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Los pros y los contras de la originalidad en la empresa

Una de las preguntas que se debe hacer cualquier emprendedor es la de en qué medida conviene ser original. Y es que es importante valorar las ventajas y dificultades que plantea la originalidad en la empresa.

Las ventajas de la originalidad en la empresa

Para algunos emprendedores, la originalidad ya es una recompensa en sí misma. Pretenden hacer algo nuevo, incluso disruptivo, y el mero hecho de poder intentarlo es muy estimulante. Además, presenta diversos beneficios importantes más.

La ausencia de competencia

Cuando somos los primeros en hacer algo, al menos durante los primeros momentos, nos adentramos en un mercado sin competencia directa. Eso nos permitirá trabajar con márgenes más elevados y mayores beneficios.

Un mayor conocimiento de la clientela a largo plazo

A medida que vaya pasando el tiempo, es probable que, si nuestra idea tiene éxito, surjan imitadores que traten de reproducir e incluso mejorar nuestro proyecto inicial. Sin embargo, para entonces, nosotros contaremos con una trayectoria de relación con los clientes, conoceremos muchos datos sobre ellos y sus reacciones. Eso nos colocará en una buena posición para desarrollar nuevas ideas originales que convenzan a un público que, con el trato y el estudio, cada día comprendemos mejor.

El aprendizaje y la reducción de costes

Además, el pionero tiene la ventaja del aprendizaje. Los proyectos originales exigen, normalmente, diversas pruebas con aciertos y errores. Produciendo vamos aprendiendo a producir, depurando cada vez más los procesos, lo que poco a poco reducirá los costes de producción.

La originalidad, por tanto, nos da la oportunidad de aprender lo que nadie sabe y tener unos costes sustancialmente más reducidos que los de los competidores. Cuando quieran imitarnos, tendrán que financiar pérdidas durante su período de aprendizaje, ya que nosotros podemos sacar al mercado un producto más barato y competitivo por nuestros menores costes.

Dificultades que implica la originalidad en la empresa

A pesar de los importantes beneficios que plantea la originalidad en la empresa, el camino no es sencillo, sino que existen peligros y problemas asociados.

Los clientes no siempre comprenden la originalidad

Algunas propuestas originales pueden ser de muy difícil comprensión. El público potencial no tiene elementos de comparación. No hay nada muy parecido. Una de las soluciones a este problema es buscar aquellos puntos de conexión con productos ya existentes y, sobre todo, explicar bien qué se puede lograr gracias a nuestro producto original.

La financiación puede complicarse

A la hora de concedernos financiación, o incluso de encontrar socios, el riesgo es muy importante. Querrán saber en qué medida las previsiones que hemos realizado sobre nuestro negocio son seguras. Para poder hacerlo, lo normal sería recurrir a experiencias precedentes.

Sin embargo, la originalidad implica que no sea fácil encontrar precedentes con los que valorar el riesgo del proyecto. Por eso tiene que estar muy bien estudiado, a fin de descubrir cuáles son sus posibles puntos débiles y, de este modo, trazar planes para mitigar esos riesgos concretos y, al mismo tiempo, generar la confianza en los posibles socios y proveedores de financiación ajena.

Es más sencillo cometer errores graves

Los proyectos sin precedentes cercanos son más difíciles de controlar. Hay que tener paciencia, ser conscientes de que los errores son habituales cuando se comienza algo muy diferente. Sin embargo, en no pocas ocasiones, es muy difícil saber cuándo ha llegado el momento de reconocer nuestro fracaso y que nuestra propuesta original no puede continuar, al menos en términos semejantes a los que la teníamos concebida en un inicio.

La originalidad en la empresa es un camino que puede ofrecer importantes rendimientos. No obstante, presenta riesgos que toda empresa debe saber medir e intentar limitar.

Por Gonzalo García Abad

 

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