Aperitivos, sobremesas, afterworks o salidas nocturnas siempre han compartido un denominador común anhelado durante el confinamiento: la cerveza.
Es el eje esencial sobre el que se cimenta casi cualquier visita a bares y restaurantes en España.Y algo que el sector cervecero ve ahora lejos, en un año negro como consecuencia de la crisis derivada de la pandemia.
Pese a los malos tiempos que corren, la vinculación de los españoles con la cerveza es innegable. Prueba de ello es el ‘Informe socioeconómico del sector de la cerveza en España 2018’, publicado por la asociación Cerveceros de España. Analizamos este y otros informes para responder a preguntas como estas: ¿Cómo consumimos esta bebida? ¿Varían mucho los precios de unas ciudades a otras? ¿Qué nuevos frentes se están explorando en este mercado?
España marida bares con cerveza
Otros dos estudios realizados por Kantar World Panel y Madison Market, llamados ‘La transversalidad de la cerveza’ y ‘La relación de los españoles con los bares’, respectivamente, permiten obtener conclusiones importantes. Por ejemplo, la cerveza es la bebida fría preferida en nuestro país. Además, tiene el mayor alcance poblacional, pues llega al 80% de la población adulta, sin importar la clase social.
Pero lo que es más importante: españoles, bares y cerveza van unidos. Siete de cada 10 cervezas fueron tomadas fuera del hogar (con un total de más de 40 millones de hectolitros consumidos en 2018). Otro de los datos que sostienen este vínculo, por ejemplo, es que solo la cerveza supone el 25% de la facturación de los bares, al menos hasta antes del impacto de la COVID-19.
Precios de las cañas
Muchos datos avalan este concepto de que España es un país eminentemente cervecero. Por ejemplo, como informa Europa Press, ocho de cada 10 españoles prefiere una cerveza para consumir en cualquier establecimiento hostelero. Sin embargo, tomarse una caña no cuesta lo mismo en todos los lugares.
La Cadena SER habla del abismo que existe entre tomarse una cerveza en diferentes lugares de nuestra geografía. Por ejemplo, en la Plaza Mayor de Madrid costaría 2,93 euros, mientras que las cañas más económicas, a 1,25 euros, estarían en Cádiz o Badajoz.
Este extraño fenómeno, que también alude a factores socioculturales y de turismo, se explica de una forma sencilla. En realidad, el estudio concluye que lo que realmente define si una cerveza es cara o barata es si cuenta con una tapa o pincho y, evidentemente, lo generoso que este sea.
Caña con tapa
Desde luego, una de las grandes banderas que España luce internacionalmente es la de su gastronomía. En el mercado interno, los españoles no conciben una caña sin un acompañamiento.
Si bien es cierto que esta tradición varía en función de las regiones o ciudades del territorio nacional donde nos encontremos, volvemos al estudio de Cerverceros de España para apuntar un dato significativo: siete de cada 10 consumiciones de cerveza se realizan con otro alimento.
Hostelería y restauración, cerveza y gastronomía; son binomios que casan a la perfección entre ellos. Curiosamente, según el ‘Informe socioeconómico del sector cervecero en España 2018’, el consumo per cápita en nuestro país (51,8 litros) está por debajo de la media europea. La explicación a este hecho tiene que ver con “un consumo moderado, acompañado de alimentos y en un contexto social”.
Esta forma de beber fuera de casa, tan española, favorece el desarrollo de hostelería y restauración, que reciben “el 80% del gasto dedicado a la cerveza”, que tiene lugar fuera del hogar.
Otras propuestas: el auge de la cerveza artesana
Quizá uno de los aspectos que confirman lo cervecera que es España es el éxito de muchísimas iniciativas independientes y de pequeña escala, que han triunfado con la variedad artesana. Tanto es así que los gigantes del sector han pasado a introducir nuevas gamas con este tipo de producto.
La empresa pública Mercasa ya hablaba en 2017 del auge de la cerveza artesana con un crecimiento del 2000% en el periodo de 2006 a 2016. Algunas de las razones para explicar este crecimiento giran en torno al emprendimiento después de la crisis financiera de 2008 y a la apuesta de calidad por cantidad. En cualquier caso, la acogida del público ha sido la auténtica palanca para desarrollar este cambio.
Parece ser que todavía hay un gran margen de crecimiento para este nicho. Y eso que todas las grandes compañías del sector cervecero han querido imitar a los pequeños productores de cerveza artesana, sacando al mercado productos propios y diferentes a los tradicionales.
De hecho, ‘El Periódico’ mantiene que la cerveza artesana solo supone un 3% del mercado en España. Por eso existe un amplio margen de crecimiento. Si nos fijamos en otros países como EEUU, con un 20%, entenderemos este concepto. Todo es debido a que este movimiento independiente surgió allí en la década de 1980.
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