Empresa

Más formación empresarial, más soporte digital y menos estrés: los retos de 2021 para las empresas

La COVID-19 ha catalizado numerosos cambios laborales, al tiempo que ha destapado algunas deficiencias empresariales. La falta de políticas de conciliación, una transformación digital aún en marcha con déficit de formación empresarial y no aplicar protocolos de desconexión laboral son algunos de los retos más relevantes.

¿Sobre quién recae la responsabilidad en la formación en seguridad e higiene alimentarias?

En su informe ‘Retos de las empresas españolas en la era Covid-19’, publicado en octubre de 2020, la empresa Sodexo analiza seis grandes pilares sobre los que la empresa española debería poner el foco a la hora de adaptarse a una realidad posCOVID-19. Algunas de estas columnas vertebrales ya eran conocidas previamente, pero su importancia ha aumentado este año.

Conciliación familiar, indispensable

Según el informe, garantizar la conciliación familiar es el reto que más está costando a nivel empresarial. El 54% de las empresas encuestadas admiten su dificultad para diseñar e implementar este tipo de políticas familiares efectivas. Aunque al menos un 55% del total ya dispone de al menos un programa al respecto, y un 49% se comprometerá pronto con nuevas medidas.

Algunas de las barreras más complejas a la hora de permitir la conciliación es compaginar el horario del trabajo y el del colegio, así como establecer políticas de Empresas Familiarmente Responsables (EFR) que no penalicen a otros trabajadores basándose en el tipo de familia, lo que puede generar tensiones en la plantilla, como las que ya se han registrado en otros países.

El teletrabajo puede ser una herramienta interesante a la hora de reducir los tiempos de trayecto (commuting) y facilitar así que los profesionales puedan gestionar mejor su tiempo. Y lo mismo ocurre con la flexibilidad horaria en entradas y salidas o la búsqueda de modelos híbridos.

Formación empresarial en transformación digital

La transformación digital va mucho más allá de trasladar los procesos a la nube y supone un reto para muchas empresas, particularmente las de mediano o pequeño tamaño. Según Sodexo, el 34% de las empresas entrevistadas encuentran problemas a la hora de gestionar perfiles de empleados poco digitales. La formación del empleado es un punto imprescindible.

A pesar de que la digitalización ha sido una de las herramientas más útiles a la hora de sortear los terrores económicos de la pandemia, lo cierto es que sectores tan relevantes como recursos humanos apenas presentaban tasas de digitalización avanzadas del 25% a principios de año.

Según el ‘Informe e-Pyme’ del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (ONTSI), el 19% de las pymes no usaban ningún ordenador, dos tercios no tenían página web y solo el 11,5% usaban cloud computing. Es evidente que se trata de una asignatura pendiente.

Problemas organizacionales y generacionales

Del informe de Sodexo destaca la brecha (también digital) entre la forma de trabajar de los jóvenes y los que ya no lo son tanto. Estas diferencias están generando un importante factor de rozamiento interno, especialmente en las empresas grandes y con foco en las herramientas necesarias para teletrabajar.

Así, el 31% de las empresas tiene problemas a la hora de implementar formas de trabajo en empleados de la Generación X, nacidos aproximadamente entre 1965 y 1980 y ahora entre los 40 y los 55 años; y los Baby Boomers, de 1946 a 1964 y con edades comprendidas entre los 56 y los 74 años.

Reforzar la comunicación interna y la formación empresarial se vuelve un imperativo. A medida que las generaciones Y y Z reinventan los negocios, la brecha entre estos y generaciones previas se ve ampliada debido al nuevo conjunto de habilidades necesarias para ser competitivo.

Lidiar con la seguridad frente a la COVID-19

Una de las mayores fuentes de estrés para las empresas es la adopción de las medidas de seguridad frente a la COVID-19. Estas se suman a los anteriores retos, complicando los horarios presenciales, dificultando el acceso de profesionales a su estaciones de trabajo y teniendo problemas a la hora de explicar a los clientes estas nuevas normas.

Esto último ocurre frecuentemente en comercios o restauración. Estas nuevas medidas de seguridad se incorporan a las de prevención de riesgos laborales previas, suponiendo un coste añadido para las empresas, así como un nuevo reto en la gestión diaria. Dentro de este punto se encuentra también la reacción cuando se detecta un positivo en la empresa, que puede suponer una fuente de estrés.

El estrés de la hiperconectividad

Atendiendo esta vez al estrés del empleado o de los mandos intermedios, Sodexo informa sobre cómo el 88% de las empresas españolas aún no tienen implementado ningún plan a  la hora de reducir o suprimir el estrés derivado de la hiperconectividad de sus empleados. Aunque al menos un 24% de ellas están trabajando por solucionar este punto.

El derecho a la desconexión laboral está recogido a través de una directiva europea. Sin embargo, su aplicación es complicada, especialmente en un momento en el que el teletrabajo precarizado (trabajar de cualquier modo en casa) es más alto que nunca o en el que muchas empresas se comunican a través de varios canales diferentes. Desconectar se hace cuesta arriba.

¿Cómo gestionar los beneficios sociales?

Con la llegada de una nueva forma de trabajar surgen también nuevas obligaciones para las empresas, así como algunos beneficios sociales para los empleados. Si trabajando en la oficina es obligatorio que la empresa establezca un área para comer y la equipe con frigorífico y microondas, en la actualidad las empresas estarán obligadas a costear los gastos domésticos del trabajo.

Sin embargo, resulta difícil estimar factores como los kWh consumidos por el trabajador en su jornada, el coste porcentual de la línea de fibra óptica o el coste personal de destinar parte del espacio de su vivienda a montar un despacho. Para compensar este tipo de injerencias, algunas empresas están optando por ir más allá de lo que dice la ley de teletrabajo y aportar beneficios sociales.

El pago de la cuota de internet, la formación empresarial adicional o la guardería online son algunas de las propuestas de valor que se realizan por parte de las empresas encuestadas. A esta prestación se añade la dificultad para la empresa de valorarlas como rentas en especie.

Imágenes | iStock/gorodenkoff, iStock/nd3000, iStock/muthardman

Subir