Un jefe es un jefe. Aquí y en cualquier otro trabajo del mundo. Da igual cuál sea su nombre o su cargo exacto. El jefe siempre es el jefe.
Lo mismo ocurre con otro tipo de compañeros de trabajo. Da igual cómo se llame, de qué departamento sea o cuál sea su cometido. Todos tenemos al típico compañero que siempre llega tarde. O el que no puede vivir sin tomarse un café, y luego otro, y otro.
Porque sí, cada empresa es única. Pero, al final, en todas ellas conviven personas que, en ocasiones, se ciñen a la perfección en determinados roles que se replican en todas las empresas.
Estos son algunos de los típicos compañeros que, si no están en tu oficina, seguramente han pasado por allí o llegarán en cualquier momento.
El que llega tarde
Da igual el motivo: porque había mucho tráfico, porque el Metro se ha parado en mitad de una estación, porque la combinación de transportes públicos ha fallado, porque tenía médico a primera hora, porque se le olvidó poner el despertador… Al final, siempre llega tarde.
El que siempre se marcha el último
Nunca te has parado a preguntar cómo se cierra la oficina, cuál es el código de seguridad que hay que teclear, porque sabes que esta persona es la encargada de hacerlo. ¿Forma parte de su trabajo? Qué más dá: siempre es la última en desaparecer de la oficina.
El que siempre quiere tomar un café
Si el programa Camera Café se volviera a emitir, sería el protagonista indiscutible. De hecho, algunos creen que vive al lado de la máquina de café. Está siempre dispuesto a hacer esa pequeña pausa y su frase favorita es “¿un café?”.
El nervioso que hace ruido con las teclas
Hay quien teclea en el ordenador y hay quien aporrea las letras como si no hubiera un mañana. Sí, el tipo de teclado que tengas también influye mucho a la hora del ruido que hagas, pero algunos parece que tengan una fuerza descomunal en sus dedos.
El empleado que tiene siempre miedo
Sea fundado o no, hay personas que viven con el miedo en su cuerpo. Si ven al jefe yendo hacia su puesto, piensan que les van a despedir. Si ven muchas reuniones de los altos cargos, temen una reorganización del negocio. Cuando entregan su trabajo, están convencidos de que se lo van a echar abajo.
El pachorro que trabaja a cámara lenta
Es el contrapunto del anterior. Son personas tranquilas, relajadas, que parecen no tener sangre en las venas. Y, aunque a veces viene bien tener esa filosofía de vida, pueden acabar sacando de las casillas a más de uno con su tranquilidad.
El jefe que solo es jefe
No vamos a entrar en materia de si un jefe es un líder o no. Y aunque no todos los jefes son malos, los hay que son jefes y nada más que eso.
El que anima todas las fiestas
Qué sería de esas reuniones de trabajo, de esas convenciones, sin estos grandes compañeros, los que son capaces de hacer bailar y reír a todo el personal y que siempre están dispuestos a tomar una caña después de trabajar.
El que siempre está
Si llegas pronto, está. Si te marchas tarde, está. Si vas un fin de semana, ahí está también. Incluso en las pausas para café y comida. Es el compañero que parece que vive ahí.
El que va a la oficina a ver pasar el tiempo
Confiésalo. Seguro que alguna vez te has preguntado por qué le pagan exactamente a ese compañero de oficina que parece estar todo el día ocioso y sin nada que hacer. Mientras a ti se te acumulan las tareas, él ve pasar el tiempo.
Al que siempre se le caen las cosas
Da igual qué sea el café, el proyecto, el informe, su bolso… Hay personas que son patosas por naturaleza y este compañero de oficina pertenece a esta especie.
El que siempre está hablando por teléfono
¿Necesitas hablar con ese compañero para terminar de preparar un informe? ¿Para saber cómo debes proceder ante una nueva situación imprevista? ¿Para que te facilite determinado contacto? Da igual, va a ser imposible porque siempre está hablando por teléfono.
El que evita todos los marrones
Hay gente que tiene una gran habilidad para escabullirse y lograr que ningún marrón se le asigne. Aprendida o adquirida, es una habilidad que todos hemos querido tener alguna vez.
La secretaria guardaespaldas
Ser la secretaria del CEO de una empresa es, a veces, difícil. La mayoría tienen una gran sonrisa y mano derecha, pero hay otras que son más temidas que los porteros de discoteca.
El becario
Antes eran almas cándidas que empiezaban a tener sus primeras experiencias laborales, ahora son millennials algo más «rebeldes»… ¿Algún consejo? Quizá recomendarles que se lean este post para que nada les pille desprevenidos.
