Fjällräven Kanken

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Fjällräven Kanken: así nacieron las mochilas del zorro polar que no paras de ver

Si uno piensa en Suecia, puede que instantáneamente le vengan a la cabeza cosas como frío, la trilogía Millennium de Stieg Larsson, el delantero Zlatan Ibrahimovic, H&M y, por encima de todo, IKEA. Sin embargo, hay un clásico de la moda sueca que, de un tiempo a esta parte, ha ido popularizándose en España hasta el punto de que es difícil moverse por cualquier ciudad de nuestro país sin ver a alguien luciéndolo. Nos referimos a las mochilas cuadradas Fjällräven Kanken, de nombre impronunciable y cuyo signo más distintivo es un logotipo con un zorro polar.

Sus seguidores, entre ellos numerosas blogueras de moda e influencers de todo el mundo que han glosado sus virtudes en el escaparate de las redes sociales, encuentran en este producto diseño, comodidad y durabilidad. Con una variedad de colores, uno de sus puntos fuertes, estas mochilas son, para muchos, el accesorio ideal para ir a clase, al trabajo, de excursión y de viaje sin sacrificar el buen gusto.

Aunque no empezaron a verse en España hasta bien entrados los años 2000 (la marca primero se expandió por Reino Unido), la historia de estas mochilas tiene solera.

¿Qué pasó en Suecia con el experimento de reducir a seis horas la jornada laboral?

Cubriendo una necesidad

Fue en 1950 cuando Åke Nordin, de 14 años, se disponía a realizar con un amigo una ruta por las montañas del condado de Västerbotten y, para su decepción, comprobó que las mochilas disponibles en el mercado eran pequeñas, pesadas y molestas de llevar, pues caían demasiado sobre las nalgas.

Tras investigar al respecto, llegó a la conclusión de que las mochilas tenían que ir a más altura y bien pegadas a la espalda para hacer un buen paquete, por lo que se animó a confeccionar la suya propia con la máquina de coser de su madre a partir de algodón resistente. Esta, sí, resultó ser lo suficientemente espaciosa y ligera, además de adaptarse mejor a la anatomía humana.

Pronto, familiares, amigos y conocidos de Nordin se dieron cuenta de las ventajas de su idea. Aún le costaría al joven conseguir las telas y todo lo necesario para comenzar a fabricar sus mochilas. Pero 10 años después, en 1960, Fjällräven (que en español podríamos traducir como ‘zorro de montaña’) veía la luz en la ciudad de Örnsköldsvik.

Una mochila con más de 40 años de historia

Fjällräven Kanken

No obstante, fue en 1978 cuando salió al mercado el modelo Kanken, fabricado en colaboración con la federación sueca de boy scouts. En un país como Suecia, en el que la norma entre sus ciudadanos es ir caminando, corriendo o en bicicleta hasta el colegio o trabajo, generalmente sin importar distancias ni la climatología, una buena mochila capaz de transportar todo lo necesario y de repeler el agua o la nieve resulta importante.

Con los años, el negocio de Nordin se fue diversificando y hoy, además de mochilas, Fjällräven comercializa todo tipo de equipamiento para disfrutar de la naturaleza y el aire libre, desde tiendas de campaña y sacos de dormir, hasta anoraks, pantalones, jerseys y calcetines. Y todo pensado para soportar temperaturas extremadamente bajas y proporcionar comodidad a los amantes de la montaña. En su extenso catálogo, además de las mochilas Kanken, hay otros iconos de la firma, como las chaquetas Greenland y Expedition Down y los pantalones Vidda.

Filosofía ecológica

Fjällräven Kanken

Lejos del patrón low cost que domina el consumo actual, las Kanken no son precisamente baratas. Aunque tienen diferentes precios según su tamaño y componentes, las más baratas cuestan en torno a los 70€ y las más caras superan los 100€, lo que ha dado pie a que surjan infinidad de imitaciones.

Pero más allá de combinar moda, utilidad, comodidad y calidad, su filosofía cien por cien ecológica estaría también detrás de su precio. Según la marca, su misión es incitar a la gente a amar y pasar más tiempo en la naturaleza, dotándoles de un mejor equipamiento para su disfrute que, además, esté en línea con ese medio ambiente. Así, la compañía no usa materiales dañinos para fabricar sus productos. Por el contrario, tal como afirma, trabaja con tejidos orgánicos, reciclados y libres de PFCs (perfluororcarburos) contaminantes, sustancias químicas bastante habituales en la ropa de montaña.

Es más, las Kanken cuentan ahora con la mejor versión de sí mismas, al menos en lo que se refiere al medio ambiente: las mochilas Re-Kanken, todavía más sostenibles. Están fabricadas a partir de botellas de plástico recicladas y cuentan con una técnica de tintado especial que permite reducir el uso de productos químicos, agua y energía.

Crecimiento sostenido

Pese a sus más de 40 años de historia, con su durabilidad y diseño, y el empujón de los jóvenes en las redes sociales, las mochilas modelo Kanken han encontrado su momento en pleno siglo XXI. Hoy se venden en todo el mundo y, en España, Fjällräven Kanken experimentó un crecimiento del 45% en 2016 y espera seguir creciendo por encima del 30% en todos los ejercicios hasta 2020, según el diario digital La Información.

De seguir esta evolución en positivo, quizás no tardemos mucho en que estas mochilas se nos vengan a la cabeza cuando tengamos que pensar en cosas características de Suecia.

Imágenes | Fjällräven Kanken

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