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¿Te ves trabajando más allá de los 65 años? Estas personas ya lo hacen (y porque quieren)

“Qué ganas tengo de jubilarme y vivir”. Que levante la mano quien no haya oído (incluso dicho) alguna vez en su vida una frase parecida.

Con una edad de jubilación que, en teoría, se prevé cada vez más tardía (de los 65 se pasará a los 70), son muchos los que anhelan llegar a ese momento para, en teoría, vivir sin obligaciones. Sin embargo, hacerlo no es siempre fácil, después de llevar tres o cuatro décadas con unas obligaciones laborales.


 

Cuando se decide retrasar la jubilación

José Moisés García Castelló, de 65 años, es funcionario en el Consell de Mallorca. Trabaja, concretamente, en la sección de Carreteras del departamento de Territorio e Infraestructuras. “Mi trabajo consiste en llevar a cabo el control sobre las empresas constructoras que realizan los trabajos de construcción o remodelación de las carreteras en la isla de Mallorca. Se trata de comprobar que se cumplen las especificaciones descritas en el proyecto de construcción, así como verificar la cantidad y calidad de los materiales que se utilizan en cada capa de la carretera, velando también para que se cumplan las normas de seguridad e higiene correspondientes”, nos explica.

José Moisés podría haberse jubilado el 1 de octubre de 2015, al cumplir 35 años trabajando y tener más de 60 años de edad. Sin embargo, y pese a haber superado esa edad de jubilación, ha decidido seguir en activo, principalmente, por razones económicas. «La diferencia en bruto entre el salario en activo y la pensión representa una cantidad a la que no quiero renunciar, de momento”.

José Moisés García Castelló ha optado por seguir trabajando, pese a contar con 65 años.

Pero, además, confiesa que le gusta el trabajo que hace (“se realiza al aire libre y en ocasiones en paisajes muy agradables, montañosos o costeros”) y que se siente capacitado para seguir haciéndolo. En esta decisión de prolongar su actividad laboral también ha pesado que se siente bien y que la relación con las personas del entorno de trabajo es agradable.

Este funcionario puede seguir en activo hasta que cumpla 70 años, pero confiesa que seguramente dejará de trabajar “cuando cumpla otro trienio, es decir el 1 de octubre 2019. Eso siempre que me encuentre bien. Si no es así, puedo solicitar la jubilación y me la concederían en un plazo de tres meses”, nos detalla.
 

La satisfacción del deber cumplido

Federico Zamora ha sido, hasta hace un mes, también funcionario. Y, como José Moisés, también ha prolongado su fecha de retirada, en este caso hasta que ha cumplido 69 años. “Estaba en proyectos dentro de la administración y quería terminarlos por la satisfacción del deber cumplido”, detalla.

Ahora, y una vez jubilado, “me estoy reordenando la vida” y, aunque quiere mantenerse activo, no lo quiere hace a nivel laboral. “Me gustaría hacer cosas de voluntariado y retomar estudios, pero no como actividad laboral, sino más bien sentimental”.

Zamora dice que su objetivo es levantarse cada mañana y saber qué hacer, porque “hay más vida además de la laboral». «Quiero tener la mente activa y hacer cosas, pero sin tener presión ni estrés del mundo laboral”, confiesa.

Por eso, y respetando todas las opciones (“hay gente que acepta las cosas como vienen, pero yo prefiero leer, hacer voluntariado, estudiar, hacer cursos o ir a jornadas, se organizan muchas cosas”), recomienda a otros jubilados aprovechar esta etapa para hacer cosas “que te hubiera gustado hacer y que no has podido».

¿Se echa de menos el trabajo cuando llevas menos de un mes jubilado? “He sido un privilegiado, he trabajado en lo que me gusta. Pero echarlo de menos…”, relata Zamora. “He cerrado ese ciclo y estoy mentalizado. Me acuerdo del trabajo y llamo a los compañeros, pero no lo echo de menos”.
 

Labor desinteresada en la sociedad

Bernardo y Vicente son dos profesionales jubilados desde hace varios años y que, sin embargo, se siguen manteniendo en activo.

Los dos colaboran desinteresadamente con distintas organizaciones, como ONG y fundaciones, durante su jubilación. Bernardo realiza espectáculos de magia, especialmente a los más pequeños. Vicente ayuda en la contabilidad de las ONG y milita en un partido político (Ciudadanos).

Los dos encuentran más aspectos positivos que negativos en este estilo de vida. “Me satisface hacer estas cosas, sobre todo ahora que voy a hospitales con niños enfermos”, señala Bernardo, profesor jubilado, quien reconoce que apostó por hacer sus trucos de magia a los niños porque es algo tiene que ver con que “he estado 40 años con ellos, y es vocacional”.

Para Vicente, con las actividades que desarrolla altruistamente “puedo devolver a la sociedad todo lo que me ha dado, aunque suene pedante decirlo así. Pero he sido muy afortunado: he conseguido becas para poder estudiar (ya que mis padres no tenían recursos), he sido un buen trabajador de los estudios y he tenido una buena carrera profesional”.
 

Mantenerse ocupado

Vicente se prejubiló de su puesto de director de banca privada y desde el principio tuvo claro que quería buscar algo que le mantuviese ocupado. “Aunque ahora hago tantas cosas que a veces mi mujer me mira mal”, ironiza.

Para él, lo más positivo de esta etapa es que puede gestionar su tiempo. Algo que considera fundamental. “Me lo enseñó un hijo mío cuando quiso ser profesor: el tiempo es el bien más escaso que hay, y lo he aprendido ahora”, declara. “Aprecio la gestión del tiempo, que eres feliz porque haces lo que quieres, no lo que tienes que hacer. Me levanto cuando me despierto, ya no suena el despertador”.

Pero recomendaría a todos los jubilados buscarse una ocupación. “Hay que vivir y disfrutar de las cosas, sean grandes o pequeñas”. Además, considera que al estar activos, estás ilusionado “y eso es vida”

Eso sí, cree que todas aquellas personas que estén jubiladas y quieran mantenerse en activo deberían apostar por hacer algo que les gustase. “Pueden ser cosas que siempre habías querido hacer y que se han quedado en el tintero. Pero los jubilados deben hacer cosas. Las personas somos creadores, aunque de pequeñas cosas. También creas tus propias ilusiones, que es lo que te hace feliz”.
 

Hay tiempo para todo

Bernardo es de esta misma opinión. “Hay que buscar algo que no te ocupe todo el día, pueden ser 2-3 horas semanales, para seguir manteniendo el horario en algún momento de la semana”, explica. “El estar jubilado implica que puedes hacer lo que quieras y cuando quieras, pero en realidad solo se hace al principio y porque lo estás deseando. Después, es conveniente tener una mínima obligación”, apostilla.

Además, en su caso esto le ha permitido mantener relación con los antiguos compañeros y no romper de golpe. “Con el paso del tiempo pierdes trato con algunos, pero mantienes con otros y conoces a nuevos compañeros”, sentencia.

Y dado que los jubilados ya no tienen esas obligaciones laborales, este profesor jubilado cree que hay tiempo para todo. “El día tiene 24 horas. Con una pensión de jubilación tampoco puedes viajar e ir de restaurantes todo el día”, aclara.

Igualmente, considera que el mantenerse activo también es bueno para la salud mental, incluso si eso conlleva recuperar el horario y rutinas marcadas. “Mantener la actividad viene muy bien. En el caso de la magia, se ejercita mucho la memoria y a ciertas edades es importante”.

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