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Sensores IoT para la gestión inteligente de los residuos

En el año 2025, al menos el 55% de los residuos municipales deberían reciclarse, tanto de hogares como de empresas. Este es uno de los objetivos que recoge el texto aprobado a principios de este año por la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo. Un objetivo que irá aumentando progresivamente hasta el 60% para 2030 y el 65% para 2035. 

Internet de las Cosas, hacia los procesos de producción inteligentes

Para cumplir con estas metas, en España se están llevando a cabo iniciativas para una gestión inteligente de residuos. En ellas el uso de tecnologías de Internet de las Cosas (IoT, en sus siglas en inglés) está jugando un papel fundamental dentro del ecosistema de las smart cities. Y abarcan todo el ciclo, desde el momento en el que el ciudadano deposita su basura en los contenedores, pasando por su transporte y hasta su llegada a las plantas de tratamiento de residuos.

Recogida selectiva por territorios

Entre los proyectos piloto en marcha están los de la ciudad de Logroño, el Cabildo de La Palma, y los consorcios de La Rioja (CARE) y Cantabria (MARE). Todos forman parte del desarrollo de una plataforma inteligente de gestión de residuos de Ecoembes. En su creación también colabora Minsait, la consultoría tecnológica de Indra.

Estos cuatro territorios tienen diferentes necesidades. De ahí que se hayan seleccionado para realizar los primeros despliegues. “Son zonas representativas que nos están ayudando a desarrollar los algoritmos de la plataforma”, nos cuenta en conversación telefónica Fernando Sanz Merino, especialista en innovación de Ecoembes.

“Así, en Cantabria hay mucha diferencia de estacionalidad entre el invierno y el verano por la afluencia de turismo. Logroño es una zona más urbana y la gestión difiere de las áreas rurales de La Rioja donde, a priori, puede parecer que se necesita una mayor planificación. Mientras que en los territorios insulares, como La Palma, los comportamientos pueden ser distintos a los de la Península”, describe Sanz Merino.

Con el despliegue ya ejecutado, en el primer trimestre del próximo año tendrán los primeros resultados. Esta información será la que ayude a gestionar de una forma más eficiente los residuos y la base para que sea posible cumplir los objetivos establecidos por la Unión Europea para los próximos años.

“Es una plataforma de colaboración para todos los agentes que forman parte de la gestión de residuos (ciudadanos, gestores, administración pública…)”, recalca el especialista en innovación de Ecoembes. “No solo tiene que ver con la parte operativa, dirigida a mejorar y optimizar los servicios, también a conocer comportamientos ciudadanos”.

Datos sobre y para los ciudadanos

La colaboración ciudadana es una de las claves para cualquier sistema de recogida eficiente de residuos. El uso de datos y sensores que ayuden a definir mejor las características de cada población mejora el conocimiento que se tiene sobre ella. “Esto incluye fuentes de datos socioeconómicos, poblacionales, conocimiento de comportamientos… y también se basa en información de IoT”, enumera Sanz Merino.

Gracias a esta información es posible saber, por ejemplo, en qué áreas se recicla mejor o peor. De esta manera, los municipios puede orientar sus campañas de concienciación de forma más dirigida. O si en una determinada zona la población está más envejecida, facilitarles el acceso a los contenedores. “Se trata de hacer campañas específicas y saber si en ese lugar se está haciendo mejor o peor según los segmentos de población”.

Las plataformas de IoT son herramientas de colaboración para todos los gestores que forman parte de la gestión de residuos. No solo tienen que ver con la parte operativa, dirigida a mejorar y optimizar los servicios, también a conocer el comportamiento de los ciudadanos

Entre las propuestas de Ecoembes está la instalación de pulsadores en los contenedores. A través de esta tecnología se podrían conocer la percepción que tienen los ciudadanos sobre el sistema de recogida de basuras y que esta fuera analizada por el gestor municipal. Ya existe tecnología para hacerlo de una manera óptima. Estos datos complementarían a las encuestas tradicionales que realizan los ayuntamientos, casi siempre por vía telefónica.

Tampoco se descarta la incorporación de un sistema de pago por generación de residuos, algo que viene reclamándose desde algunos ámbitos y que ya funciona en algunos países europeos. Una forma de aplicación es asignando una tarjeta por unidad familiar, que se utiliza para abrir el contenedor. Un sensor de pesaje determina la cantidad de residuos depositados, un dato con el que se establece la tasa a aplicar por el servicio de recogida.

Gestión eficiente del servicio

Otra de las claves en la prestación de estos servicios municipales es su calidad. Un valor medible a través de sensores instalados en los contenedores y de los GPS de los vehículos. “La recopilación de estos datos permite, por ejemplo, pasar por los contenedores cuando realmente sea necesario. Y, sobre todo, establecer rutas más óptimas. Lo que, a su vez, redunda en una mejor calidad de vida del ciudadano”, nos explica Sanz Merino.

En este sentido también está trabajando Urbaser. Esta empresa de gestión medioambiental, presente en 20 países, ya está ejecutando la primera versión de su plataforma IoT a través de la solución Microsoft Azure. Su hoja de ruta se ha centrado inicialmente en los servicios urbanos, sobre todo en la recolección de residuos y limpieza de calles.

Los sensores instalados en sus vehículos y contenedores proporcionan información a la plataforma en tiempo real. Así es posible detectar posibles averías y minimizar el número de reparaciones e interrupciones del servicio. Estos sistemas también son utilizados por los gestores de los servicios urbanos para optimizar sus recursos.

“Nuestra estrategia de Internet de las Cosas incluye la incorporación progresiva de sus vehículos en todo el mundo, así como de las plantas de tratamiento de residuos dentro de la arquitectura IoT”, asevera Álvaro Palomo Navarro, responsable de IoT de Urbaser. “Además, también la hemos abierto a la inteligencia artificial y al machine learning”. Todo ello orientado a reducir el impacto de sus servicios en el medio ambiente.

Integración de todos los procesos

La reducción de las rutas de recolección y la disminución del consumo de combustible son parte de los beneficios que la aplicación de la IoT aporta a la gestión inteligente de los residuos, junto a la reducción de los niveles de ruido y el descenso de las emisiones de gas. Pero para completar el ciclo, no hay que olvidarse de la última parte de la cadena: las plantas de tratamiento.

Dentro de su estrategia de Industria 4.0, tanto Urbaser como Ecoembes ya están trabajando en este sentido. “Actualmente estamos buscando nuevos métodos de transformar los residuos en recursos. Queremos ofrecer soluciones integradas para estos problemas. Tanto dentro del marco de las smart cities como de la economía circular”, mantiene Andrés Martínez, director general de Servicios Urbanos de Urbaser.

En las plantas de selección, los sensores se usan, sobre todo, para conocer su comportamiento. El fin es cruzarlo con la información obtenida anteriormente. Al saber el tipo de residuo que entra se puede cambiar el uso de sus recursos. Por ejemplo, si el residuo llega húmedo o no, se pueden modificar los parámetros para un tratamiento más óptimo.

“De alguna forma todo está relacionado. Se trata de que el cambio de algún dato en algún lugar te dé la información para modificar otro. Se trata de integrar todos los procesos de recogida y tratamiento”, describe Sanz Merino.

La recogida y el tratamiento de residuos de una forma más inteligente conlleva beneficios para todos los actores del proceso. La reducción de las rutas de recolección, la disminución del consumo de combustible, la reducción de los niveles de ruido y el descenso de las emisiones de gas son algunos de ellos

El especialista en innovación de Ecoembes también llama la atención sobre la necesidad de utilizar fuentes de datos relacionados con las ciudades inteligentes. “Por ejemplo, de eventos que se celebren en una ciudad o territorio. De modo que la agenda cultural que tengan influya en la organización del servicio”. Y remarca: “A veces los ayuntamiento no conocen la realidad operativa del servicio y su calidad. De este modo, es posible tener acceso a esa información. Además de comprobar que los procesos se están llevando a cabo de la forma adecuada”.

En definitiva, gracias a IoT, los gestores pueden mejorar sus servicios, el ayuntamiento o consorcio conocer su desempeño y los ciudadanos beneficiarse de una gestión más específica e inteligente de los residuos. Sin duda, todos ganamos.

Imágenes: iStock, Ecoembes, Urbaser

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