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Así es como IoT está revolucionando los departamentos de operaciones de las empresas

Aunque la conectividad entre dispositivos puede ayudar a las compañías a mejorar múltiples funciones, de acuerdo con un estudio elaborado por McKinsey, el departamento que saldrá más beneficiado es el de operaciones de servicio.

En concreto, el Internet de las Cosas empresarial produciría el mayor valor en tres áreas muy concretas: monitoreo e inspección de las diversas fases de producción, el diagnóstico de fallos y pronósticos previsibles, y el mantenimiento predictivo para adelantarse a las posibles averías.

El omnipresente Internet de las Cosas

En los últimos años, hemos sido testigos de un aumento del interés dentro del sector empresarial por todo lo relacionado con IoT, ya que la combinación de datos de sensores y algoritmos analíticos sofisticados ha permitido a las compañías optimizar los procesos y aumentar su eficiencia. Estas aplicaciones pueden incluso transformar incluso su modelo de negocio de un servicio técnico a una venta consultiva.

“Los resultados de la encuesta permiten identificar algunas tendencias direccionales que sugieren que el IoT de la empresa está preparado para un fuerte crecimiento, debido a su capacidad para mejorar la experiencia del cliente, aumentar la productividad y permitir el desarrollo de productos y servicios innovadores. 

Internet de las Cosas: oportunidades, retos y ejemplos reales de uso por parte de las compañías

¿Va el IoT por delante o por detrás de las necesidades de empresas y usuarios? ¿Es el órgano el que crea la función o la función la que crea al órgano? Alemania está más desarrollada en Industria 4.0, pero España es el segundo país de Europa que cuenta con más cuota IoT por red, lo que significa múltiples ejemplos en uso. El IoT es un transversal tecnológico que alimentará el valor de los datos al alcance de cualquier compañía. Hasta hace poco tiempo, montar una infraestructura de sensores y comunicación suponía una gran inversión, hoy hay múltiples casos de uso fácilmente abordables.

De acuerdo a las proyecciones de los analistas, si en 2016 la inversión en todo el mundo en hardware, software, servicios y conectividad relacionada con el IoT alcanzaba los 737.000 millones de dólares, se espera que estas cifras se incrementen hasta los 1,2 billones en 2020. Para España, el gasto en IoT fue de 13.500 millones de euros, y prácticamente se espera que se doble en estos cuatro años, hasta alcanzar los 23.000 millones.

Pero hay una pequeña pega. “Internet de las Cosas transformará cómo vivimos y cómo hacemos negocios. Es una ola gigantesca que, para quien esté preparado, será una gran oportunidad; y para quien no lo esté, una gran amenaza”, señala Manuel Muñiz, CEO del Madrid IoT Instiute (MIoTI), al tiempo que subraya que los equipos directivos son conscientes de que les falta una estrategia que desarrolle y aproveche este caudal de información. “El 70% reconoce que no son capaces de integrar IoT en sus modelos de negocio, y el 50% de generar valor a partir de los datos que generan y capturan”.

Tres casos de uso: Repsol, Talgo y Thyssenkrupp

A la hora de pasar de lo general a lo concreto, se pueden citar varios ejemplos en el campo industrial; de los más llamativos, el de Repsol, que en su refinería de Tarragona ha podido pasar de estudiar 30 variables a 400 y analizarlas gracias a la implementación de Google Cloud. De esta manera, pueden dar una vuelta de tuerca más y optimizar procesos para lograr ahorrar hasta 30 céntimos de euro por barril de petróleo, lo que se podría traducir en unos 20 millones de dólares anuales.

Esta iniciativa es paralela a otros proyectos digitales que la compañía ha puesto en marcha. Por ejemplo, el sistema SICLOS ha permitido que los operadores de las salas de control conozcan en tiempo real la incidencia que tiene su forma de operar en los resultados de calidad y en el desempeño medioambiental, sabiendo en todo momento si las operaciones se están optimizando desde el punto de vista de calidad y eficiencia. Mientras tanto, el proyecto NEPXUS, puesto en marcha hace unos años, ha facilitado la integración de procesos de planificación, programación y ejecución. Como explican desde la compañía, “el objetivo final es agilizar nuestra capacidad de análisis y decisión para, entre otros, aumentar el margen del refino”.

Otro ejemplo es el de Talgo y su último proyecto de tren de alta velocidad Medina-La Meca, en el que cada tren lleva incorporados 6.000 sensores, que generan alrededor de 2.000 señales por segundo en streaming, más los eventos que se comprueban cada diez minutos, en total 2 GB al día. Hay que multiplicar todo esto por los 36 convoyes que conforman la flota saudí, cuyos sistemas de señalización y sensorización se encuentran gestionados desde la nube.

«El Internet de las Cosas transformará cómo vivimos y cómo hacemos negocios. Es una ola gigantesca que, para quien esté preparado, será una gran oportunidad; y para quien no lo esté, una gran amenaza”, señala Manuel Muñiz, CEO del Madrid IoT Instiute (MIoTI)

“Los trenes son activos muy costosos. Se trata de que estén funcionando el máximo de tiempo y reducir su estancia en revisiones. El control es diario, se pasa por un pórtico medidor que da unos predictivos importantes y en base a machine learning aprende, con lo que se pretende alargar su paso por talleres de los 5.000-8.000 km a los más de 30.000 km, y ahorrar un 15%”, cuenta Luis Alfonso Henar, director de mantenimiento mundial de Talgo. “Luego las intervenciones funcionan como los pit-stop de la Fórmula-1, se tiene todo preparado, se sabe dónde actuar y vuelta a circular”. Se espera además que estos ahorros se trasladen al precio final del billete con el fin de que la alta velocidad llegue a más viajeros, sin comprometer la seguridad.

Otro ejemplo puesto en marcha en suelo español es el protagonizado por la multinacional alemana Thyssenkrupp con la implementación de la tecnología de mantenimiento predictivo MAX. Este sistema recopila datos en tiempo real a través de los sensores que incorporan sus ascensores y escaleras mecánicas, y los envía a la nube de Microsoft Azure, permitiendo calcular la vida útil de las piezas o determinar cuáles y cuándo requerirán mantenimiento.

Con una base instalada de más de 120.000 ascensores conectados (25.000 en España), el sistema también puede informar sobre la posibilidad de que surjan problemas antes de que ocurran, lo que redunda en un aumento de la eficiencia y en una reducción del tiempo de inactividad del ascensor.

Como comentan desde la compañía, el objetivo es “llevar la industria de los ascensores a la era digital, integrando nuestra tecnología de aprendizaje del Internet de las cosas para ofrecer unas soluciones revolucionarias del servicio”.

El funcionamiento de MAX comienza con la recogida de datos (apertura y cierre de puertas, viajes, llamadas desde cabina, códigos de error, etcétera) en todos los ascensores conectados desplegados por la compañía. Continúa con el envío de esos datos a la nube. A través de complejos algoritmos se analizan los patrones de comportamiento y la salud del ascensor y sus componentes. Con toda esa información, MAX es capaz de elaborar diagnósticos precisos que envía al técnico en tiempo real, indicándole dónde es necesario intervenir.

Paralelamente, con el propósito de optimizar el trabajo de sus técnicos de mantenimiento y que los procesos sean más eficientes y seguros, más de 24.000 técnicos de Thyssenkrupp están utilizando las gafas de realidad aumentada HoloLens de Microsoft para poder identificar a distancia cualquier incidencia que pueda tener el ascensor sin necesidad de desplazarse. Ese mismo dispositivo les permite realizar llamadas remotas a través de Skype si necesitan asesoramiento o intercambiar instrucciones holográficas.  

Un dispensador que “sabe” mucho

Sin alejarnos del frío, nos detenemos en los dispensadores de las tiendas de conveniencia, gasolineras o aeropuertos. Coca-Cola HBC, la filial griega de la multinacional, ha escogido la solución de Atos Codex para implementar los primeros dispensadores y pantallas conectadas en sus máquinas de vending y de venta minorista, una aplicación para mercados retail y de bienes de consumo ofrecida como servicio en la nube para crear un ecosistema completamente conectado.

Corriendo sobre la plataforma tecnológica entregada por Microsoft Azure, puede escalar hasta conectar millones de dispositivos diferentes, como anaqueles, fuentes de refrescos, máquinas de café o surtidores de gasolina, creando grandes cantidades de datos sobre el comportamiento del cliente, el uso y el estado de funcionamiento.

Con una inversión de 1,6 millones de euros, Coca-Cola HBC tendrá los primeros 300.000 refrigeradores conectados a finales de 2018. Esta solución les permitirá acceder a enormes cantidades de datos del punto de venta, incluyendo ubicación y disponibilidad del refrigerador en la tienda, temperatura, nivel de existencias, colocación de productos, comportamiento del cliente y tendencias.

El objetivo final de esta solución de extremo a extremo es facilitar que Coca-Cola HBC se conecte, recopile y administre datos de los refrigeradores conectados, buscando una descripción general del comportamiento del consumidor y el rendimiento comercial para ayudar a mejorar la eficiencia operativa y a aumentar los ingresos. Los refrigeradores inteligentes también permiten la interacción de proximidad con el uso de aplicaciones móviles, lo que posibilita la interacción con los clientes en tiempo real. Esto proporciona un valor agregado con ofertas personalizadas y promociones especiales, convirtiendo el compromiso digital en un aumento de la venta de productos.

El futuro no tan lejano del IoT empresarial

Desde el sector industrial más sofisticado hasta el comercio retail a pie de calle, pasando por la banca y la sanidad, el Internet de las Cosas está revolucionando el mercado, haciéndolo más inteligente, automatizando procesos, permitiendo conocer mejor a los clientes, anticipándose a necesidades y ahorrando recursos, entre miles de oportunidades más que bullen en la imaginación de los responsables de negocio.

«Según un estudio deMcKinsey, un 92% de los encuestados cree que el IoT va a tener un impacto positivo en los próximos tres años, ya sea mejorando las operaciones o permitiendo a las empresas desarrollar nuevos productos con capacidades de IoT integradas, lo que puede traducirse en mayores ingresos»

Adelantarse a la rotura de un grifo de cerveza para que no colapse cuando el bar está lleno, un espejo “táctil” en el probador que recomienda ropa y complementos según el reconocimiento de rostro, ahorrarse viajes innecesarios para reponer productos y cambio de monedas en las máquinas de vending, chequear y calibrar las señales de despegue y aterrizaje de cada aeropuerto con un dron en vez de hacer volar un avión… hay muchos ejemplos y casos de uso.

Por lo tanto, no es de extrañar que, volviendo a la encuesta de McKinsey, un 92% de los encuestados haya indicado que el IoT va a tener un impacto positivo en los próximos tres años, ya sea mejorando las operaciones o permitiendo a las empresas desarrollar nuevos productos con capacidades de IoT integradas, lo que eventualmente puede traducirse en mayores ingresos. Las empresas lo saben y ya están trabajando en ello.

Por Javier Renovell

Imágenes / iStock, Repsol, Grupo Vips y Coca-Cola

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