En la última década, solo 21 municipios de los 183 que conforman la provincia de Soria han logrado mantener o aumentar su población (según el INE). Un mercado menguante en el que también se puede emprender con éxito.
Tras el golpe de las crisis de 2008, el despoblamiento de la España rural se aceleró. Los protagonistas de esta historia, propietarios de varias tiendas de ultramarinos en Soria, se vieron abocados a cerrar. Apenas había ventas para sostener el negocio. Los costes fijos eran demasiado elevados. Y las perspectivas no eran mejores: según el estudio ‘La sostenibilidad demográfica de la España vacía’ publicado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), 121 municipios de los 183 municipios sorianos están en riesgo de despoblación irreversible.
Pero los pocos clientes que se resignaban a abandonar sus pueblos (o no podían hacerlo) seguían allí. Sus necesidades de siempre permanecían intactas y habían aparecido otras nuevas. La reducción y centralización de los servicios los había dejado sin apenas transporte, sin bancos, sin médico… Pronto empezaron a llegar las llamadas. Les pedían que por favor les siguiesen abasteciendo de alimentos y otros productos. Y así se plantó la semilla de La Exclusiva.
La logística social de la España vaciada
Vicky Tortosa es soriana y tiene 33 años. Tras una década trabajando en cooperación internacional, asegura que “nunca he sido tan feliz y me he sentido tan útil como en La Exclusiva”. Hugo Núñez, su pareja, es oriundo de Serón de Nágima, uno de esos pueblos que se vacía a marchas forzadas, y era el propietario de las siete tiendas físicas de ultramarinos que tuvieron que cerrar. Entre ambos fundaron, el 30 de junio de 2013, La Exclusiva.
“Decidimos buscar la forma de reinventar el modelo de negocio tradicional convirtiéndolo en una empresa de logística social que no suponga un coste añadido para las personas que viven en el medio rural”, explica Vicky Tortosa. “El objetivo era llegar a todos los pueblos de la provincia de Soria y que nadie tuviese que marcharse de su casa por algo tan simple como no poder comprar un litro de leche”.
Hoy atienden a 518 núcleos de población en Soria repartidos en cuatro rutas en invierno (de martes a viernes) y seis en verano, cuando la población aumenta. Con tres furgonetas y cuatro trabajadores, atienden a 2.500 familias fijas. De hecho, el negocio tiene tanto tirón que su expansión a Burgos ya está en marcha y planean dar el salto a zonas de Teruel, Guadalajara, Cuenca, Valladolid, Salamanca y Segovia.
La Exclusiva es mucho más que un servicio de comida y alimentación a domicilio. Es casi un todo en uno móvil. Sí, reparten leche, magdalenas, detergente para la lavadora o tomates. Pero también leña o electrodomésticos. Lo mismo llevan ropa a la tintorería que revisan que todo está bien la factura de la luz, van a recoger un medicamento a la farmacia, cambian una cita con el médico, arreglan un grifo o asisten con servicios digitales.
“Buscamos fijar población en las zonas rurales escasamente pobladas. Contribuir al bienestar de sus ciudadanos y, especialmente, al del colectivo de las personas más mayores y que viven en las zonas de mayor despoblación”, señala Vicky Tortosa.
El modelo de negocio de La Exclusiva
Cuando Hugo Núñez tuvo que cerrar sus tiendas, la idea de La Exclusiva tomó forma enseguida. Pero lo primero fue ver hasta qué punto se podía implementar. “Hicimos un estudio de campo casa por casa con una encuesta que nos diera información suficiente como para saber cuáles eran las necesidades reales”, explica Tortosa. “A partir de ahí buscamos quien nos ayudara a poner la empresa en marcha”.
Fue El Hueco, una especie de aceleradora de startups sociales promovida por la ONG Cives Mundi, la que se cruzó en su camino. Les ayudaron a tomar forma jurídica, a desarrollar el plan de negocio, a implementar sistemas de gestión estratégica, administrativa y financiera, a encontrar financiación y espacio… Hoy, El Hueco es parte de La Exclusiva.
En cuanto al modelo de negocio, el margen de beneficios de La Exclusiva está en sus acuerdos con los proveedores. Es decir, el precio para el consumidor final no se ve incrementado, aunque se entreguen los bienes en el domicilio. “Nuestros proveedores son empresas sociales, rurales o con un compromiso firme por el territorio”, añade Vicky Tortosa. “Desde Hipermercado E. Leclerc [el primero proveedor en firmar un acuerdo] y Grupo Dia a Saneamientos Almazán, Leroy Merlín, Eureka, Luis Mundo Digital, R&D Construcciones, Huertos de Soria…”
En realidad, La Exclusiva no compra ni vende los productos, solo los distribuye. Es el punto de contacto entre el proveedor y el cliente. Una tienda móvil. “Las personas nos piden lo que necesitan y mediante una herramienta informática que organiza, centraliza y agiliza el sistema de pedidos se los enviamos a los proveedores según corresponda. El proveedor se encarga de preparar cada pedido con su personal y La Exclusiva pasa, recoge y reparte a domicilio y no cobra ningún suplemento al cliente”, detalla Tortosa. “A final de mes, se suma la venta y se le aplica el porcentaje acordado con el proveedor”.
La oportunidad del rural
Por email, por teléfono o por WhatsApp. La Exclusiva apuesta también por las nuevas tecnologías. Sin embargo, la realidad de la llamada España vaciada hace que esto no siempre funcione. Los pedidos en persona o mediante un buzón que han instalado en los pueblos funcionan igual o mejor que las plataformas digitales. “Mientras el medio rural no tenga buena internet ni cobertura móvil, nuestro trabajo será lento y complicado”, reflexiona Vicky Tortosa.
“Las personas son mayores, los pueblos están sin servicios… El gran desafío es que nadie se marche de su casa por no tener acceso a un litro de leche. El desafío es conseguir que todo el mundo vea el mundo rural como vemos nosotros. Como una oportunidad y no solo como un recuerdo”, añade la cofundadora de La Exclusiva.
El negocio está ahí. Funciona. Además, cuentan con el componente emocional. “Nosotros creamos La Exclusiva con el objetivo de revertir el proceso de despoblación en las zonas rurales. La recompensa es medir el impacto social y ver que de verdad estamos consiguiendo no solo mejorar la calidad de vida de las personas, sino que además estamos logrando que personas que no podían vivir en su pueblo, en su casa, ahora sí que puedan”, concluye Vicky Tortosa. “Nuestro trabajo contribuye a crear una nueva ruralidad. Pero falta mucho por hacer”.
Imágenes | La Exclusiva
