Está claro que las aplicaciones de Internet of Things (IoT) son muchas y variadas, y que es una tecnología que puede contribuir mucho a mejorar los procesos productivos, la eficiencia en las empresas y por supuesto a la mejora de la vida de las personas.
En concreto, esta tecnología es perfectamente aplicable a sectores como al logístico y de transporte, energético, industria 4.0, automoción, salud o al retail.
Pero también tiene una variante muy importante relacionada con la sostenibilidad y el medioambiente, al poder utilizar esta red de ‘cosas conectadas’ en la gestión ambiental de recursos naturales.
Un buen ejemplo es el proyecto de implantación de un sistema para una gestión eficaz del agua de Canal de Isabel II, llevado a cabo por Orange en colaboración con Hidroconta, enmarcado dentro del ‘Plan Smart Water’ de telelectura inteligente de contadores de agua del Plan Estratégico 2018-2030 de Canal de Isabel II.
¿Qué es Internet of Things o Internet de las cosas?
Aclaremos algunos conceptos sobre Internet of Things, para situar el ámbito en el que nos movemos. Internet of Things se refiere a la tecnología a partir de la cual se conectan multitud de objetos a Internet.
Objetos inteligentes que se pueden comunicar entre sí en cualquier instante y que, por supuesto, pueden ser controlados a distancia. Pueden ser desde elementos domésticos comunes a dispositivos complejos, que se dividen normalmente entre los destinados a la recogida de datos (sensores) y los que realizan alguna función (actuadores) dentro de un sistema que permita controlar los procesos operativos de, por ejemplo, una empresa de logística.
Se calcula que para el año 2025 más de cinco mil millones de objetos estarán conectados y es evidente que todo ello permitirá una mejor gestión de la información y los procesos de todo tipo. Algo que ya está transformando la manera de llevar a cabo diferentes negocios en las empresas, incluyendo los relacionadas con la sostenibilidad medioambiental.
¿Qué impacto tendrá Internet de las Cosas en nuestro futuro sostenible?
El Foro Económico Mundial estima que la industria relacionada con IoT pueda llegar a alcanzar un valor de 14 billones de dólares (unos 13 mil millones de euros) en 2030. Por tanto, podemos hacernos una idea de la importancia que tendrá para la economía mundial. Pero, si el papel de Internet de las cosas en la industria y negocios parece claro, ¿qué hay del cuidado del medioambiente y la sostenibilidad?
Para el World Economic Forum, Internet de las Cosas es “uno de los grandes facilitadores de la transformación digital”, pero debe asegurarse que en la implantación de los proyectos en las empresas se cuide su impacto medioambiental.
Con esta finalidad se creó el informe ‘IoT Guidelines For Sustainability’. En él se afirma que el pleno potencial de la tecnología de objetos conectados como facilitador del desarrollo sostenible se alcanzará cuando la sostenibilidad sea incorporada en la fase de diseño de los proyectos IoT.
Para ello, el organismo cree que la mejor manera de maximizar los beneficios del desarrollo sostenible es analizar y determinar los parámetros de sostenibilidad medioambiental en la fase de diseño de los proyectos de Internet of Things. Además, apuesta por la creación de modelos para que las empresas puedan realizar un autoanálisis detallado cuando vayan a abordar un proyecto de este tipo, para saber si se ajusta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.
Orange y su solución Smart Metering para Canal de Isabel II
Internet of Things está dejando de ser la tecnología del mañana para convertirse en la de hoy, como demuestran proyectos como el realizado por Orange e Hidroconta para Canal de Isabel II.
Esta importante empresa pública de gestión hidráulica, que abastece a Madrid y gran parte de su Comunidad Autónoma, es puntera en temas de sostenibilidad. De hecho, ha sido reconocida por la International Water Association como “una de las mejores empresas por sus actuaciones de adaptación y mitigación para asegurar la gestión sostenible del agua”.
El proyecto llevado a cabo junto a Orange consiste en implementar un sistema IoT para la lectura y telegestión de sus contadores de agua.
El objetivo es aplicar los beneficios de Internet de las cosas en la eficiencia de la gestión de los recursos hidráulicos y aprovechar su rentabilidad en pro de la sostenibilidad y el impacto medioambiental. Gracias a ello, es posible la detección de pérdidas innecesarias en la distribución del agua y un mejor control del consumo, con lecturas automatizadas en remoto y en tiempo real.
Además, entre otras, posibilita una mejor planificación en cuanto a dimensión y ubicación de infraestructuras o una gestión eficiente del agua cuando los caudales son escasos a causa de la sequía.
¿En qué consiste el proyecto?
El proyecto permite desplegar nueve mil concentradores conectados a una red NB-IoT exclusiva de Orange y destinados a controlar más de cien mil contadores inteligentes.
Y es que, en este contexto, la lectura de contadores de agua se convierte en una
herramienta que va más allá del conocimiento del consumo para su facturación. El objetivo es obtener mayor información sobre el consumo de agua con el fin de ofrecer un mejor servicio a los usuarios y contribuir a mejorar la eficiencia de los sistemas de abastecimiento.
Para contribuir a este fin, la solución de telegestión de contadores de agua de Orange tiene ventajas como ofrecer una red con un bajo consumo de batería de sus concentradores (importante para funcionar en todo su ciclo de vida útil), una red con mayor penetración de la señal para transmitir lecturas en ubicaciones complicadas, y un menor coste en la adquisición del hardware (gracias a unos módulos NB-IoT más económicos) y de la infraestructura de comunicaciones.
Aunque Orange ofrece soluciones IoT para todo tipo de empresas de distintos sectores, el proyecto de Smart Metering realizado para Canal de Isabel II es una excelente muestra de cómo el Internet of Things puede ser una herramienta clave para el sector hidráulico, gracias a la amplitud de frentes que se pueden controlar y medir gracias a la automatización de los procesos.
En definitiva, un gran ejemplo de cómo el Internet de las Cosas puede contribuir a la sostenibilidad medioambiental y a paliar los efectos del cambio climático.
Por Óscar Condés
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