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Ciudades más inteligentes gracias a los datos que recopilan los coches conectados

Los vehículos han definido el trazado y la funcionalidad de las ciudades durante siglos. Su presencia ha motivado la creación de carreteras, vías y túneles. Ha influido en la vida de sus habitantes y en la forma en que se desplazaban por sus calles. Sin embargo, en los últimos años se ha trabajado para que el tráfico tenga el mínimo impacto en la vida de las ciudades. No hace mucho que su transformación empezó con la creación de espacios peatonales o con la limitación de zonas de aparcamiento.

Hoy, uno de los grandes desafíos es dotar de conectividad a los vehículos para que puedan transmitir información en tiempo real tanto de su actividad como de su entorno. Datos que permitan predecir su comportamiento y optimizar la organización de las ciudades inteligentes.

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Una gran red de dispositivos itinerantes

La comunicación V2X (conocida así por la nomenclatura inglesa vehicle-to-everything) pasa por integrar conectividad entre el vehículo y cualquier ente que pueda afectar a su actividad. Estos pueden ser otros vehículos (V2V o vehicle-to-vehicle), los peatones (V2P o vehicle-to-pedestrian), la red (V2N o vehicle-to-network) o las infraestructuras (V2I o vehicle-to-infrastructure).

“Los vehículos a día de hoy están equipados con muchos sensores (como cámaras y radares) y serán aún mucho más sofisticados en los próximos años, de modo que serán realmente escáneres móviles de calles, carreteras y alrededores”, señala Joan Palacín, director de la Unidad de Negocio Advanced Communications de Ficosa, una empresa proveedora de sistemas de conectividad para automóviles. “Estos sensores generarán una gran cantidad de datos que entrarán y saldrán de los coches. Su correcta gestión hará nuestras vidas más fáciles y mejores, aportando gran valor a las smart cities”.

Entre los objetivos de dotar de conectividad a los vehículos está mejorar la seguridad vial, la eficiencia del tráfico y el ahorro de energía. Objetivos que se encuentran en los planes de mejora de gran cantidad de ciudades para convertirse en smart cities

Una calle congestionada, baches en la carretera o condiciones atmosféricas adversas, por ejemplo, pueden reducir la velocidad de circulación. Recibir esta información en tiempo real permite a autoridades y dirigentes tomar acciones de forma inmediata. Y, dado que el vehículo es móvil, puede enviar y recibir información de un gran número de entes diferentes en cada trayecto y en reducidos espacios de tiempo.

Objetivos ‘smart’

Entre los objetivos principales de la conectividad V2X está mejorar la seguridad vial, la eficiencia del tráfico y el ahorro de energía. Objetivos que se encuentran en los planes de mejora de gran cantidad de ciudades alrededor del mundo para convertirse en smart cities.

La seguridad de conocer el entorno

La mayoría de las soluciones de seguridad buscan proporcionar información a los conductores sobre los elementos que los rodean. Uno de los ejemplos es el Forward Collision Warning (FCW) o aviso de choque frontal. “En el momento que hay un accidente, se dan frenazos bruscos o hay vehículos parados, los mismos vehículos lanzan señales de aviso definiendo la posición en la que se encuentran”, explica Joan Palacín, de Ficosa. “Esta información se va propagando de vehículo a vehículo. Si hubiera riesgo de colisión inminente, también podrían frenar automáticamente”, explica.

Otro ejemplo es el Red Light Violation Warning (RLVW) o aviso de violación de semáforo en rojo. En este caso advierte de que un vehículo cercano no ha respetado un las señales de un semáforo. “Puede incluso avisar de si su trayectoria se dirige hacia nosotros”, añade Joan Palacín. En ocasiones, la información se envía del vehículo a servicios de emergencia. Es el caso de la E-CALL, que se activa automáticamente en caso de accidente.

Información que lleva a la eficiencia

Además de favorecer la seguridad de peatones y conductores, la conectividad V2X ofrece información que facilita la toma de decisiones. Por ejemplo, elegir qué tipo de transporte tomar o calcular la ruta más rápida.

“Toda la información que generan estos vehículos que están circulando por la carretera permite hacer aplicaciones con información sobre el estado de las mismas”, señala Isidro Arrieta, socio fundador y responsable de innovación de Ingartek, una empresa que ofrece servicios y aplica sistemas de información al servicio de las ciudades. “Si hay desviaciones respecto a la velocidad habitual puede ser el resultado de congestión en la carretera. Y si el vehículo activa las luces antiniebla nos está informando de que en un determinado punto las condiciones meteorológicas son adversas”, explica.

La conectividad V2X puede ofrecer medidas de seguridad para vehículos y peatones

Esto permite a los conductores tomar rutas alternativas y reducir el tiempo que pasan en atascos. “Mejora la calidad de vida de las personas y colleva una mayor sostenibilidad. Si yo llego antes al trabajo evitando un atasco, voy a consumir menos combustible. Además, a nivel de gobierno facilitaría la aplicación de medidas. Informar a los usuarios mejora la gobernanza”, añade.

Se necesitan tecnologías muy rápidas que permitan enviar información con un desfase muy bajo. Si un vehículo frena y puede comunicar a los que vienen por detrás que ha frenado, tiene que hacerlo rápido. Una pérdida de tiempo, aunque sea de milisegundos, puede ser vital

Otra de las posibilidades de la conectividad V2I (vehículo a infraestructuras) es la de facilitar la búsqueda de aparcamiento. “Aproximadamente el 30% del tráfico de algunas grandes ciudades se produce al buscar aparcamiento”, indica el directivo de Ficosa. “Si pudiéramos saber dónde hay una plaza de parking disponible con anterioridad, ya iríamos directamente a ella y reduciríamos mucho el tráfico, el tiempo perdido de las personas en el vehículo y también la contaminación que estos movimientos generan”.

Más efectividad gracias a la conectividad V2X

Optimizar el uso de energía está estrechamente ligado a la ruta trazada, pero también al uso que se hace del vehículo. Actualmente, Ingartek trabaja en un proyecto que consiste en sacar parámetros que ofrecen el motor y los propios vehículos de una compañía de autobuses: revoluciones, porcentaje de pisada del freno y el acelerador, desgaste de las pastillas, etc.

“Esto nos da una orientación para el mantenimiento pero también información sobre la forma de conducción”, explica Isidro Arrieta. “De esta forma, con unas mediciones objetivas y la comparación de estilos de diferentes conductores, pueden hacerse cursos de formación más específicos para personas que no lo estén haciendo del todo bien. Se intenta mejorar la eficiencia”.

El futuro de los coches conectados

En la actualidad, la gran mayoría de las iniciativas se basan en comunicación G5 y V2X celular (C-V2X). Estas pueden soportar más capacidad que soluciones anteriores, generalmente basadas en una conexión Wi-Fi. “Se necesitan unas tecnologías que sean muy rápidas y que permitan enviar información con un desfase muy bajo”, explica Isidro Arrieta, de Ingartek. “Imagina que un vehículo frena y puede comunicar a los que vienen por detrás que ha frenado. Tiene que hacerlo rápido, circulan a gran velocidad y una pérdida de tiempo aunque sea de milisegundos puede ser vital”.

Aunque en un futuro cercano entrarán en juego también el vehículo autónomo y la conexión 5G, la tecnología 4G ya brinda conexiones con alto ancho de banda, fiables y que soportan multitud de dispositivos. Eso sí, junto a los desafíos que conlleva el desarrollo de estas tecnologías, Joan Palacín, de Ficosa, destaca la importancia de la ciberseguridad.

Desde Ingartek apuntan como principal desafío de la conectividad V2X conseguir sistemas interoperables. “Nosotros estamos participando en el proyecto C-ROADS, que busca esa interoperabilidad en los corredores principales en Europa”, explica. “Pretende armonizar los mensajes de forma que si, por ejemplo, pasas la frontera y empiezas a circular en Francia, los sistemas puedan seguir funcionando”.  Añade también que la clave estará en que los proveedores de diferentes servicios puedan cooperar entre sí para generar servicios de mayor valor añadido.

Todo parece indicar que en un futuro podremos recibir incluso datos meteorológicos en nuestros vehículos. Quizá, esta información venga acompañada con sugerencias de rutas alternativas a la habitual para evitar atascos y complicaciones. Todo con el objetivo de convertir las ciudades en espacios ordenados e inteligentes.

Imágenes | iStock/metamorworks, iStock/JIRAROJ PRADITCHAROENKUL

 

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