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Cómo calcular el beneficio neto

Muchos emprendedores se plantean cómo calcular el beneficio neto. Aunque no lo es todo y un negocio puede tener objetivos diversos (incluidos los sociales y ambientales), se trata de una cifra importante, ya que muestra un resultado final de la actividad con un amplio conjunto de factores que influyen sobre él. Veamos en qué consiste esta cifra.

Así se calcula el margen sobre ventas, uno de los indicadores más importantes en la pyme

Qué es el beneficio neto

Todos tenemos en la cabeza el concepto de beneficio como diferencia positiva entre ingresos y gastos. Cuando aquellos superan a estos decimos que tenemos beneficios. Si sucede lo contrario, hablamos de pérdidas. Sin embargo, podemos calcularlo de diferentes formas, dependiendo de qué ingresos y gastos incluimos en el cálculo.

El adjetivo ”neto” es bastante sencillo de comprender si atendemos al diccionario, que lo define como “limpio”. Por lo tanto, estamos hablando de un tipo de beneficio en el que hemos depurado algunos conceptos. Por ejemplo, en el cálculo hemos quitado al beneficio bruto los impuestos, así como los ingresos y gastos financieros, la depreciación o los gastos generales.

En todo caso, es un concepto adaptable a nuestras necesidades. Por ejemplo, podemos aclarar que es un beneficio neto de impuestos, neto de intereses, etcétera.

Fórmula para saber cómo calcular el beneficio neto

Lo primero que tenemos que saber es qué beneficio neto queremos calcular. Si, por ejemplo, deseamos conocer el beneficio neto del conjunto de la empresa, podemos recurrir al resultado del ejercicio que aparece en los modelos normal o abreviado de cuentas anuales en la cuenta de pérdidas y ganancias. Es la última cifra que aparece en la parte baja de este estado contable con el nombre de resultado del ejercicio.

No obstante, en ocasiones, puede interesarnos conocer el beneficio neto aportado por un producto, por una sucursal, etcétera. En ese caso, deberíamos ir paso por paso y convendría aplicar una fórmula como la siguiente:

RESULTADO NETO = VENTAS – COSTE DE LAS VENTAS – DEPRECIACIÓN – iNTERESES – IMPUESTOS – GASTOS GENERALES

Una precisión importante es que, como pasa con el ebitda y otros indicadores semejantes, es conveniente tener claro qué es lo que incluimos. Este cálculo no está exento de criterios

Imaginemos, por ejemplo, que determinado componente de la depreciación conforme a un criterio debe recogerse un año y con otro alternativo esperaríamos a que se diese cierta circunstancia para reflejar esa depreciación. Dependiendo de la elección que tomemos, el resultado será diferente y lo tenemos que tener en cuenta al efectuar comparaciones.

Diferencias con el beneficio bruto

En el beneficio neto estamos descontando todos los gastos. En el caso del beneficio bruto, solamente consideramos las ventas minoradas por su coste. Por lo tanto, podemos partir del beneficio bruto y descontar depreciación, intereses, impuestos y gastos generales para llegar al beneficio neto.

En términos muy generales, podemos decir que el beneficio bruto nos informa del comportamiento de la actividad básica de la empresa. Más allá de esta, existen aspectos relacionados como las inversiones, la financiación o la fiscalidad que influyen en el beneficio neto.

Factores que influyen en el beneficio neto

El beneficio neto está influido por todo tipo de factores. Más específicamente, podemos clasificar los principales en los siguientes:

  • Demanda. Influye tanto la evolución de las cantidades vendidas como los precios obtenidos por ellos.
  • Precios de aprovisionamientos, servicios y suministros recibidos.
  • Inversiones, que influyen en la depreciación, pero también en la necesidad de distintos tipos de empleados.
  • Laborales y organizativos, en especial todo lo relacionado con la productividad y los costes laborales.
  • Financieros, como los intereses de las deudas.
  • Fiscales.
  • Tecnológicos, ya que condicionan tanto los bienes o servicios que podemos producir como los recursos que se necesitarán para lograrlo.

Importancia del beneficio neto para una empresa

El beneficio neto del conjunto de la empresa es el que es, finalmente, distribuible. Cada ejercicio, habrá que decidir sobre su aplicación. Una parte quedará dentro de la empresa para financiarla y otra se repartirá en dividendos.

Sin embargo, desde un punto de vista financiero, para los terceros interesados en la empresa, el dividendo es una prueba más consistente de rentabilidad que el propio beneficio neto. 

Al fin y al cabo, este resultado depende en buena medida de la aplicación de los principios contables y los criterios de registro y valoración. Incluso, por desgracia, hay casos de fraude contable. Por su parte, el dividendo es una muestra objetiva de que la empresa genera flujos de tesorería y tiene capacidad para repartirlos.

En todo caso, la existencia de beneficio neto es un presupuesto razonable para el reparto de dividendos. Sin beneficios, ya sean pasados o esperables en el futuro, las salidas de dinero hacia los propietarios estarían mostrando simplemente la descapitalización y progresiva liquidación de la empresa.

De cualquier forma, la interpretación del beneficio neto exige ponerlo en contexto. Es una cifra final, pero nos interesa analizar la evolución de los componentes que influyen en el resultado. Además, hay que situar la cifra en el momento en el que se produce. Imágenes | Maxime Agnelli, Eddy Klaus, Hulki Okan Tabak, Naseem Buras en Unsplash

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