IoT en agricultura

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Agricultura 4.0: la revolución IoT en el campo español

Uno de los principales desafíos de las próximas décadas es conseguir producir alimentos suficientes para satisfacer a la población mundial. Los números no mienten: un estudio de las Naciones Unidas calcula que seremos 11.000 millones cuando termine este siglo. Ya antes, en 2050, tendremos que producir un 70% más de alimentos que hoy en día.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible señala como uno de sus objetivos principales acabar con la desnutrición. Y uno de sus grandes aliados en esta lucha es la tecnología que permite digitalizar la forma de trabajar y producir en el campo.

Dispositivos conectados en la agricultura 4.0

En la revolución de la agricultura, el IoT (Internet of Things) juega un papel fundamental. Los dispositivos conectados permiten a los agricultores saber cómo está su cultivo en tiempo real y de forma sencilla. “El IoT es una revolución como en su momento lo fue el ferrocarril”, señala Ana Sancho, responsable de soluciones para Smart Agriculture de Libelium. “Se trata de una tecnología que se puede aplicar a cualquier sector. Y lo bueno es que su implantación va a mejorar la calidad de vida de las personas y la productividad de las empresas, por lo que su impacto es muy positivo de cara al crecimiento de la economía mundial”, añade.

Gracias a la automatización de procesos, los agricultores podrán dedicar más tiempo al estudio de sus cultivos y reducir el que pasan sobre el terreno. Y mediante la recolección y el análisis de datos, podrán optimizar recursos como el agua de riego, fertilizantes o pesticidas. Todo esto se traduce en una importante reducción de costes y en una mejora de la calidad del producto.

Soluciones de aplicación práctica

Las soluciones tecnológicas más demandadas en agricultura son las que controlan las condiciones atmosféricas (temperatura, humedad y presión). Con ellas se pueden prevenir cambios adversos en el tiempo que puedan estropear la cosecha. “Destacan las que miden la humedad del suelo y del ambiente para automatizar el riego, las que controlan la humedad de las hojas y del fruto y las que miden la radiación solar para monitorizar el crecimiento de la planta y prevenir epidemias”, explica Ana Sancho.

Con ellas, los agricultores pueden constatar con datos lo que hasta muy poco se sabía gracias a la intuición y a la experiencia transmitida de generación en generación. En España, varias empresas se han especializado en la creación de dispositivos IoT y hardware con aplicaciones en agricultura.

IoT en agricultura dispositivos conectados

A más conocimiento, más control

Libelium diseña y fabrica tecnología hardware para construir redes de sensores inalámbricas que permiten medir hasta 19 parámetros ambientales diferentes relacionados con las condiciones del cultivo. Todos estos datos se envían a través de la red para ser después analizados por los agricultores para incrementar su productividad y prevenir pérdidas.

Aunque las aplicaciones de Libelium tienen funcionalidades con cabida en muchos sectores diferentes (como industria, construcción y sanidad) la agricultura de precisión es uno de los principales. La bodega Pago Aylés, ubicada en Aragón, hace uso desde hace años de sus sistemas. “Para la bodega, en primer lugar se genera conocimiento sobre su sistema productivo. A mayor conocimiento, mayor eficiencia en la gestión de sus recursos: en recortes de gastos de producción podemos hablar de una horquilla entre el 5 y el 30%”, señala Julio Prieto, ingeniero agrónomo y enólogo, asesor vitícola de la bodega.

Pago Aylés combina la tecnología de Libelium con Agrimes, una aplicación desarrollada por RemOT Technologies que permite visualizar los datos, crear gráficos de posicionamiento y, de esta forma, generar conocimiento. Su objetivo a largo plazo es generar una cantidad de datos suficientemente grande y extendida en el tiempo que les permita realizar comparativas y facilitar la toma de decisiones. “Cuantos más datos acumulo, más poder tengo sobre mi explotación”, añade el ingeniero.

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Tecnología de código abierto

The Blue Dots ha apostado por la tecnología open source para acercar su servicio a los campos españoles. Su sistema combina sensores, un servicio de drones y el acceso a una aplicación para visualizar los datos en tiempo real de forma sencilla e intuitiva. Incorpora además un sistema de alertas totalmente configurable que se adapta a las necesidades de cada terreno.

“Es posible, por ejemplo, crear alertas cada vez que la temperatura baje de dos grados. O combinarlas, de forma que te avise cuando la temperatura baje y haya a la vez una humedad superior al 80%”, indica Eduard Cabanas, fundador y CEO de The Blue Dots. De esta forma, es posible recibir alertas de un solo sensor o de varios cada 15 minutos.

La optimización pasa directamente por reducir el uso de recursos. “Si una alerta te avisa de que una determinada zona tiene una enfermedad, por ejemplo, puedes actuar echando pesticida solamente en ese sector y no en todo el terreno. Se evita malgastar el dinero y los recursos, y supone reducir la contaminación y el impacto sobre el medioambiente… Es lo que llamamos agricultura de precisión”, explica Eduard Cabanas. “Lo que intentamos con nuestro sistema es ayudar al agricultor dándole información. Qué hacer después con esta información es su trabajo, ahí es donde entran en juego su experiencia y sus conocimientos”.

IoT en agricultura sensores

 

Viñedos y frutales, protagonistas en inversión en IoT

La inversión en tecnología depende en gran medida de la rentabilidad de las producciones. Así, el vitivinícola y el frutícola son de los sectores más activos a la hora de implementar estos servicios. “En cualquier proyecto de IoT, lo importante es definir unos objetivos que tienen que estar estrechamente ligados a un retorno de la inversión. Los cultivos de productos que alcanzan mayor precio en el mercado son los que más demanda de inversión tecnológica presentan”, señala Ana Sancho. Al otro extremo se presentan plantaciones como el cereal, que por lo general sacan poco rendimiento a inversiones en tecnología IoT.

En los viñedos entra en juego, además, la importancia de la calidad del producto. El sistema utilizado en Pago Aylés les permite diferenciar de forma precisa las diferentes calidades dentro de la explotación. De esta forma, además de controlar los tiempos relacionados con las necesidades de tratamientos y vendimia, se pueden diferenciar los tipos de uva. “A nivel vinícola, cuando unes calidades distintas la calidad baja mucho. No tiene sentido mezclar una uva de gran calidad con otra más regular. Gracias a esta división, en los últimos años hemos conseguido un incremento cualitativo entre el 10 y el 40%. Esto se ha visto reflejado en un mayor reconocimiento a nivel de premios”, indica el ingeniero agrónomo Julio Prieto.

Desde The Blue Dots destacan también la importancia de la tecnología IoT en plantaciones delicadas, como pueden ser las de cerezos. “Para un agricultor, salvar un cerezo de una helada, por ejemplo, no tiene precio. Debemos tener en cuenta que se arriesgan a que un árbol esté casi dos años sin producir por culpa de esa helada, cuando es su herramienta de trabajo”, explica Eduard Cabanas.

IoT en agricultura dispositivos en cultivos

¿Cuál es el futuro a corto plazo?

Aunque cuentan con clientes en España, los responsables de Libelium y The Blue Dots destacan el hecho de que la inversión y el interés por las aplicaciones IoT en agricultura son mayores en el extranjero. En España todavía es incipiente, y depende mucho del tipo de explotación y su tamaño. Por lo general, los agricultores más jóvenes están más abiertos a incorporar este tipo de tecnología en sus cultivos.

“Conocimiento técnico y recursos económicos son los dos ingredientes básicos para que se produzcan inversiones tecnológicas en el sector agrícola. El problema muchas veces reside en que los productores se enfrentan a precios de mercado cada vez más reducidos por la venta de sus productos. Esto hace inviable rentabilizar las inversiones en periodos de tiempo cortos”, señala Ana Sancho. Destaca también el factor de la exportación. Aquellos cultivos que se destinan a la exportación alcanzan precios de venta competitivos que permiten realizar inversiones retornables.

Quienes invierten en tecnología IoT para sus cultivos obtienen una reducción importante de los costes de producción, mejoras productivas que repercuten directamente en la calidad del producto y, por supuesto, una mejora en la calidad de vida del trabajador”, añade. Y es que la tecnología tiene un impacto en su trabajo diario, ya que muchas tareas de vigilancia y control se pueden realizar de forma remota, sin necesidad de desplazarse al campo.

IoT en agricultura inteligente

Para Eduard Cabanas, de The Blue Dots, entran en juego la competitividad y el compromiso medioambiental. Reducir el consumo de agua, por ejemplo, puede incrementar en gran medida una competitividad que ya no se da solo a nivel estatal, sino mundial. “Esto lo tienen claro en Europa y apuestan por este tipo de tecnología, que ayuda a ser más competitivo, señala Cabanas, mencionando también las grandes inversiones que se están haciendo en IoT en América Latina. “Luego tenemos el tema del cambio climático. No puede ser que un agricultor esté desaprovechando el agua cuando puede usar la estrictamente necesaria. Esta tecnología a lo mejor tarda en implementarse pero va a llegar, porque es imparable”, concluye.

Todo parece indicar que, en las próximas décadas, el IoT se abrirá camino con paso firme en la agricultura, uno de los sectores clave en la economía global. Saber combinar la innovación tecnológica con la tradición será, sin duda, fundamental para sacar más partido a nuestros campos.

Por Tania Alonso Cascallana

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