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Millonarios adolescentes: ¿cómo han conseguido su éxito?

Hay dos axiomas que resumen por sí mismos el capitalismo posterior al fin del patrón «oro: uno es el ‘reaganista’ “el Gobierno no es la solución, sino el problema” y el otro, “ganar el primer millón antes de los treinta”. Sin embargo, incluso esta apología del ‘pelotazo’ monetario precoz se queda corta para aquellos emprendedores que, al abrigo de los nuevos canales tecnológicos, ya eran potentados antes de tener edad legal para beberse una cerveza. 

¿Por qué no se me ocurrió a mí? Ideas de negocio millonarias

Te contamos algunos ejemplos de adolescentes que siguieron el ejemplo de Mark Zuckerberg de hacerse millonario antes de los veinte.

Ashley Qualls 

Qualls nació en Detroit (Michigan, Estados Unidos), la ciudad de Robocop, Eminem y una de las mecas de la producción automovilística en masa. Al menos, hasta que la deslocalización la convirtió en una urbe semiderruida, peligrosa y en proceso de abandono. La complicada realidad socioeconómica de la llamada Motor City no desanimó a esta joven, que a los 14 años se puso manos a la obra con whateverlife.com, un site de internet donde compartir diseños para los perfiles de Myspace. Tres años después, con 17, regentaba una página que superaba en tráfico a la de la cadena CBS y recibía de los anunciantes cantidades de siete cifras.

Sus humildes orígenes le han dotado, además, de una preclara conciencia social. En 2016 fundó sicknotdead.com, red dirigida a recabar recursos para enfermos crónicos, y desde ese mismo año dirige Lucky Soul, marca cuyos beneficios financian programas de ayuda a niños con enfermedades terminales.

Hermanos Cook

Este es, tal vez, el caso más parecido al del ‘hombre-paradigma’ del enriquecimiento precoz, Zuckerberg. Cuando los hermanos Catherine y David Cook se mudaron con sus padres a Nueva Jersey (Estados Unidos), un día empezaron a curiosear de manera casual en el anuario del instituto. Inmediatamente, concluyeron que aquel voluminoso libro de fotos era un recurso caduco y obsoleto, y le pidieron a su hermano mayor Geoff, empresario, financiación para desarrollar una red social donde compartir fotografías escolares. Un esquema muy similar al de los célebres orígenes de Facebook.

Sus padres tuvieron que darles permiso para permanecer despiertos hasta la madrugada (la hora de ir a la cama en aquel hogar estaba fijada a las 23:00 horas), de modo que pudieran trabajar con los desarrolladores de Mumbai (India). Así nació MyYearbook.com, que en menos de un año alcanzó el millón de usuarios y fue comprado por la plataforma Quepasa (después integrada en The Meet Group) por 100 millones de dólares.

Mikaila Ulmer

Me & the bees lemonade empezó en Texas (Estados Unidos) como un puesto de limonada típico con el que una niña de 4 años se sacaba un dinero después del colegio. Después de una aparición en el programa de televisión ‘Shark Tank’ y casi 900 000 $ (algo más de 788 000 €) en inversiones, ahora es un emporio cuyo producto es distribuido en más de 1 500 establecimientos alimentarios.

¿Qué tenía esa niña de especial para que Daymond John, CEO de FUBU, entre muchos otros inversores, le llenaran los bolsillos cuando aún no había pasado la rubeola? Una fórmula. El zumo de limón que hizo triunfar a Ulmer estaba aderezado con semillas de lino y miel procedente del área en que vivía, dos sencillos ingredientes que le daban un sabor único. Ya con 17 años, esta jovencita oriunda de Austin gobierna una empresa en expansión y sigue donando un porcentaje de los beneficios a organizaciones dedicadas a salvar a las abejas.

Noa Mintz

La clave de un negocio exitoso en la tercera década del siglo XXI es utilizar los canales digitales para tender puentes entre los demandantes de un servicio y los oferentes del mismo. A los 12 años, la neoyorquina Noa Mintz demostró la veracidad de esta aseveración creando Nannies by Noa, una plataforma que pone a las familias en contacto con los cuidadores que buscan trabajo.

La fundadora de este ‘Airbnb de niñeras’, que aún no ha soplado las velas de su vigésimo cumpleaños, es una emprendedora de prestigio incluida en la lista de innovadores de menos de 18 años que están cambiando el mundo, realizada por la revista ‘Fortune’.

Daniil Kulchenko 

Antes de que le saliera la barba, este ucraniano se hizo de oro vendiendo Phenona, una plataforma de alojamiento de aplicaciones en la nube producida por él mismo (es ingeniero de software). El comprador fue la compañía candadiense ActiveState, que tras la adquisición no dudó en ‘fichar’ a este prodigio de, por entonces, 15 años para el desarrollo de su proyecto Stackato, otro producto basado en la nube y orientado a empresas, que fue posteriormente adquirido por HP.

Ben Pasternak 

Todavía un infante, empezó desarrollando exitosos juegos para smartphones en su Australia natal. Con 15 tiernos años recibió fondos por valor de un millón de dólares con los que completó Frogg, un mercado online en el que los más jóvenes pueden vender y comprar una gran variedad de artículos

También firmó la cocreación del chat de vídeo Monkey, y aún no podía votar cuando los grandes de Silicon Valley se le subían a la solapa.

Jorge Izquierdo 

Cerramos con un ejemplo patrio. A los 14 años empezó a poner no su granito, sino su montaña de arena para desterrar el inefable ‘que inventen ellos’ del imaginario español. Fue a esa edad cuando empezó a poner en el mercado apps de su puño y letra, acumulando una experiencia que cristalizó en Aragon, plataforma basada en tecnología blockchain que facilita a las empresas su gestión y mantenimiento cotidianos.

En el anecdotario queda el singular apoyo que Izquierdo recibió del controvertido multimillonario Peter Thiel, mano derecha de Donald Trump. Thiel admitió al joven en su programa de emprendimiento joven ‘The Thiel Fellowship’, lo que incluía una dotación de 100 000 $ con una sola condición: que jamás pisara un aula universitaria y dedicara su tiempo a emprender.

Por José Sánchez Mendoza

Imágenes | Springwater88/Wikimedia Commons

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