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¿Cómo potenciar las habilidades de los más jóvenes?

Cada 15 de julio se celebra el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud. Una gran oportunidad para reflexionar acerca de cómo potenciarlas.

¿Y por qué? Porque reforzarlas se traduce en una organización más capaz de afrontar retos complejos, más eficiente y productiva, con mayor capacidad de atracción y fidelización del talento y que suscita mayor confianza en el futuro. Veamos cómo se puede hacer eso posible.

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Iniciativas de conciliación de trabajo y actividades formativas

El Estatuto de los Trabajadores obliga a las empresas a conceder 20 horas de permiso anuales, que se pueden acumular a lo largo de cinco años, a sus trabajadores con más de un año de antigüedad para destinarlo a la formación profesional. No obstante, no es raro que los jóvenes necesiten más tiempo y, sobre todo, posibilidades para compatibilizar su formación con el trabajo. La excedencia completa puede privarlos de un valioso tiempo de experiencia laboral.

Sin embargo, poder tener horarios más o menos flexibles permite aprovechar las ventajas de realizar conjuntamente ambas actividades. Lo aprendido en las actividades formativas se pone en práctica en el trabajo. Y este plantea retos que incentivan la participación en programas de formación.

Formación continua pensada para los jóvenes

Cuando es la propia empresa la que planifica actividades formativas, debe tener muy presentes las habilidades de la juventud. No es raro que se organicen con el fin de actualizar a profesionales sénior.

Un ejemplo lo tenemos en las habilidades digitales. Si formamos al conjunto de la plantilla en las más básicas, es probable que muchos de los más jóvenes ya estén familiarizados con ellas. Por ello, conviene personalizar un poco más las acciones y facilitar, en el caso de los más jóvenes, la progresión a habilidades más avanzadas. Y ello no quita que, para determinados perfiles más veteranos, el enfoque sea distinto.

Rotaciones en distintos puestos

Cuando un joven ingresa en una empresa, una visión integral le favorece mucho. Por un lado, pasar por diversos puestos favorece la empatía con el resto de los compañeros, incluso de distintos departamentos.

Además, es una oportunidad para descubrir habilidades e intereses que quizá permanecían ocultos. Los jóvenes que rotan por distintos puestos tienen una oportunidad para ejecutar tareas nuevas.

La mentoría

Las funciones de un mentor pueden ser muy diversas. Puede ayudar al joven a introducirse en la organización, presentándole a personas importantes en su desarrollo profesional. Al mismo tiempo, puede ejercer de maestro que le capacite en determinadas habilidades o le transmita ciertos conocimientos.

Potenciar el talento y habilidades de la juventud […] es la manera de integrar el futuro en su organización

Incluso cuando es el propio joven el que está desarrollando por sí solo un proceso de aprendizaje, puede ejercer como evaluador y consejero. En definitiva, puede convertirse en la persona clave para encauzar todo un proceso de adquisición de capital humano.

El estudio activo de las habilidades de la juventud

Cuando pensamos en las habilidades de la juventud, lo normal es que lo hagamos en términos comparativos. Frecuentemente, tomamos indicadores que miden sus características y las relacionamos con las de los profesionales sénior.

Joven en su despacho

Sin embargo, hay que tener dos factores muy presentes. El primero es que las habilidades de los jóvenes cambian con el tiempo y lo hacen con cierta rapidez. Es la respuesta a un entorno muchas veces volátil. Monitorizar cuáles mejoran, se estancan o empeoran ayuda enormemente a planificar una estrategia para potenciarlas.

En segundo lugar, los jóvenes no son todos iguales. Del mismo modo que hacemos con los clientes y la segmentación, también debemos dirigir la estrategia de potenciación del talento júnior hacia grupos más o menos homogéneos.

La coordinación con el talento sénior

El talento júnior no se entiende sin el sénior ni este sin aquel. Son, precisamente, las características de uno frente al otro las que dan valor y complementariedad a cada uno. A los jóvenes, los veteranos les pueden aportar mucha experiencia, abrir sus mentes, acercar otros enfoques y formas de proceder. Conocen mejor los problemas y han practicado muchos intentos de solución.

Las empresas deben buscar el ambiente propicio para que jóvenes y veteranos decidan colaborar estrechamente: que los veteranos estén dispuestos a transmitir conocimiento y adiestramiento en nuevas habilidades a los jóvenes y que estos tengan la máxima receptividad.

Jóvenes en una reunión de trabajo

Potenciar el talento y habilidades de la juventud es un responsabilidad para todas las empresas. Es la manera de integrar el futuro en su organización, lo cual es fundamental para la viabilidad a largo plazo del proyecto. Sin esas expectativas favorables, la empresa tendría comprometido su presente, ya que podría decaer gravemente la confianza de inversores. Además de la de clientes, trabajadores, proveedores y otras partes interesadas.

Imágenes | Icons8 team, NESA by Makers, Helena Lopes, bruce mars en Unsplash

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