Empresa

Ser sostenible y sostenerse, el nuevo reto de las empresas

Resulta evidente que no hay futuro para las empresas que no hagan una apuesta clara por la sostenibilidad. La eliminación de las emisiones y los residuos, junto con la transición energética, son los pilares fundamentales de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Estos mandamientos internacionales son, a la par, hoja de ruta y patrón de conducta para el emprendimiento a nivel global.

Álvarez-Gascón (FEI): «La sostenibilidad es un norte muy claro para el desarrollo de las empresas»

Queda claro que la aplicación de estos valores es imprescindible para la existencia misma de las compañías a medio plazo. Pero ¿es viable a corto plazo? En España, tras el cambio de paradigma provocado por la pandemia y el duro golpe a los balances de las empresas, cabe preguntarse cual es el costo de la sostenibilidad en los sectores clave de nuestra Economía.

En este ámbito, los referentes están donde siempre: en el norte. Según el ranking hecho público por la revista canadiense ‘Corporate Knights’, de las 10 compañías más sostenibles del mundo, tres son danesas (Orsted, Chr. Hansen Holding y Novozymes) y una finlandesa (Neste Oyj). Estas firmas provienen de países altamente garantes que nutren el emprendimiento con todo tipo de apoyos. No es difícil ver una relación causa-efecto.

Ayudas sí, pero sobre todo eliminar las trabas

En el marco europeo, las ayudas a las iniciativas sostenibles llevan el sello del Europe 2020 Strategy, que las aglutina a todas. Entre ellas, cabe subrayar el proyecto de Investigación y Desarrollo Horizon 2020, que actualmente se encuentra en su último tramo.

A nivel estatal, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía ofrece diversas ayudas públicas como intermediario para la gestión de Fondos Feder dedicados a la economía baja en carbono. Mientras tanto, en las autonomías hay programas de subvenciones para la renovación de calderas, el ahorro de electricidad, el autoconsumo eléctrico o las instalaciones de energías renovables.

Sin embargo, al abordar la situación en nuestro país, los expertos consultados por Hablemos de empresas no abogan por exprimir la ubre del Estado, sino que este no entorpezca los mecanismos naturales del mercado. Y la fórmula del combustible de este mecanismo tiene dos ingredientes: financiación y rentabilidad.

Rodrigo Irurzun, experto en energía y tecnología sostenible, descarta la falta de subvenciones como obstáculo: «No hay tantas ayudas como nos gustaría, pero el problema no es tanto la escasez de ellas como las estrategias de eficiencia», explica. «Por ejemplo, en 2013 se modificó la estructura de la factura de la luz dando más peso a la parte fija. Esto obliga a los empresarios a gastar más dinero en estas medidas, con lo que amortizar la inversión se hace más difícil». En un clima como el actual, con la «incertidumbre económica» provocada por el estallido de la COVID-19, los resultados son aún más inciertos.

Sostenibilidad a pie de calle

El compromiso de las grandes empresas españolas con la sostenibilidad cuenta con variados y poderosos ejemplos. Repsol anunció a finales de 2019 que tendrá emisiones neutras en 2050. Para este propósito, la petrolera se ha impuesto unas dotaciones de casi 6.000 millones de euros, que han provocado en sus balances un descuadre de casi 4.000 millones. Por su parte, Mapfre ha bloqueado cualquier inversión en empresas eléctricas cuyos ingresos provengan del carbón en más de un 30%.

No obstante, el grueso del tejido productivo español no está en el IBEX. Según Cepyme, el 98% de este está compuesto por pequeñas y medianas empresas que carecen del ‘colchón’ financiero de los colosos mencionados. «El problema de las pymes es la inversión inicial, así que lo que hay que hacer es facilitar el acceso a créditos a bajo interés y en condiciones favorables, a través del ICO y otras fórmulas», defiende Irurzun.

Mariluz Castilla es senior advisor y secretaria general técnica del Grupo Español para el Crecimiento Verde (GECV). Incide en el mucho trabajo que queda pendiente para auxiliar a las pymes en su lucha diaria por alcanzar la sostenibilidad mientras se sostienen a sí mismas: «Instalar fotovoltaicas cada vez tiene un retorno más atractivo, y eso ayuda, pero por otro lado el plástico reciclado te cuesta más que el plástico virgen, por ejemplo» -matiza- «Esto es debido a que todavía no hay suficientes economías de escala para que la compra de plástico reciclado sea rentable. Estas disfunciones se dan en un momento de transición y son una barrera; tienes que tener claro que tu consumidor vaya a valorar el aumento de precio que supone«.

«Muchas pymes pecan de falta de conocimiento, eso es otra barrera», opina Castilla. «La transparencia ayuda mucho a solucionar ese problema. En España, la ley obliga a las empresas a reportar su contribución a la sostenibilidad, que tiene que ser auditada. Esto, que actualmente es obligatorio para las empresas de 500 empleados, a partir del año que viene lo será en las de 250 trabajadores. Supondrá un revulsivo, porque no te obliga a hacer, pero sí a contar».

Oportunidades

Castilla exhibe la visión de un emprendedor a la hora de hablar del encaje de la sostenibilidad empresarial en el mundo post-pandemia: «Las subvenciones son bienvenidas, pero lo importante es que el mercado fluya», afirma. En su opinión, este área es un nicho de mercado muy jugoso y apenas explorado.

«Coches eléctricos, edificios sostenibles, aislamiento, recuperación de ecosistemas… Invertir en esto tiene futuro y esa es la percepción en Europa». Potenciar la economía circular y las energías renovables «es una oportunidad que ahora se está abriendo», según la experta.

En paralelo, el consumidor empieza a estar cada vez más sensibilizado con los temas ambientales: «Hay estadísticas que dicen que un 73% de españoles ya toman decisiones en base a criterios de sostenibilidad, como comprar productos con menos plásticos», agrega. Asimismo, Castilla subraya que la Inversión Socialmente Responsable (que incluye criterios ecológicos) está creciendo en todo el mundo a un 34% desde 2016.

El futuro empresarial será verde… o no será

«Lo que sí esperamos, ya que Europa ha apostado por un pacto verde y por no tener emisiones en 2050, es ver una aceleración», demanda Castilla. El Plan Integrado de Energía y Clima tendrá 241.000 millones de inversión a 2030 y se ha calculado que creará 300.000 empleos. «Esto generará muchas oportunidades que deben concretarse».

La secretaria general del GECV celebra que la UE, con el objetivo de ser neutra en emisiones en 2050, apueste por que parte de los fondos para la recuperación de la pandemia sean dirigidos a objetivos verdes; y que Alemania invierta un 40% de los 130.000 millones dedicados a la recuperación en este área.

«Todo esto tiene que llegar a los consejos de administración«, proclama. Todas las compañías, grandes y pequeñas, deberían tener conocimiento de estos temas para poder integrarlos en sus decisiones estratégicas, porque brindan grandes oportunidades. Esto está llegando, sobre todo a las grandes que juegan a nivel internacional. Pero cualquier empresa debería tener una reflexión seria sobre los temas de sostenibilidad, porque es una fuerza imparable».

Irurzun, por su parte, hace una sombría reflexión: «La crisis del coronavirus es un aperitivo comparado con lo que puede venir dentro de un par de décadas si perdemos la perspectiva ambiental», augura.

«Se habla mucho de que los fondos de recuperación van a ir en la línea de la transición económica: ahí está el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que se está revisando y se implementará en el período 2020-2030. Es de esperar que ciertas medidas como el teletrabajo reduzcan la movilidad laboral, los residuos y el gasto energético. Lo que desearíamos desde el lado ecologista es que esta crisis nos haga ver que lo más valioso que debemos proteger es nuestro entorno y nuestra salud«, remata el especialista en tecnología sostenible.

Imágenes | Zbynek Burival y Alexander Abero en Unsplash

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