Autónomos y burocracia: un quebradero de cabeza

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Dídac, dueño de un estudio de grabación: “Estuve a punto de cambiar de actividad por las trabas para abrir el local”

Dídac Corbí sufrió muchos desvelos hasta que vio, por fin, su estudio de grabación BasicProductions abierto en 2012 en Valencia. Año y medio tardó en hacerlo. Los culpables fueron algunos de los trámites administrativos que se necesitan para poder montar un negocio en España. En muchas ocasiones, numerosos y lentos, pueden llevar, incluso, a algunos a pensar en abandonar nada más empezar.

«En mi caso tenía que hacer una reforma para adecuar el local a la actividad que quería desarrollar, pero no me daban la licencia de obra hasta no obtener la licencia ambiental (al ser un negocio que genera molestias acústicas), y ese fue mi gran quebradero de cabeza», cuenta este músico, productor y programador, creador del servicio online de masterización de audio MasteringBOX.

«La legislación más reciente en materia acústica no contempla los estudios de grabación, de modo que me aplicaron una de los años 80 que prohíbe abrir un local debajo de una vivienda si superas los 80 decibelios -a los que llegas solo con poner la televisión alta-«, prosigue. «Sin embargo, las empresas de ocio y los estudios audiovisuales sí que pueden sobrepasar ese límite. No tiene sentido«, se queja. «Estuve a punto de cambiar de actividad. La ley debería ser más precisa, o bien los técnicos más anchos de manga a la hora de interpretarla».

Avances significativos, pero insuficientes

Autónomos y burocracia: un quebradero de cabeza

España cuenta con más de 3,2 millones de autónomos y para buena parte de ellos la burocracia es uno de sus grandes enemigos a batir. Según un estudio reciente realizado por Infoempleo y Adecco, el 47,5% considera que el principal inconveniente de ser trabajador por cuenta propia son las elevadas cargas sociales y administrativas, seguidas por la alta fiscalidad (42,5%).

No obstante, y en términos generales, en los últimos años los trámites se han agilizado, tal como asegura Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA). “En cuanto a la constitución de un negocio o darse de alta como autónomo o emprendedor, el proceso es muy rápido en la actualidad. Por ejemplo, uno ya puede darse de alta simultáneamente en la Seguridad Social y Hacienda”, dice Ferrero. “Ahora bien, la cosa se complica sobre todo en el caso de los negocios que requieren la apertura de un local por las licencias exigidas. Y es que para que se concedan, los tres niveles de la Administración -estatal, autonómico y local- se tienen que poner de acuerdo, lo que no suele ser fácil”, explica la responsable de ATA.

Al final, quien asume la pérdida en tiempo que supone todo este papeleo es el autónomo

Celia Ferrero vicepresidenta ejecutiva de ATA

En este sentido, Ferrero aboga por que exista una «unidad de criterio» a la hora de interpretar las leyes en todos esos niveles. Y una mayor información y formación de los funcionarios para poder hacerlo adecuadamente y evitar una disparidad de pareceres, lo que no hace sino ralentizar aún más el proceso. “Al final, quien asume la pérdida en tiempo que supone todo este papeleo es el autónomo, un precioso tiempo que debería estar dedicando a su trabajo”, opina.

Una Administración al servicio del autónomo

Autónomos y burocracia: un quebradero de cabeza

Vayan a abrir o no un negocio, todos los autónomos tienen que rendir cuentas periódicamente con Seguridad Social y Hacienda. Normalmente, la complejidad de estas obligaciones hace que muchos tengan que contratar los servicios de un gestor. A juicio de Alma Landri, ingeniera y redactora freelance desde 2016, estas operaciones deberían haberse simplificado hace años.

«Tengo que parar mi actividad varias horas al final de cada trimestre para rellenar el modelo 303 de IVA y llevar al día la contabilidad del IRPF. Has de reunir una gran cantidad de datos y ponerte a calcular, sumando decenas de partidas manualmente”, asegura esta redactora profesional. “Si al emitir una factura, el IVA llegase directamente a la Agencia Tributaria, así como el IRPF asociado, el autónomo se ahorraría un trámite y la empresa otro. Todo esto genera fricción laboral y no se entiende en un presente en el que automatizar un pago resulta tan sencillo. Es anacrónico”, comenta.

Si al emitir una factura, el IVA llegase directamente a la Agencia Tributaria, así como el IRPF asociado, el autónomo se ahorraría un trámite y la empresa otro. Todo esto genera fricción laboral.

Alma Landri ingeniera y redactora 'freelance'

Mientras llegan nuevas soluciones que faciliten la vida a los autónomos de la mano de las nuevas tecnologías, la Administración deber erigirse en “agente digitalizador» para este colectivo, según sostiene la vicepresidenta ejecutiva de ATA. “Es decir, no solo fomentando que se comuniquen con ella de forma telemática para que todo sea más ágil, sino explicándoles adecuadamente cómo, con gestiones y un lenguaje sencillos“. Y pone como ejemplo de lo que no debería hacerse el certificado digital. “No ha funcionado porque, aún siendo usuario avanzado de internet, su instalación resulta complicada”. En opinión del emprendedor valenciano Dídac Corbí, “muchas veces, como autónomo, tienes la sensación de que eres tú el que tienes que estar al servicio de la Administración, y no al revés”.

Por eso, para seguir despejando el camino, Ferrero aboga por mantener en todo momento un “diálogo constructivo” entre los representantes de los autónomos y los responsables políticos. Con el fin de solventar los problemas a los que se enfrenta un colectivo que es uno de los principales generadores de empleo en España y, por tanto, palanca de cambio y crecimiento económico.

Imágenes | Unsplash, Pixabay

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