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Vicente Ramírez (Be More 3D): “Podemos imprimir la estructura de una vivienda en tan solo ocho horas”

Cuando terminó Ingeniería de Edificación, España estaba inmersa en una crisis de la construcción. Había poco trabajo relacionado con lo que había estudiado y, por ello, Vicente Ramírez, CEO de Be More 3D, se decidió por emprender.

Sus compañeros y él compraron unas impresoras 3D de plástico y empezaron a vender todo lo que se le ocurrió fabricar: llaveros, prototipos o maquetas de viviendas. Pero, con el paso del tiempo, pensaron en cambiar su actividad. ¿Por qué no construir con hormigón y hacer casas en 3D, algo para lo que habían estudiado? Así comenzó la andadura de Be More 3D, una de las startups llamadas a cambiar el mundo de la edificación.

Mat Map, la empresa que recicla y optimiza los materiales de construcción

¿Qué ventajas aporta la impresión 3D respecto a la construcción tradicional?

Una de las principales es el ahorro de tiempo. Es posible imprimir toda la estructura de una vivienda de 50 m2, con sus muros de carga, en tan solo ocho horas. Cuando normalmente se tardan semanas en hacerlo. Además, está el ahorro económico, pues conseguimos reducir un 35 % los costes frente a la construcción tradicional. 

También disminuyen los riesgos laborales, algo que, en realidad, siempre ha logrado la incorporación de maquinaria a todo tipo de trabajos. Se minimizan los riesgos en las tareas más pesadas y peligrosas, como los trabajos en altura. Por último, la construcción en 3D supone una reducción en el número de residuos y en emisiones en CO2

Realmente, las ventajas son muchas y, dentro de poco, en la construcción no va a haber ninguna obra que no utilice una impresora 3D. De mayor o menor tamaño, pero que sirva para producir piezas o realizar ajustes a última hora de obras, ya que se puede imprimir en el momento.

La principal ventaja de la construcción 3D frente a la construcción tradicional es la rapidez y el ahorro económico

”Vicente ”CEO

¿Cómo es la impresora que utilizan y de qué tecnología se sirve? 

Con todo el dinero que habíamos conseguido vendiendo plástico compramos piezas de segunda mano y, con ayuda de familiares y amigos, hicimos un prototipo de impresora 3D de hormigón que se presentó en la Universitat Politècnica de València (UPV), una institución que siempre nos ha apoyado.

De ese primer prototipo hemos evolucionado hasta nuestra actual impresora, con una estructura con forma de pórtico. Lo que conseguimos es desplazar el núcleo, es decir, el extrusor de material, en tres ejes: X, Y y Z. Así logramos imprimir cualquier tipo de figura. Nosotros decimos que es como una manga pastelera de hormigón automatizada.

Aunque es ajustable, por la relación calidad-tiempo, configuramos la máquina para que deposite una capa de tres centímetros, con la que va haciendo el perímetro de toda la vivienda. Después, la impresora sube otros tres centímetros y deposita una nueva capa. Así hasta que, en pocas horas, la estructura está acabada.

Se hicieron populares por construir la primera casa en España mediante impresión 3D. ¿Cómo se forjó ese proyecto? 

Nos presentamos a una incubadora de startups, Acciona, y nos comentaron: “Con este dinero y en tres meses, ¿qué sois capaces de hacer?”. Estábamos seguros de que podíamos hacer una impresora de casas y una vivienda. 

Teníamos una empresa pequeña que había creado junto a mi padre en el garaje de casa. Contábamos con una impresora pequeña de dos metros y, en tres meses, hicimos una impresora de seis metros de ancho y cuatro metros de altura con capacidad para imprimir hasta tres metros de altura.

Nosotros queríamos hacer un demostrativo, probar que con nuestra tecnología éramos capaces de hacerlo y no estábamos locos. Gracias al empujón que nos dio esta incubadora, desarrollamos la vivienda en la UPV, nos cedieron un espacio, nos ayudaron con el desarrollo y el material, con apoyo logístico e infraestructura.

El desarrollo de nuevos materiales es fundamental porque acompaña a la reducción de la huella de carbono y las emisiones C02

”Vicente ”CEO

Estuvimos unos dos meses y tres semanas haciendo la máquina y la última semana hicimos la vivienda en 13 horas. Durante cinco días. Imprimíamos unas tres horas al día, no podíamos más.

Al principio, nuestra intención no era que fuera una vivienda, era hacer una estructura y ya está. No teníamos dinero para terminarla. Solo queríamos probar la nueva máquina imprimiendo unos muros. 

Pero entonces, hicimos la casa, salió muy bien y tuvimos bastante repercusión mediática. Gracias a esa publicidad, nos contactaron varias empresas, como algunas de revestimientos y acabados que querían poner sus materiales en nuestra construcción. Fue ahí cuando nos planteamos acabar nuestra vivienda. A día de hoy es una casa para entrar a vivir. Con cocina, baño, dormitorio…

¿Cómo es posible acortar tanto los plazos?

La construcción que se ejecuta es una obra sencilla. Es la metodología de trabajo lo que supone una revolución. Tú a la máquina le pones el hormigón y esta no para, no se cansa.

Cada siete u ocho minutos tienes tres centímetros de estructura. Cuando te quieres dar cuenta, ya lleva un metro. Ese ‘no parar’ de la máquina es la magia de la construcción.

¿Cuáles fueron los mayores inconvenientes a la hora de realizar el proyecto?

Al principio, hubo muchos problemas con la dosificación del material. Lo que suponía que trabajáramos muy despacio aunque la máquina fuera muy grande y estuviera automatizada. Éramos seis personas para hacer funcionar la impresora. Porque el material lo teníamos que pesar y amasar a mano, colocarlo en la bomba, etc. Trabajábamos para la máquina en lugar de trabajar la máquina para nosotros.

A día de hoy el sistema de bombeo se ha automatizado, el material ya lo tenemos pesado y distribuido en sacos. Vamos mucho más rápido. Con dos o tres personas se puede imprimir una casa sin problemas.

Es irrenunciable usar la tecnología para mejorar la vida de las personas que viven a nuestro lado

”Vicente ”CEO

Sus viviendas 3D están pensadas para ser smart y sostenibles. ¿Cómo tienen en cuenta estos aspectos en el diseño y la impresión? 

Con la impresión 3D reduces la huella de CO2 porque nuestra maquinaria funciona con electricidad, no con combustión, como una excavadora o una hormigonera. También se produce una disminución del residuo. Casi todo lo que se produce va para la edificación y la reducción de los desperdicios es del 85 %.

En cuanto al diseño, como trabajamos con arquitectos de última generación, desde el principio, al idear la vivienda, crean las diferentes formas deseadas. Es posible imprimir la vivienda totalmente personalizada, con curvas, teniendo en cuenta la orientación respecto al sol, con diferentes espacios o huecos pensados para necesidades concretas, no hay por qué diseñar paredes rectas, puedes jugar con la morfología del terreno.

En relación con lo que hemos aprendido de anteriores proyectos, ya pensamos en la eficiencia de los tejados o de las ventanas, para ponerlo todo en sintonía. No tiene sentido utilizar la última tecnología para construir y que la vivienda no sea eficiente. La idea es utilizar la tecnología más innovadora en todos los componentes de la casa.

¿Cuáles son sus proyectos actuales?

Tenemos diferentes frentes. Por un lado, ofrecemos un servicio de construcción para imprimir viviendas, mobiliario urbano o cualquier tipo de obra. Ahora estamos con una empresa de Albacete, con mucha experiencia en el sector de la construcción y vamos a empezar a hacer proyectos de edificación a nivel nacional.

Por el otro, estamos desarrollando un nuevo modelo de impresora, a la que llamamos Smart. Es un modelo más pequeño, muy versátil, enfocado para institutos de investigación o universidades. Para que se inicien en la tecnología 3D y para que aprendan a desarrollar ellos mismos sus materiales y sus sistemas constructivos. Además, vendemos todo el material que se necesita para imprimir.

Dentro de poco, en la construcción no va a haber ninguna obra que no utilice una impresora 3D

”Vicente ”CEO

¿Qué diferencias puede marcar su tecnología de impresión de viviendas en el ámbito del desarrollo social?

Sin ir más lejos, desde el principio, esta tecnología la hemos desarrollado para poder realizar proyectos sociales. Queríamos poder dar una vivienda digna a núcleos de familias que, por situaciones concretas, no puedan tener acceso a ella. Por una guerra, una catástrofe natural o por sus circunstancias personales.

Hay que tener en cuenta que es posible instalar una de nuestras máquinas donde sea y empezar a imprimir casas una detrás de otra, sin límite. La ventaja de nuestro dispositivo es que se monta rápidamente y es fácil de manejar. Después, la fabricación está completamente sistematizada. 

Ante una catástrofe natural, por ejemplo, ofrecemos un tiempo de respuesta muy veloz y una solución duradera, no es como un campo de refugiados improvisado, con tiendas de campaña, algo que supuestamente es provisional pero en el que las personas pueden permanecer durante años. En cambio, nosotros podemos crear una casa en ocho horas y va a durar toda una vida porque son viviendas de hormigón. 

También se dedican a la investigación de nuevos materiales. ¿Cómo se desarrolla este trabajo? ¿Cómo sería el material de construcción perfecto nacido de una impresora 3D?

El desarrollo de nuevos materiales es muy importante porque acompaña a todo el tema de la reducción de la huella de carbono y las emisiones CO2.

Nosotros empezamos utilizando materiales ‘normales’, como cemento, pero ahora, la tendencia es comenzar a sustituirlo porque en su proceso de fabricación genera mucho C02. Se está trabajando en ello, pero aún no ha podido lograrse un material que permita sustituirlo completamente.

Lo que sí es posible hacer es usar materiales reciclados. Por ejemplo, suplir el cemento por una parte de residuos de la construcción, como los escombros de ladrillos y los residuos cerámicos. Todo lo que consigas meter en una masa de hormigón que hayas rescatado de un viaje al vertedero y lo vuelvas a poner en la cadena de valor ya está ayudando a reducir la huella de carbono. Si se consigue reducir en un 15 % la huella de una construcción, lo puedes considerar una revolución notable.

No tiene sentido utilizar la última tecnología para construir y que la vivienda no sea eficiente

”Vicente ”CEO

Gracias a la impresión 3D este objetivo se logra muy fácilmente, porque se introducen en la máquina muchos de estos residuos para volver a imprimir con ellos. Es decir, es una verdadera apuesta por la economía circular para que no se desechen los materiales que aún pueden tener una larguísima vida útil.

¿Cómo debe ser la formación para esos nuevos programadores e ingenieros que trabajarán en la impresión 3D de edificios?

Cualquier arquitecto puede trabajar en el ámbito de la construcción 3D. Y cualquier persona que haya estudiado algo de electrónica también puede formarse como operador de máquina.

La verdad es que nuestras impresoras están pensadas para un montaje y manejo fáciles. Además, nosotros damos toda la formación necesaria. Cuando vendemos un dispositivo, vamos, lo montamos y enseñamos a los operadores cómo llevar la máquina. En una semana, cualquier persona es capaz de aprender. 

Hablemos del futuro: ¿cuáles son sus próximos proyectos?

Lo que nos gustaría es poder usar nuestra tecnología para dar acceso a una vivienda digna para personas que no disponen de una. Habiendo tanta tecnología para todo tipo de ámbitos, pensamos que es irrenunciable usarla para mejorar la vida de las personas que están a nuestro lado.

Entre las cosas que de verdad importan, una de las más necesarias es poder tener una casa. Por eso, a día de hoy, con todos los avances que existen, pensamos que es muy llamativo que no seamos capaces de ofrecer un hogar a todo el mundo.

Imágenes | Be More 3D

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