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Las empresas no encuentran talento tecnológico y el problema está en la escuela

En los últimos tiempos, las empresas españolas han puesto el grito en el cielo para denunciar la falta de profesionales cualificados. No es un problema exclusivo de este país, pero no deja de ser grave. Frena las expectativas de crecimiento de las compañías y de la economía en general.

Según la patronal Ametic, en España solo el 55% de la población tiene competencias digitales básicas. Estamos, por lo tanto, ante un problema general de falta de formación tecnológica en la sociedad. En esta línea, Randstad Research asegura que más de la mitad de las empresas declara tener dificultad para encontrar empleados que estén a la última en nuevas tecnologías.

¿Cómo potenciar las habilidades de los más jóvenes?

Mirando específicamente al sector tecnológico, el panorama tampoco invita al optimismo. En el lustro que va de 2017 a 2022 se van a crear casi 400.000 puestos de trabajo relacionados con la tecnología y las ciencias (STEM), según Randstad Research. Y, mientras tanto, los jóvenes de este país cada vez se interesan menos por las ingenierías.

Se calcula que hay sin cubrir unos 10.000 puestos de trabajo solo en el sector TI por falta de preparación profesional. Y se prevé la creación de 1,25 millones de puestos de trabajo a nivel nacional por la digitalización. Es decir, el problema se agravará muchísimo si nadie reacciona.

Las razones profundas del déficit de talento

El origen del denominado déficit de talento tecnológico está en que los jóvenes españoles se matriculan en carreras de ciencia y tecnología mucho menos que antes. Al mismo tiempo, la demanda de perfiles especializados no hace más que aumentar. 

Un estudio reciente de DigitalES, asociación que reúne a las principales telecos del mercado, entre ellas Orange, ha ido más allá de exponer este problema con brocha gorda y ha intentado encontrar las razones profundas de este desequilibrio. Y las ha encontrado en la escuela y en la Secundaria. 

Mientras que los jóvenes españoles se matriculan en carreras de ciencia y tecnología mucho menos que antes, la demanda de perfiles especializados no hace más que aumentar. Ese es el origen del denominado «déficit de talento tecnológico»

El estudio fue realizado por EY para DigitalES. En el mismo se preguntó directamente a casi 800 alumnos de Secundaria, Bachillerato y FP por qué no optaban por formarse en ingenierías y arquitectura. Un 40% aseguró que por la dificultad académica. Mientras que un 65% alegó falta de orientación y conocimiento sobre salidas profesionales, entre otras cosas.

Las mates se atragantan en Secundaria

La dificultad académica tiene mucho que ver con las matemáticas, materia troncal en Primaria y Secundaria que es clave para la formación en el ámbito tecnológico. Aunque en Primaria la percepción de las ‘mates’ es positiva, el idilio se rompe en Secundaria. Allí el 73% de los alumnos reconoce tener problemas para entenderlas y apenas un 27% se siente confiado y sin dificultades para resolver problemas.

El problema de los chavales con las matemáticas podría tener su origen en la poca presencia de esta asignatura y de las TIC en la formación de los profesores. Solo entre el 10% y el 12% de los créditos de la carrera de Magisterio están destinados a estas materias. Y apenas 1 de cada 10 universidades españolas incluye especialidades de tecnología y matemáticas en la preparación de docentes. 

Para el estudio fueron encuestados más de 600 docentes de Primaria, de los que el 7% estaba especializado en matemáticas y tecnología. Mientras tanto, los especialistas en lengua extranjera eran el triple. Además, el 59% de los docentes dijo que no había adquirido una formación en matemáticas adecuada durante la carrera.

Las TIC son una optativa

Otro punto débil de la educación en España, y que desincentiva las carreras técnicas, está en la poca consideración de las TIC en las fases tempranas de la educación. De hecho, suele ser una asignatura optativa que además depende de la oferta de cada centro. Solo en cuarto de la ESO cobra más importancia si el itinerario del alumno es de Enseñanzas Aplicadas, que lleva a la Formación Profesional. 

Esta falta de contacto con la tecnología en edades tempranas hace que luego los chavales la perciban como una asignatura difícil y acaben perdiendo interés. En el estudio de EY para DigitalES, se encuestó a 132 directores de colegio, y un 72% de los mismos reconoció que es necesario dar más importancia a estas asignaturas, que deberían incluirse como obligatorias

Incluso algunos abogaron por convertirla la tecnología en una asignatura transversal que se tome como herramienta para el resto. De hecho, casi la mitad de los maestros consultados dijo que debería ser materia transversal y se mostró dispuesto a usarla en su asignatura. A favor de este cambio también está que los alumnos tienen una buena percepción de esta asignatura.

Al igual que la docencia de las matemáticas, la de la tecnología viene con defectos desde las mismas facultades de Magisterio. El informe destaca que las asignaturas relacionadas con las TIC tienen poco peso en el currículum del futuro maestro. Como consecuencia, un 85% de los algo más de 600 profesores de Primaria encuestados considera que necesita más formación en TIC. Es un dato significativo, por cuanto los profesores no solo requieren cierto conocimiento, sino destrezas para integrar la tecnología en la asignatura que imparten. El estudio destaca el caso de éxito de Estonia, donde los profesores que imparten clases en el campo de STEM se forman en un centro especializado de la universidad de Tallin. También el de Polonia, donde los alumnos a partir del segundo ciclo de Primaria (entre 10 y 13 años) cursan asignaturas obligatorias de tecnología e informática.

La desorientación de los alumnos

El otro gran obstáculo que desincentiva la formación tecnológica en España es la falta de orientación y conocimiento entre los propios estudiantes. Según los directores consultados, únicamente un 38% de los alumnos de Secundaria, ESO y Bachillerato tiene claro lo que quieren estudiar y mantienen el itinerario inicialmente elegido. Además, la gran mayoría de los directores consultados (casi un 60%) cree que los profesores de sus centros no reciben información para orientar bien a los alumnos.

Tampoco ayuda a incrementar las vocaciones STEM los continuos cambios legislativos que provocan modificaciones de los planes de estudio. Esos cambios generan dudas, cansancio y burocracia. Por otra parte, la orientación sobre todo se hace en forma de tutorías de los profesores con los alumnos y sus familias. Y en mucho menor media se recurre a visitas a universidades o a empresas, que son mucho más valoradas por los alumnos.

El informe de DigitalES saca a relucir otra paradoja. El 25% de los alumnos de Secundaria, FP y Bachillerato dice que no optaría por una carrera STEM por desconocer las oportunidades laborales que se le abren. Sin embargo, muchos indicadores, como el ‘VIII Informe Adecco sobre Titulaciones con más salidas profesionales’ sitúa a tres ingenierías (informática, industrial y telecomunicaciones) entre los 7 carreras con las mejores proyecciones profesionales.

Ellas dejan de soñar con la ciencia muy pronto

Existe una brecha de género en la formación técnica. Muy pocas chicas eligen carreras STEM. Tradicionalmente, motivos culturales, pervivencia de estereotipos y expectativas sociales asociadas a la mujer han frenado la entrada de las estudiantes en estas carreras. Y el desequilibrio sigue siendo preocupante. Mientras en muchas carreras universitarias en España las mujeres son mayoría, en las STEM no suponen más de un 25% del alumnado

Parte del problema viene de la más tierna infancia. Un estudio reciente de la Universidad Complutense (‘Dream Gap de Barbie’), destinado a detectar las aspiraciones de las niñas en España, asegura que dejan de soñar en convertirse en pilotos o científicas a partir de los siete años. Edad que coincide con su etapa de socialización y de más exposición a clichés. 

Por otro lado, según “The ABC of Gender Equality in Education: Aptitude, Behaviour, Confidence”, de la OCDE, está comprobado que a nivel internacional las chicas de 15 años tienen mucha menos confianza para lidiar con las matemáticas y las ciencias que los chicos. Se ven menos capaces de resolver problemas y abordan estas asignaturas con mayor tensión y nerviosismo. Esta falta de confianza acaba en desmotivación.

A nivel nacional, el estudio de DigitalES, que contó con las respuestas de más de 600 estudiantes de ESO y Bachillerato, certificó que a las chicas españolas reconocen entender mucho menos las matemáticas que sus compañeros. De hecho mientras que un 33% de los chicos afirmó “no tener problemas” en este ámbito, en el caso de las jóvenes este porcentaje se quedó en el 22%. En las asignaturas de tecnología se mantiene la brecha de género, aunque en este caso son muchas más las que se sienten cómodas con los contenidos que en el caso de las matemáticas.

Recetas para resolver el problema

El informe de DigitalES no se queda en la detección de los problemas que llevan a la falta de vocaciones en el ámbito de las carreras técnicas, sino que también aporta posibles soluciones. Así, para evitar que las matemáticas y las asignaturas tecnológicas sean evitadas en secundaria, propone acercar las asignaturas STEM (programación, robótica) a los niños desde las primeras etapas formativas. 

Además, recomienda mejorar la formación en este ámbito del profesorado en los planes de Magisterio. Adicionalmente, para los profesores plantea planes de formación continua una vez han acabado sus estudios. El documento prescribe asimismo convertir la tecnología en herramienta transversal para el resto de asignaturas, desde Primaria al Bachillerato. “Lo ideal sería considerar la tecnología como el idioma global del futuro”, sostiene el informe.

Para mejorar la orientación académica y que los alumnos sepan a qué pueden aspirar si optan por llevar su carrera al mundo de la tecnología, también hay propuestas. El informe pide más profesionalización del orientador y que este se apoye con mapas interactivos de los itinerarios docentes que podrían estar en la web del Ministerio de Educación. También que esta labor de orientación sea más uniforme en todos los centros de secundaria del país, y que no dependa tanto de cada instituto. 

Por último, para atraer a las chicas a las carreras STEM, el informe de DigitalES pide que se dé otra visión del mundo de la tecnología que no sea puramente técnica y sí más social. Al fin y al cabo, hay mucha tecnología detrás de los avances médicos, de las mejoras de vida de los países subdesarrollados y del cuidado del medioambiente. Y esa aproximación será mucha más seductora para las estudiantes que la del programador friki amigo de la soledad y la misantropía.  

Imágenes | iStock/Halfpoint / StockRocket / Monkeybusinessimages / Zinkevych / Tiero / Chinnapong 

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