Anthony Wilson, profesor en British Council Madrid

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“Una entrevista en inglés no es un examen, sino una oportunidad para demostrar que somos competentes”

Suena el teléfono. Es la noticia que esperabas. A la empresa a la que presentaste tu candidatura hace unos días para cubrir una vacante le ha encantado tu perfil y quiere conocerte. Pero de repente te quedas paralizado al escuchar la frase “parte de la entrevista será en inglés”.

Tranquilo. Si tu inglés está algo oxidado, aunque no dispongas de tiempo suficiente para mejorar de forma notable tu manejo del idioma, preparar minuciosamente la entrevista te ayudará a superarla con éxito.

Anthony Wilson, profesor en British Council Madrid, nos da las claves este 23 de abril, Día de la Lengua inglesa, para reducir el estrés que suele generar una situación de este tipo, causar la mejor impresión, disfrutar de la experiencia y, cómo no, hacerse con ese ansiado puesto.

Anthony Wilson, profesor en British Council Madrid

El profesor Anthony Wilson, durante una de sus clases en British Council Madrid Centro.

¿Cómo debemos preparar la entrevista?

La preparación debe ser muy parecida a la de una entrevista en nuestra lengua materna. Por ejemplo, investigaremos cuál es la posición de la organización dentro del sector y procuraremos que nuestro currículum refleje en la medida de lo posible el perfil que requiere el puesto anunciado. También anticiparemos posibles preguntas y estudiaremos diferentes estrategias para responderlas, intentando dar siempre la mejor impresión. Obviamente, manejar todos estos factores en un idioma en el que no somos nativos puede ser más o menos complicado, dependiendo de nuestro dominio del mismo. Sin embargo, un candidato puede dar la impresión de tener un nivel de inglés mayor al real si se prepara muy bien la entrevista, prestando atención tanto al contenido de sus respuestas, como al lenguaje empleado.

¿Lo ideal sería simular la entrevista practicándola con una persona bilingüe o nativa?

Da igual que el interlocutor sea bilingüe o nativo, porque en ambos casos se le presupone un buen manejo del idioma. Aquí lo más importante quizá sea que la persona con la que ensayemos la entrevista conozca el trabajo en cuestión y nos pueda orientar un poco sobre cómo suena nuestro discurso.

Un candidato puede dar la impresión de tener un nivel de inglés mayor al real si se prepara muy bien la entrevista

¿Qué otros recursos pueden ser de ayuda?

Hay mucho material en internet, pero a veces esto se olvida. Por ejemplo, hay un montón de vídeos en YouTube sobre cómo responder a determinadas preguntas. Algunos pueden ser muy útiles si se sabe elegir; otros pueden no tener nada que ver. Por otra parte, hay cursos online gratuitos sobre este tema como English for the workplace. Una tercera vía puede ser la compra de un paquete de materiales sobre la temática, que puede incluir un libro, grabaciones de audio y/o vídeo, glosarios, etc.

No hay que interpretar un papel. Se trata de vender nuestro producto personal, pero de una forma sincera y positiva

Ya en la entrevista, ¿cómo debemos comportarnos?

De forma natural, ya sea en inglés, castellano o en cualquier otro idioma. No hay que estar interpretando un papel. Se trata de vender nuestro producto personal, pero de una forma sincera y positiva. La expresión “venderse a uno mismo” puede sonar fatal a algunas personas, pero, en realidad, saber comunicar simplemente que tenemos mucho que ofrecer no tiene nada de deshonroso.

¿Qué hacer si no entendemos una pregunta?

No hay que ponerse nervioso. Una entrevista es un diálogo.  Puede ser que busquemos una aclaración empleando “¿Disculpe?” y que la segunda vez no entendamos tampoco la pregunta. A veces se trata de una palabra que simplemente no se ha escuchado bien, mientras que en otras la pregunta puede estar mal formulada. El hecho de repreguntar se puede convertir en una oportunidad para mostrarnos muy interesados. Por ejemplo, si empleamos una fórmula como “Cuando dice X, ¿se refiere a Y o a Z?”, estamos entablando un diálogo más profundo con el entrevistador, lo que nos ayudará a empoderarnos y a centrar la atención en el asunto, no en el idioma.

¿Cómo salir airoso cuando la entrevista es telefónica y uno no puede apoyarse en la comunicación no verbal?

Hay muchos trucos. Es importante hablar muy claro y pronunciar bien. También hay que comunicar una actitud positiva con nuestra entonación. Parece mentira, pero la acción de sonreír mucho mientras hablamos mejora la entonación y nos ayuda a crear buen feeling con el entrevistador. Otro aspecto importante es dominar el ritmo. Tanto la pronunciación como la entonación se convertirán en nuestras aliadas si evitamos hablar muy rápido, ya que seremos capaces de comunicar más matices. En ocasiones los nervios hacen que nos aceleremos y perdamos cierto control lingüístico. Finalmente, es crucial en toda entrevista, pero sobre todo en las telefónicas, que usemos técnicas vocales de escucha activa: “Mm…”,  “Right…”,  “Sure…”,  “Really?”, etc.

Un español que sepa comunicarse de manera eficaz en inglés ya ha cruzado más mar que un nativo inglés que no ha tenido esta necesidad

 

¿Cuáles son las principales dificultades de los españoles en las entrevistas en inglés?

Es difícil generalizar. Los tiempos cambian y las nuevas generaciones están cada vez más preparadas. Sin embargo, me atrevería a decir que incluso la gente más joven considera que una entrevista en inglés será una cosa muy diferente a una en español, y la pueden temer más. No tiene por qué ser así. Es una oportunidad más para demostrar que somos profesionales muy competentes, pero en un idioma extranjero. No es un examen de inglés; para eso están los profesores.

¿Quizás todo pase por incorporar el inglés a nuestra rutina diaria, de modo que, cuando nos llamen para una entrevista en esta lengua, no haya sorpresas?

Esta es la cuestión clave. A veces mis estudiantes se preguntan por qué hay que dedicar tanto esfuerzo y tiempo para aprender a comunicarnos en un idioma extranjero, cuando los angloparlantes no lo tienen que hacer. Yo suelo hacer un par de reflexiones al respecto. Primero, un español que sepa comunicarse de manera eficaz en inglés ya ha cruzado más mar que un nativo inglés que no ha tenido esta necesidad.  Por tanto, quien se esté comunicando en inglés como lengua extranjera ya debería tener la autoestima más alta por ello. En segundo lugar, un hablante no nativo puede llegar a ser un comunicador más flexible en el ámbito internacional que otra persona que solo sepa comunicarse en su lengua materna.

No hay nada que temer. Al contrario, hay que aprovechar la oportunidad para dar la mejor impresión posible y disfrutar de la experiencia

Entonces practicar, practicar y practicar.

Probablemente, el mejor antídoto que hay contra los nervios se resume en que no solo hay que prepararse la entrevista, sino practicar todo lo posible nuestro inglés antes de ella. No hay nada que temer. Al contrario, hay que aprovechar la oportunidad para dar la mejor impresión posible y disfrutar de la experiencia, ¿por qué no? Además, de todo se aprende y cada entrevista tiene el potencial de equiparnos mejor para la próxima. Mañana siempre será otro día. Nada termina ahí.

Imagen | British Council

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