Empresa

Cinco trabajos con mucho futuro: del nanomédico al piloto de drones

La digitalización está acelerando los cambios en el entorno laboral. Y parece que ese proceso no ha hecho más que empezar. Según el Institute for the Future (IFTF) de Palo Alto (California), una organización sin ánimo de lucro que lleva medio siglo adelantando tendencias en ámbitos como la salud, la alimentación o los medios de comunicación, el 85% de los trabajos que habrá en 2030 aún no se han inventado.

Los expertos dicen que los jóvenes de hoy se van a tener que acostumbrar a navegar en un mundo VUCA (siglas de volatility, uncertainty, complexity y ambiguity). En España, el centro de investigación en innovación laboral Valkiria, con sede en Barcelona, también analiza cuáles serán los trabajos y las habilidades en la gestión empresarial que más se van a solicitar en los próximos años en las empresas, teniendo en cuenta el contexto de innovación y transformación en el que está inmerso el mercado actual.

Los expertos de Valkiria están convencidos de que los trabajos del futuro se encontrarán entre los llamados white collar jobs, aquellos que requieren un conocimiento intensivo y son desarrollados en una oficina con el uso del ordenador. Se trata de puestos con mejores perspectivas que los denominados blue collar (correspondientes a los trabajos manuales y físicos) o los pink collar, que son los relacionados con el trato al cliente, las ventas y las relaciones públicas. Estos son cinco trabajos con mucho futuro, según los expertos de Valkiria.
 

Gammification designer

Desde hace una década, los estrategas de negocio intentan aplicar los conceptos y técnicas del mundo de los juegos a otras áreas de actividad como los procesos de negocio en las empresas o el marketing.

El gammification designer se encargaría de aplicar conceptos como “recompensas”, “niveles”, “progresos”, “cuentas atrás” o “fidelización” para mejorar la eficiencia en una compañía o incluso para ayudar a alguien a enfrentarse a problemas serios de salud, como una depresión. La idea es mejorar convirtiendo una actividad aburrida en algo lúdico. Al fin y al cabo, a todos nos gusta jugar, aunque sea al parchís.
 

Piloto de drones

Muchos piensan en los drones como un aparatito para la diversión de chavales o amantes del tradicional aeromodelismo. Sin embargo, las aplicaciones de los drones son casi infinitas y están cambiando las cosas en ámbitos como la agricultura, el cuidado de los bosques, el rescate de personas o el espionaje. Además, es probable que a largo plazo acabe teniendo protagonismo en el transporte de personas y la logística.

Amazon ya ha hecho pruebas con drones para repartir sus paquetes. Y en China y en Nevada (EEUU), la compañía Ehang ya ha transportado en sus drones a personas, cubriendo distancias de más de 15 kilómetros y a velocidades de unos 100 km/h. Para todo ello, harán falta muchos especialistas que lleven estos aparatos con destreza, pero también con seguridad. Y es que los aspirantes tendrán que saber de seguridad aérea y tener un expediente médico impecable.
 

El nanomédico

La nanotecnología permite el control de la materia a escalas mínimas, inferiores a una micra (1.000 veces más pequeña que un milímetro). Estos avances aplicados al terreno de la medicina va a permitir combatir enfermedades a nivel celular o molecular. Y es que ya se están probando sistemas o nanobots que se introducen en células concretas del cuerpo, y no en otras.

Los nanomédicos ya trabajan, por ejemplo, para crear partículas que detectan antes que los sistemas convencionales la aparición de células cancerosas. También la nanomedicina va a hacer posible la liberación de fármacos de forma más precisa. Por ejemplo, en el tratamiento del cáncer, dirigirán la quimioterapia, de tal manera que mate las células afectadas, y no el resto, con lo que se reducirán muchos los efectos secundarios del tratamiento. También los nanomédicos, que deberán tener profundos conocimientos de medicina, biología e ingeniería robótica, serán cruciales para regenerar órganos, tejidos y células.
 

Talent hunter

Aquí estamos ante una conversión lingüística y de concepto. El head hunter de toda la vida, es decir, el especialista en encontrar al directivo más adecuado para un alto puesto en una empresa, ahora responde a una denominación más amable: la de talent hunter. El cazador de cabezas -quizá un término muy masculino- se ha convertido en un cazador de talento.

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Y es que “talento” es la palabra de moda en el mundo de los recursos humanos desde hace unos años. Además, el talent hunter no sólo va a buscar a los mejores candidatos para la alta dirección, sino que también va a trabajar para dar con los perfiles adecuados en puestos especializados, posiciones intermedias o incluso trabajos de entrada, pero con alto potencial de crecimiento.
 

Virtual Reality Experience Designer

Según un estudio de Microsoft, en el año 2025, la realidad virtual será el espacio digital en el cual millones de personas pasarán muchas horas al día trabajando, aprendiendo o jugando. La realidad virtual sucederá en el medio plazo a los smartphones como plataforma dominante, según algunos expertos.

Una de las profesiones que aflorará alrededor de este mundo es la del desarrollador de experiencias virtuales. Se trata de un profesional que se dedicará a pensar y crear experiencias en 3D inmersivas mediante realidad virtual y realidad aumentada.

Por ejemplo, para desarrollar proyectos de conducción autónoma, tendrá que ingeniárselas para diseñar un mundo virtual con infraestructuras y estaciones de recarga, así como dejar claro cómo será la interacción de esos vehículos con otros o con los peatones. Otros escenarios donde se requerirán los servicios de estos profesionales son los simuladores de vuelo o de planes de emergencia en instalaciones como plantas nucleares. Es un perfil que requerirá formación técnica específica y conocimiento en software de desarrollo como Unity o Unreal.

Por Juan I. Cabrera.

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