innovación y relajación

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Estar en Babia o cómo no hacer nada potencia la capacidad creativa y la innovación

Un problema de solución imposible o un obstáculo insalvable. Pruebas diferentes enfoques, preguntas a expertos, pasas horas sin dormir dándole vueltas… Pero ¿has probado a no hacer nada?

Entre Babia y León hay poco más de 75 kilómetros por carretera. En la Edad Media, eso quedaba muy lejos. Por eso los reyes de León, cuando querían desconectar de los quebraderos de cabeza del trono y de las intrigas de la corte, subían a esta comarca montañosa y de gente pacífica. Cazaban, descansaban y pensaban. Y sus súbditos, en la capital, se quejaban de que los monarcas no estaban presentes en la realidad del reino y decían aquello de “están en Babia”.

Bill Gates. un líder de la innovación

¿Cómo debemos liderar un proceso de innovación?

La expresión la usamos hoy para las personas que se quedan ensimismadas, se mantienen ajenas a la realidad o están distraídas. Pero quizá debamos ampliar su definición. La ciencia ha demostrado que desconectar el cerebro potencia la capacidad creativa y la innovación; y aumenta las probabilidades de encontrar soluciones a los problemas más complejos. No es casualidad que las mejores ideas surjan en la ducha, paseando o mientras descansamos la vista mirando por la ventana.

Pensar, pero sin intentarlo

Nikola Tesla descubrió la corriente alterna paseando por un parque. Thomas Edison y Albert Einstein aseguraban que las mejores ideas se les ocurrían en los minutos previos a quedarse dormidos. Aristóteles, Mary Shelley, Dalí, Churchill, Da Vinci… Multitud de personas que hoy consideramos genios o personajes influyentes encontraban las mejores ideas en sus momentos de reposo. Cuando pensaban, pero sin intentarlo demasiado.

No solo tenemos sus testimonios para asegurarlo, sino que una serie de experimentos han señalado que el cerebro, en reposo, puede sernos más útil. Sacrificamos atención y concentración para ganar imaginación y capacidad de innovación.

la importancia de descansar y estar relajado

El estudio ‘Actividad funcional cerebral en estado de reposo’, publicado a principios de esta década por los investigadores del Spanish Resting State Network (SRSN), señala que la actividad cerebral permanece aunque estemos en un estado de reposo. Solo que las conexiones más activas son diferentes y ponen a funcionar regiones como la corteza frontal ventromedial, el cíngulo anterior o el hipocampo, relacionadas con la introspección.

Esta red de conexiones se desactiva en cuanto empezamos a desarrollar tareas cognitivas de cualquier tipo. Cuanto más atentos y concentrados estemos, menor es la actividad de este circuito; y viceversa.

La investigación de David Creswell, neurocientífico del Carnegie Mellon, también ha aportado luz sobre el tema. En el paper ‘Neural reactivation links unconscious thought to decision-making performance’ señala que la forma más eficiente de solucionar problemas que son demasiado complejos como para solucionarnos con decisiones rápidas es no pensar en ellos directamente. Creswell lo descubrió tras poner a tres grupos a resolver el mismo problema. A uno no le dio tiempo; a otro le dejó margen, pero lo obligó a pensar en la solución de forma activa; y al tercero se encargó de distraerlo tras haberle presentado el problema.

Este último fue, de lejos, el que dio con las soluciones más acertadas. Así, una vez percibido el problema de forma consciente, la opción idónea pasa por distraerse y no darle vueltas durante horas. Puede que no estemos prestando atención de forma directa, pero las regiones cerebrales involucradas en la resolución de problemas continúan activas.

la creatividad no tiene límites

¿Relajarse e innovar al mismo tiempo?

Hay muchas maneras de ser eficiente en el trabajo y en los negocios. Todas pasan por organizarse bien, utilizar los recursos disponibles de forma óptima y resolver las tareas de la mejor manera en el menor tiempo posible. Pero, cuando hablamos de innovar en el sentido amplio de la palabra, de imaginar soluciones alternativas o de crear, marcarse objetivos estrechos puede no ser la solución adecuada.

La creatividad no funciona como otras tareas cognitivas. No se produce cuando y como queremos que se produzca o, al menos, todavía no entendemos bien cómo funciona. No se planea. Simplemente, sucede. Y lo hace, casi siempre, cuando las personas están relajadas y confiadas y no están apremiadas por objetivos urgentes.

Aplicadas al entorno empresarial, las investigaciones que relacionan creatividad y resolución de problemas con estados cerebrales relajados pasan por crear espacios de trabajo abiertos en los que la innovación no esté atada (a priori) a ningún objetivo concreto.

Ya sea en relación con la plantilla o con uno mismo, disponer de tiempo, un espacio físico cómodo y que cubra las necesidades, estar en una situación de confianza y en un clima distendido es la mejor receta para innovar. No pasa nada por no estar haciendo nada. Nuestro cerebro da con las mejores ideas si lo dejamos pensar por sí mismo.

Imágenes | Unsplash/Juan Rumimpunu, Radu Florin, The Creative Exchange

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