor más importante que nunca.

Por José Sánchez Mendoza

Imágenes | @StellrWeb y @mathieustern en Unsplash

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