Según un informe reciente de Infoempleo y E&Y, hasta un 53% de potenciales candidatos a un empleo se replantearía su solicitud si detectara opiniones negativas sobre el trabajo en la empresa.
Es solamente un indicativo de hasta dónde puede llegar a afectarnos la reputación digital. En realidad, su influencia se extiende por diversas partes interesadas en la compañía.
Empleados
Es difícil que el candidato perfecto llegue a nuestra empresa por azar. Por ello, numerosos directivos se centran en políticas de reclutamiento que comienzan bastante antes de la contratación y no tienen en ella su fin, sino que plantean una lucha permanente por la fidelización. Y, ahí, la reputación se convierte en un primer punto de enganche.
El problema de las malas opiniones digitales es que pueden no solamente evitar que buenos candidatos se interesen por nuestra empresa, sino que son un buen conducto para desviar talento directamente a nuestros competidores y, además, sin coste para ellos.
Proveedores
A nuestros proveedores les importará especialmente nuestra reputación digital cuando se den dos requisitos simultáneos. En primer lugar, cuando nuestra actividad sea más o menos desconocida. Es el caso, por ejemplo, de startups con proyectos ambiciosos que reclaman la provisión de bienes y servicios de empresas que, por nuestra novedad, no nos conocen. La información online es para esos potenciales proveedores un primer punto de referencia.
En segundo lugar, el efecto es mucho mayor si solicitamos pedidos que exijan alguna clase de inversiones o adaptaciones en sus procesos. Normalmente, exigirán un vínculo a largo plazo para amortizar el esfuerzo. En esas condiciones, es normal que nuestro potencial proveedor quiera rellenar lagunas de información y tenga precaución ante rasgos negativos que se hayan podido consolidar en nuestra reputación digital.
Potenciales socios y proveedores de financiación ajena
La reputación digital afecta de diversas formas. En primer lugar, constituye un primer filtro de visibilidad. Con una buenas referencias online es posible que se interesen por nuestro proyecto potenciales inversores. No obstante, solamente es un primer paso, ya que nos requerirán información de todo tipo. En todo caso, la reflejada en las redes es probable que sea analizada con técnicas de big data, que permiten descubrir patrones ocultos que quizá acaben decantando la decisión en uno u otro sentido.
Por otro lado, la reputación online nos abre la puerta de diversas fórmulas de microfinanciación. De hecho, está creciendo una nueva clase de emprendedor que se esfuerza de forma particular por trasladar digitalmente su proyecto. Intenta llegar a centenares, miles o, incluso, millones de pequeños inversores.
Influencers
La capacidad de influencia depende de muchos factores, pero la credibilidad es uno de los más destacados. Más allá de que nuestro proyecto sea o no viable o que nuestros productos sean de calidad, a los influencers les preocupa la opinión que vamos consolidando entre el público. Al fin y al cabo, es con lo que tendrán que trabajar, lo que intentarán moldear de forma positiva.
En cualquier caso, la reputación online es uno de los factores más importantes para atraer a los mejores influencers. Los personajes más conocidos no quieren ver comprometida su imagen asociándose a quien no está bien visto en las redes. Otros influencers menos conocidos pero influyentes en algún ámbito concreto, saben que unirse a una empresa prometedora refuerza su proyección.
Clientes
El desarrollo de la economía colaborativa es una prueba de la importancia que tiene la reputación digital para los clientes. Confían en su contraparte porque goza de buenas opiniones, calificaciones, cumple estándares de calidad que se han publicado, etc.
Eso mismo sucede ya en muchos otros ámbitos de la economía. De hecho, incluso en el comercio físico los clientes ROPO (research online, purchase offline) se están convirtiendo en tendencia. Estamos hablando de un tipo de consumidor cada vez más informado digitalmente. Consultan nuestra tienda online, los comentarios en redes sociales, comparan con la competencia…
Formación
Una de las preocupaciones más importantes de escuelas de negocios de todo el mundo es la de llegar a los emprendedores más idóneos. La oferta de programas es gigantesca en todo el mundo. Hay una variedad enorme y muchos emprendedores desconocen la existencia de ofertas formativas que encajarían en sus necesidades como anillo al dedo.
La reputación digital es un cauce para que ese encaje se produzca. Por un lado, los centros se van haciendo más conocidos entre el público al que más pueden ayudar. Por otro lado, la experiencia empresarial que se traslada a las redes es un criterio de selección. Los eventos online o convocados y publicitados digitalmente como premios, jornadas, ferias, congresos, webinars, etc. se convierten en una referencia para buscar un buen emparejamiento entre centros de enseñanza superior y emprendedores.
Una gran reputación online es la cara digital del trabajo bien hecho y correctamente trasladado. Despreciar su influencia tiene consecuencias negativas para la empresa en todos los ámbitos.
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