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Teresa López, presidenta de Fademur: «Sin mujeres, no hay futuro en los pueblos. Hay que garantizar servicios y crear oportunidades»

Cinco millones de mujeres viven hoy en los pueblos españoles.

Antes había muchas más, pero se han ido marchando por la falta de oportunidades y los recortes en los servicios básicos. De hecho, la mayoría de las que se quedan optan por emprender para garantizarse una salida laboral.

Sin embargo, sin ellas, sin su papel dinamizador de la economía y vertebrador del territorio, el campo no tiene futuro. Se masculiniza y envejece.

Desde 2004, la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) trabaja para que las demandas y necesidades de las mujeres rurales encuentren respuesta. Solo así -considera esta organización- encontrarán razones suficientes para quedarse y se frenará la galopante despoblación.

Teresa López es la presidenta de Fademur desde sus inicios. Una ingeniera agrónoma de Cabanas (A Coruña) que ya desde pequeña se rebelaba contras las injusticias y a quien sus primeros trabajos de asesoramiento al sector agrícola y ganadero le sirvieron para certificar la doble discriminación de la mujer del campo: por ser mujer y ser rural.

Así que decidió unirse a otras mujeres para darles visibilidad y luchar por su igualdad y progreso: igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, y entre el medio rural y urbano.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), charlamos con la presidenta de Fademur sobre el papel clave de la mujer emprendedora en los municipios pequeños.

¿La mujer es más emprendedora en el sector rural que en el urbano por la falta de oportunidades?

Ciertamente. No tenemos alternativas de empleo por cuenta ajena, así que las mujeres rurales se han acostumbrado a crear su propio puesto de trabajo. Son muy imaginativas y están en todos los sectores: producción, transformación, artesanía, servicios… De modo que sí, hay más emprendedoras en el campo que en la ciudad.

¿Cuáles son las principales dificultades con las que se encuentran a la hora de sacar adelante sus proyectos?

En primer lugar, la dispersión. El hecho de vivir en pueblos pequeños, en localidades sin espacios para compartir con iguales, dificulta el éxito del emprendimiento. Las mujeres valoran mucho formar parte de una red que, aunque no esté en sus pueblos concretos, esté relativamente cerca, a través de la que pedir información, asesorarse o, sencillamente, desahogarse con otras mujeres que las entienden porque han recorrido un camino similar.

Las mujeres rurales no tienen alternativas de empleo por cuenta ajena, así que se han acostumbrado a crear su propio puesto de trabajo.

Teresa López presidenta de Fademur

¿Qué barrera situarías en segundo lugar?

El acceso a la financiación, que es un problema común a los emprendedores de las zonas rurales. Con la restructuración de las entidades bancarias acometida en los últimos años, muchos bancos han desaparecido de los pueblos. Antes, conocías al director de la sucursal y tenías una relación de cierta confianza; ahora esa persona ya no está, lo que complica la financiación de los proyectos. Además, para las mujeres rurales es todavía más difícil obtenerla porque a los analistas financieros les cuesta comprender sus modelos de negocio, que no son precisamente startup tecnológicas, y no se ciñen a lo habitual.

En tercer lugar, les resulta complicado colocar sus productos en el mercado ante la falta de infraestructuras físicas, de comunicaciones y tecnológicas. Y es que gran parte del territorio está sin cobertura, sin banda ancha, y necesitan imperiosamente que lleguen esas nuevas tecnologías para poder dar a conocer y comercializar sus productos, y para estar en contacto con la gente que los compra.

El acceso a la financiación es una de las principales dificultades de las mujeres rurales a la hora de poner en marcha sus proyectos de emprendimiento.

Teresa López presidenta de Fademur

¿Cómo es la emprendedora rural? ¿Su imagen está muy estereotipada?

Sí. La gente en las ciudades suele ver a las mujeres del campo como mujeres sumisas y con falta de iniciativa, lo que no se corresponde en absoluto con la realidad.

Trazar un perfil de todas ellas no es fácil, porque cada una tiene una casuística, pero si algo las une es que son tremendamente luchadoras, fuertes e imaginativas, con unas ganas enormes de materializar sus proyectos.

Muchas son jóvenes, de menos de 40 años, pero las hay de todas las edades, incluso mayores de 55 años con un empuje tremendo por ver sus ideas hechas realidad y convencidas de sus posibilidades.

En las ciudades hay una imagen estereotipada de las mujeres del campo, pero si algo las une es que son tremendamente luchadoras, fuertes e imaginativas, con unas ganas enormes de materializar sus proyectos.

Teresa López presidenta de Fademur

En cuanto a su origen, hay de todo. La mayoría han estado siempre en el pueblo. Luego hay un segundo grupo que son mujeres que se marcharon, se han formado, han conocido mundo y regresan para ocuparse de negocios familiares de tercera o cuarta generación, que incluso ni siquiera tienen que ver con su formación. Y después están las llamadas ‘neorurales’, mujeres que huyen de la vida estresante de las ciudades y se instalan en un pueblo con el que tienen o no relación, iniciando proyectos de vida con códigos muy diferentes a los que habían manejado hasta el momento de dar el paso.

¿Lo más innovador, moderno y sostenible que se está poniendo en marcha en el mundo rural es cosa de mujeres?

Sí, porque los pueblos cuentan ahora con mujeres más formadas que quieren poner en valor otra forma de hacer las cosas. Además, en un momento en el que uno de los grandes desafíos de la humanidad es encaminarse hacia un crecimiento sostenible, las mujeres del rural, con muchos negocios vinculados al sector primario, con sistemas de producción locales, respetuosos con el medioambiente y de calidad, pueden contribuir enormemente a la sostenibilidad, a la transición hacia una economía más verde y social.

Y si como consumidores queremos poner nuestro particular granito de arena en este sentido, apostemos por esos modelos con menor huella de carbono, comprometidos medioambientalmente, por un comercio de proximidad y por precios justos por producciones de la máxima calidad.

Las mujeres del rural, con muchos negocios vinculados al sector primario, con sistemas de producción locales, respetuosos con el medioambiente y de calidad, pueden contribuir enormemente a la sostenibilidad.

Teresa López presidenta de Fademur

Fademur cuenta con Ruraltivity, una lanzadera de proyectos de emprendimiento rurales.

Hace dos años pusimos en marcha la iniciativa ante las dificultades con que se encontraban las mujeres a la hora de emprender y que ellas mismas nos iban contando. Así que creamos esta plataforma que les permite comunicarse y darse apoyo entre ellas, formarse, asesorarse y obtener visibilidad. También articulamos alianzas con otras organizaciones que puedan ayudarnos a darles voz y buscamos canales alternativos para que puedan comercializar sus productos de altísima calidad, como a través de Correos Market (plataforma de venta online de productos locales impulsada por Correos). En esta segunda edición de Ruraltitivity hemos apoyado más de 200 emprendimientos, la mitad liderados por mujeres menores de 40 años.

En la segunda edición de nuestra lanzadera de proyectos de emprendimiento Ruraltivity, hemos apoyado más de 200 emprendimientos, la mitad liderados por mujeres menores de 40 años.

Teresa López presidenta de Fademur

¿Qué dicen los hombres ante el avance femenino?

Todavía se escuchan algunas frases del tipo: ‘Bueno, ya verás hasta dónde va a llegar’, pero los proyectos salen adelante y terminan por ser rentables. Ese es el mejor éxito y nuestro mayor regalo.

¿Han cambiado mucho las cosas en los últimos años?

Desde luego. Hemos ganado sobre todo en visibilidad. Antes nuestra realidad era muy desconocida. Había muchas mujeres llevando las explotaciones conjuntamente con sus maridos, pero su trabajo era invisible porque era considerado ayuda familiar. No figuraban en ningún papel y, aunque tenían las mismas obligaciones, no tenían los mismos derechos. Lamentablemente, eso todavía hoy sigue pasando, pero se está superando porque lo que quieren las mujeres es ser independientes económicamente y tener derechos propios.

Para ello, hay que seguir haciendo mucha pedagogía y que los hombres sean nuestros grandes aliados. En este sentido, nuestras comunidades son más pequeñas y tenemos más facilidad para llegar a ellos. Vemos cada vez más a una mujer empoderada que reivindica su papel en la sociedad y en el diseño de las políticas que le afectan.

Vemos cada vez más a una mujer rural empoderada que reivindica su papel en la sociedad y en el diseño de las políticas que le afectan.

Teresa López presidenta de Fademur

¿Eres optimista de cara al futuro?

Si las mujeres se quedan en los pueblos, las posibilidades que se abren para ellos son enormes por su papel vertebrador de los territorios y dinamizador de la economía. Ellas son las que garantizan que la vida en el campo ruede. Solo hay futuro así.

Ahora bien, las mujeres y sus familias no se van a quedar si se topan con grandes dificultades para encontrar un trabajo, poner en marcha un negocio, acudir a un centro de salud, llevar a los niños al colegio o tener opciones de ocio.

Los recortes de servicios que se han producido con la crisis económica se han adoptado con criterios exclusivamente monetarios, cebándose especialmente en el medio rural: prestar servicios en los pueblos es más caro. Por tradición y costumbre, cuando lo público desaparece, las mujeres se tienen que volver a ocupar del cuidado y de la logística familiar.

Las mujeres y sus familias no se van a quedar en el campo si se topan con grandes dificultades para encontrar un trabajo, poner en marcha un negocio, acudir a un centro de salud, llevar a los niños al colegio o tener opciones de ocio.

Teresa López presidenta de Fademur

El futuro pasa por garantizar los servicios y la calidad de vida en el mundo rural, el acceso a la financiación y, por supuesto, a las nuevas tecnologías, que pueden ser determinantes en generar oportunidades y empleo.

Escuchemos a las mujeres, atendamos sus prioridades. Así es como vamos a conseguir avanzar y combatir el desafío demográfico. Ellas ya están, se quieren quedar y lo demuestran cada día con su fuerza y empuje.

Imágenes | Joaquín Terán

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