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Soy trabajadora social y esto es lo que hago en mi día a día

El mundo laboral siempre ha mirado más a la capacidad productiva que a aquellas actividades necesarias pero tangenciales al beneficio. Recursos humanos, contabilidad o compras son algunos ejemplos empresariales. El cuidado de las personas es otro, a nivel social. Nos hemos reunido con cuatro trabajadoras sociales para que nos cuenten en qué consiste su trabajo.

¿Y si las ‘soft skills’ ganaran la batalla a las habilidades técnicas?

Frente al ideario colectivo, trabajo social es un pilar cada vez más importante en un mundo repleto de brechas: digitales, de edad, de género, de recursos, étnicos, de formación, etc. Aunque suele operar en la periferia, las profesiones derivadas de esta carrera vertebran el mundo del trabajo y lo social, y tienen más salidas que aquellas en las que solemos pensar. Mostramos algunas de ellas.

¿A qué se dedican las trabajadoras sociales?

Lola Aspeita (nombre ficticio) nos habla desde un centro de acogida de personas sin hogar. Trabajadora de Grupo 5, empresa privada dedicada a la atención e intervención de personas, se define como “facilitadora social, la que ‘echa la peta’, gestiona los papeles, media en conflictos, etc […]. Trato de mejorar la calidad de la vida de la persona”.

Francisca trabaja en una ONG de cooperación internacional. Su organización opera en varios frentes con proyectos de bancos de alimentos, ayudas escolares, retorno voluntario al país de origen, inserción sociolaboral de mujeres y personas migrantes, etc. En su caso es una “técnico que lleva a cabo los programas subvencionados”, con foco en personas con pocos recursos.

Laura Moreno desarrolla su labor en un punto de encuentro familiar (PEF). Su objetivo es “facilitar las relaciones paterno-filiales y favorecer el derecho de los menores y sus progenitores a relacionarse” entre sí. En un ‘piso franco’ tienen lugar diferentes visitas reguladas en base a lo que se haya establecido a nivel judicial. Además de esto, Laura ha trabajado en Samur Social durante un tiempo.

Tamara Fernández combina su trabajo actual como redactora con la investigación de su doctorado, pero nos ponemos en contacto con ella por su emprendimiento en trabajo social. Construye una empresa “dedicada al trabajo social en el sector sanitario” y “dirigida a cubrir necesidades sociales que tienen que ver con la salud”, especialmente en “cuidados paliativos y enfermedades crónicas”.

¿En qué consiste tu trabajo?

trabajo social punto de encuentro familiar

Resulta imposible abarcar todo trabajo social en unas líneas, pero es interesante recorrer el día a día de estas profesionales. Tanto para dar a conocer su trabajo como para mostrar la posibilidad de alternativas del sector. Por ejemplo, Laura (PEF) destaca la complejidad de trabajar con personas con un pasado violento o incapaces de relacionarse, pero que a su vez tienen el derecho de ver a sus hijos.

“Se utilizan los PEF siempre que existe una relación discordante o difícil entre los progenitores”, una suerte de punto de encuentro regulado en el que se evalúan sesión por sesión la consolidación de las relaciones. “Hay que estar constantemente atentas, observar y saber resolver conflictos graves en segundos”.

Algo similar nos cuenta Lola, ya que en el centro de acogida de personas sin hogar “la persona llega de pasar por situación de calle o bien de otros recursos, con un perfil muy deteriorado a nivel sociosanitario y/o cronificado”. Hay que trabajar en paralelo en enfoques como la atención médica o el nivel económico. Todas las variables son relevantes.

El caso de Francisca es diferente en tanto al conflicto, ya que la percepción de los usuarios es que la trabajadora social viene a ayudar. Esta profesional realiza “talleres de inserción” donde “enseño técnicas para la elaboración de currículums, presentación de apps de búsqueda de empleo o dinámicas que simulan entrevistas de trabajo”.

¿Hace falta un componente de altruismo?

Cuando preguntamos si hay déficit en el sector, nos encontramos respuestas no tan positivas. Tamara nos dice que “no hay ofertas de trabajo pero sí que se necesitan” trabajadoras. Aunque destaca cómo “es una carrera muy gratificante”. “Guiar a alguien a hacer un cambio en su vida es transcendental”.

trabajo social a que se dedican

“Los PEFs no son lugares sencillos […], existe una alta conflictividad normalmente asociada a otro tipo de problemas: adicciones, problemas de salud mental, agresiones, etc”, dice Laura. Es un trabajo que no podría realizarse desde la mentalidad laboral de ganarse un salario. Requiere vocación de ayuda social.

Tamara comenta que “en el sector público el trabajo social está muy saturado: para un hospital podemos estar hablando de una sola trabajadora social […], no tienen tiempo de hacer algo más que lo básico […] y se quedan muchas necesidades colgando”. Tampoco tienen tiempo para investigar qué funciona y qué no.

“En el Samur trabajaba por las noches a la espera de una llamada de emergencia […] y nunca sabes lo que te vas a encontrar”. Laura destaca el coste personal de dedicarse a atender a otras personas: “El desgaste es elevado, te tiene que gustar”.

Al respecto, Francisca aporta un punto interesante que suele pasarse por alto: “Raro es que nos guste trabajar en nuestros barrios [porque] te encuentras a la gente a la que tratas y puede haber una doble moralidad”. Por ejemplo, que veas cómo una familia que se declara con bajos recursos no lo es tanto. “Es el motivo por el que no te he dejado fotografiarme”, apunta.

Trabajadoras sociales: ¿cuáles son sus perspectivas laborales?

Tamara destaca varios puntos importantes para los estudiantes de trabajo social, empezando por la formación continua más allá de la carrera y máster, así como elegir un nicho de empleo (mediación, menores, violencia de género, etc.). Señala que “no es por titulitis, es por formación”.

Además, destaca que “no hay una oferta laboral grande” y que “se va a encontrar con problemas para conseguir trabajo”. La especialización es importante pero, como queda patente, la necesidad futura de más trabajo social puede funcionar como incentivo para los estudiantes.

“Es un campo complicado” porque “no sabes cuánto te puede durar un trabajo: todo depende de las subvenciones”, dice Francisca. Vuelta al altruismo. Además, “el ascenso es complicado” debido a que “el mando superior suele ser la dirección (quien funda la ONG) o la coordinación del centro”. Pero también hay motivos para la esperanza.

“Lo que está ocurriendo ahora con el trabajo social”, cierra Tamara, «es que estamos entrando a empresas en las que antes no se nos contrataba”. Como ejemplo, “se nos está contratando en recursos humanos para hacer investigación social”. Eso da pie a una apertura: RSC en empresas, mediación en juzgados, acompañamiento al duelo, etc.

Imágenes | SAMUR Social (portada), iStock/Nadezhda1906, iStock/a_namenko

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