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¿Duermen bien tus empleados? Así afecta descansar poco a la productividad

El sueño es una función biológica imprescindible para mantener las funciones vitales. Para consolidar la memoria o eliminar residuos del cerebro, el descanso es necesario. Y, además, la calidad del sueño afecta a la productividad tanto a corto como a largo plazo. De hecho, se ha demostrado cómo el insomnio en los empleados genera pérdidas milmillonarias a la economía.

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Lucas Burgueño (Cemyc): “En una situación de aislamiento el trabajo nos ayuda a mantener la salud mental”

Dormir mal nos hace menos productivos

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford y titulado ‘El coste económico del sueño inadecuado’ cifraba la falta de sueño en Australia en unos 45 000 millones de dólares estadounidenses en el periodo 2016-2017. Con una población de 24,8 millones de personas, resulta una cantidad significativa. 

En España, la Sociedad Española del Sueño (SES) indica que se pierden cerca de 2800 millones de euros al año (aproximadamente un 1% del PIB) por dicho motivo. Mientras tanto, países como los Estados Unidos llegan a dejarse el 1,86% de su PIB, Japón el 2,92% y Alemania entre el 1,02% y 1,56%, según un estudio de Rand titulado ‘Por qué dormir importa: los costes económicos de no dormir lo suficiente’.

Si dormir bien implica lograr unos niveles de productividad nominales, hacerlo mal lleva a entornos de productividad muy por debajo de lo normal. Aunque para entender cómo afecta el sueño a la productividad conviene desglosar los factores que afectan a esta.

Dormir bien permite el aprendizaje y la concentración

“La investigación sugiere que el sueño ayuda al aprendizaje y la memoria de dos formas distintas”, dicen en un comunicado de la Universidad de Harvard. Hace tiempo que se conoce que el sueño es imprescindible tanto antes de un evento como después de él si se pretende recordarlo con fidelidad.

Algo similar ocurre con la concentración en el puesto de trabajo. Aquellas personas privadas de sueño se ven incapaces de prestar atención de forma óptima. Ninguna de las dos son buenas noticias para la productividad, que exige concentración y capacidad de memorización para desarrollarse con normalidad.

Niveles de estrés: más altos cuando se duerme mal

La falta de sueño también favorece niveles de estrés muy superiores a los obtenidos con un sueño reparador. Y lo peor es que se retroalimentan: niveles altos de estrés pueden generar insomnio. Según los últimos estudios sobre calidad de sueño y estrés, este círculo puede romperse tras varias noches de sueño profundo. Dado que el estrés es un factor que impide lograr una productividad laboral plena, dormir bien resulta imprescindible.

La creatividad merma si se duerme mal

Aunque algunos estudios han encontrado una relación entre los genios (como Picasso) y problemas de sueño, se discute si la relación es inversa: son genios, quieren crear y no pueden dormir debido a ello. Para los mortales, la realidad es que la privación del sueño generalmente degrada la agilidad mental y las funciones cerebrales de orden superior, lo que afecta a la creatividad.

Y dado que la creatividad es uno de los grandes impulsores de la innovación laboral, conviene que los trabajadores descansen debidamente si buscan aportar ideas a nivel empresarial.

Dormir mal puede hacer ganar peso

La calidad del sueño tiene un importante impacto en la forma en que se gana o se pierde peso. De hecho, se ha señalado a la mala calidad del sueño como factor promotor de la obesidad, y hace tiempo que se conoce que los trabajadores con obesidad avanzada tienen una productividad inferior que esos mismos empleados en un peso saludable.

Por descontado, tener hábitos de vida saludables y hacer ejercicio físico intenso con frecuencia es muy importante a la hora de cuidar la salud personal, y su falta tiene un impacto negativo en la productividad empresarial. Además, ocurre que también son factores que se retroalimentan: dormir mal puede hacer ganar peso, y la obesidad puede ser una barrera de entrada al deporte que, a su vez, ayuda a conciliar el sueño. Es importante tratarlos en paralelo.

¿Puede la falta de sueño causar depresión?

Si bien dormir mal no causa depresión, sí puede agudizarla. La falta de sueño puede provocar que la depresión sea más grave, y viceversa, según el Instituto del Sueño. Además del impacto a título personal, “la depresión es una enfermedad con efectos desfavorables en el lugar de trabajo”. La literatura científica ha sido capaz de estimar el coste económico de la depresión, y este es elevado.

La falta de sueño favorece otras enfermedades

Buena parte de la falta de productividad empresarial viene derivada del absentismo laboral debido a bajas médicas. Y es aquí donde entra un sistema inmune debilitado por la carencia de sueño. Son muchos los estudios que vinculan todo tipo de enfermedades con la falta de sueño.

Por ejemplo, es más probable pillar el resfriado común si el sistema inmune no ha sido restaurado como debe durante el sueño. También es más probable recaer en una enfermedad crónica, o que cualquier evento traumático (como un golpe) se desarrolle de forma poco favorable.

Descansar adecuadamente resulta imprescindible para ser productivos, tanto en el lugar de trabajo como dentro de la sociedad. Y la falta de sueño o un sueño de mala calidad tienen consecuencias económicas de calado. Por eso, y por las evidentes mejoras en el ámbito personal, merece la pena acostarse un poco antes y dormir lo recomendado por los expertos.

Imágenes | iStock/Maria Casinos, iStock/nensuria, iStock/interstid

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