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Sergio Fernández, escritor y emprendedor: «Alcanzar la libertad financiera es la clave para hacer lo que deseas»

El escritor, conferenciante y emprendedor Sergio Fernández aún recuerda con nitidez cómo, siendo un adolescente, le parecía una “anomalía” que su familia y los adultos que conocía trabajaran tantas horas a cambio de dinero para poder vivir (e incluso sobrevivir). También se recuerda prometiéndose a sí mismo que eso a él no le sucedería.

Cuando, más adelante, empezó a trabajar y acabó involucrado en proyectos por los que no sentía verdadera pasión, decidió dejar de perder el tiempo. Inició una actividad para él con significado -ofrecer herramientas para el desarrollo personal y profesional-, aportando valor a los demás, aprendiendo continuamente para mejorar y, consecuentemente, ganando dinero. Autor de varios libros, fundador del Instituto de Pensamiento Positivo y director del Máster de Emprendedores, ha conseguido vivir la vida que deseaba sin tener que preocuparse por el dinero.

Ahora busca ayudar a otros a que lo logren con ‘Libertad financiera’, su último libro en el que ofrece “información bajada a tierra” para que no tengamos que trabajar para vivir, salvo que queramos, mientras generamos ingresos. Bajo una premisa: los problemas de dinero no se solucionan con dinero, sino con ideas.

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¿La mayoría intercambiamos tiempo a cambio de dinero y no estamos donde queremos?

Así es, por el analfabetismo financiero reinante. La mayoría de los habitantes del planeta no ha estudiado nada acerca de dinero, una herramienta que empleamos cada día. Es más, puedes pasarte 20 años en el sistema educativo, ¡20 años!, como fue mi caso, y no aprender nada sobre finanzas personales. Aprender a gestionar tu dinero te permitirá gestionar mejor tu vida, y alcanzar la libertad financiera es la clave para hacer lo que deseas. Hay una epidemia de vidas no vividas como consecuencia de un desconocimiento absoluto del dinero.

¿Cómo salir de ahí?

Muchas personas que están en una mala situación económica han perdido toda esperanza y creen que lo único que podría revertir las cosas es que alguien las salve, ya sea en forma de lotería, de partido político o de golpe de suerte. La historia lleva siglos demostrándonos tozudamente que la idea de que el cambio puede venir desde fuera no acaba de ofrecer los resultados que esperábamos. Al final, es una cuestión de mentalidad.

Entonces, ¿por dónde empezar?

El primer paso es tratar de desempeñar una actividad por la que sintamos pasión. Esto generará un tipo de energía de abundancia desde la que uno imantará el dinero de manera natural. No hay nada más energizante que dedicar nuestras horas a una actividad en la que nos sentimos vivos, y desde ese marco resulta más fácil generar dinero. De hecho, uno de los patrones de las personas que más dinero ganan es que han acertado al elegir su carrera profesional, han escogido desempeñar una actividad que aman.

¿Qué más?

En segundo lugar, el dinero, salvo que lo heredes o lo robes, es la consecuencia de aportar valor a los demás. La vida, en agradecimiento, te facilitará el dinero necesario para que los problemas económicos no te distraigan de tu tarea de servicio. Una manera rápida y efectiva -aunque no la única- para aportar valor a otras personas es mediante un proyecto emprendedor. Yo invito a pensar en cómo dejar una huella significativa en este mundo. Para eso no hay que fundar la próxima puntocom, sino simplemente plantearse al servicio de qué idea, causa o empresa uno puede poner su tiempo y su talento, mientras gana dinero como consecuencia de su aportación.

También es indispensable abrirnos al aprendizaje.

Efectivamente, hay que saber de dinero, dotarse de cierta inteligencia financiera, contarse la verdad respecto al dinero. Y eso es saber dónde estás, saber lo que quieres y saber, con lo que sabes, hasta dónde quieres llegar. Y cuando nos contamos verdad, somos más conscientes, y cuando somos conscientes, entendemos que hay gente que quiere nuestro dinero y que va a hacer lo posible por conseguirlo a cualquier precio y que, si nosotros no tenemos la información, estaremos facilitando el trabajo a esas personas.

En este sentido, una de las recomendaciones del libro es formarse un ‘Equipo A’.

Sí, como los cuatro integrantes de la famosa serie de televisión, que iban haciendo el bien por el mundo y funcionaban estupendamente porque cada uno de ellos era especialista en algo. No puedes ir a un banco y firmar algo sin entenderlo. No puedes firmar una hipoteca sin hablar, por ejemplo, con un abogado que te explique qué es lo que estás suscribiendo. En definitiva, necesitamos contar con buena información. Sabiendo un poco de dinero y tomando la buena costumbre de preguntar antes de adoptar decisiones económicas, nos daremos cuenta de que vamos aprendiendo poco a poco, y a medida que vamos aprendiendo, las posibilidades de que nos tomen el pelo serán cada vez menores.

¿Algunos consejos prácticos para gestionar bien nuestro dinero?

Una de las cuestiones fundamentales es que no hay que poner todos los huevos en la misma cesta. Un trabajo puede ser interesante para aprender, conocer gente, aportar valor o incluso conseguir liquidez si tienes necesidad de dinero de forma inmediata, pero no para conseguir seguridad financiera a largo plazo. Con esto no estoy diciendo que la gente deje su trabajo, si es que lo tiene, sino que quizás quiera empezar a construir fuentes de ingresos alternativas mientras está en ese trabajo.

La seguridad económica pasa por disponer de activos que proporcionen ingresos pasivos.

Hay un nuevo paradigma de rico que se aproxima más a una persona que tiene acceso al estilo de vida que desea, independientemente de que aquellos bienes materiales que disfruta estén o no a su nombre. Rico no es tanto quien tiene muchas posesiones -que posiblemente también-, como quien tiene fuentes de ingresos variables, recurrentes, escalables, delegables y pasivos que le dotan de efectivo regularmente para poder, posteriormente, comprar o alquilar aquello que necesita o que desea, no teniendo que emplear su tiempo en trabajar. Por este motivo, yo invito a que se ponga el foco en tener fuentes de ingresos.

¿Los impuestos, los intereses y la inflación son frenos a nuestro desarrollo económico?

Sí. El principal gasto de las familias suelen ser los impuestos, de modo que el primer factor a considerar y tratar de minimizar, siempre de manera estrictamente legal y contando con el asesoramiento adecuado, son los impuestos. No es lo mismo tener determinados bienes en una empresa o tenerlos como persona física, como tampoco comprar o alquilar. En cuanto a la inflación, supone la pérdida de valor del dinero, por lo que no resulta interesante tener más del necesario en el banco. Respecto a los intereses, es muy importante negarse a aceptar deuda mala (la que pagas tú), salvo que no quede más remedio o en ocasiones muy concretas, como puede ser para solucionar un tema de salud, para formarse o para iniciar un negocio. Y en cualquier caso, haciéndolo siempre con mucha precaución.

¿Hay emociones que nos alejan del dinero?

Lo hacen el miedo, la envidia, la crítica y el rencor. Pero se puede impedir que arruinen nuestro partido. Vivir desde el amor -que es certeza, compromiso y claridad- hará que el miedo no tenga cabida. Por otra parte, cuando envidiamos a una persona, no somos capaces de ver la dedicación y el trabajo que hay detrás de sus resultados, de modo que la admiración es la forma más segura de prevenir la envidia. Aceptar a los demás hará que la crítica desaparezca, al igual que perdonarlos por asuntos del pasado eliminará el rencor que lastra la alegría de vivir y, por tanto, la abundancia.

Dices que no hay nada más revolucionario para una sociedad que el hecho de que las personas aprendan a gestionar su dinero.

Desde luego. Una estupenda manera de dejar una huella significativa en el planeta -no la única- es tener unas finanzas saneadas, porque desde esa posición puedes apoyar las ideas y las causas en las que crees, ya sea con tiempo, con dinero o con ambas. Hace unos años un amigo me dijo algo que me marcó: “Sergio, la mejor forma de combatir la pobreza en el mundo es no siendo pobre”. Vivir pensando en cómo vas a pagar la factura de la calefacción o el cole de los niños no deja mucho tiempo libre para ocuparse del deshielo de los polos o de salvar las focas. La abundancia económica permite no solo comer, beber y rodearse de los objetos que necesitamos, sino también ofrecer nuestra mejor versión al disponer de medios para poder hacerlo. El dinero utilizado con la intención adecuada se puede convertir en una herramienta de transformación excepcional.

Imágenes | Instituto de Pensamiento Positivo

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