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¿Por qué se llaman así? El origen del nombre de muchas marcas españolas

El naming es la disciplina ‘marketera’ que recoge las claves para elegir un buen nombre para una marca.

Este determinará la primera imagen mental que el usuario se hará de la empresa. Los expertos recomiendan un nombre que identifique rápidamente al producto, que tenga connotaciones positivas, que resulte sencillo de pronunciar y recordar, que sea corto y contundente, imperecedero y no responda a tendencias pasajeras, que sea diferente para que no se pueda confundir…

Aún hay más, como consejos que explican que empiece por las primeras letras del alfabeto y nunca por las letras Y, X o Z, que no tenga guiones o números y que sea abstracto y flexible para pensar en la evolución de la marca.

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Qué complicado debe de ser encontrar un nombre con todas esas cualidades, ¿verdad? O no. Algunas marcas españolas deben su nombre a curiosas anécdotas y otras, a más pragmatismo del que pudiéramos pensar. Vale la pena conocer sus historias.

Alsa

Ahora, recorre la península con sus autobuses, pero su origen se remonta al siglo XVIII, cuando la familia Cosmen se dedicaba al transporte de mercancías en Leitariegos (Asturias). En 1923, se crea Alsa, un nombre que es el acrónimo de Automóviles Luarca S.A., sencillo y efectivo.

Bimba y Lola

En 2014, Bimba Bosé perdía un juicio contra Bimba y Lola. Pero, ¿la marca no era suya? No, Bimba y Lola es propiedad de María y Uxía Domínguez, sobrinas del diseñador Adolfo Domínguez.

Bosé había registrado la marca Bimba en 2006 y consideraba que Bimba y Lola generaba confusión en los compradores: “Si hasta hay dependientas de la firma que se creen que la marca es mía y no tengo nada que ver”, decía. De ahí su demanda.

Pero las hermanas Domínguez declararon que Bimba y Lola eran los nombres de sus perros. Finalmente, el Tribunal Supremo les dio la razón al considerar que ambas marcas pertenecían a ámbitos diferentes y podían convivir en el mercado.

Camper

Lorenzo Fluxà, el fundador de la marca de zapatos, no quería olvidar el origen trabajador de su familia. Así que bautizó a su empresa como Camper que, en mallorquín, significa ‘de campo’ y se pronuncia con acento en la ‘e’. De hecho, sus primeros zapatos fueron los ‘camaleones’, inspirados en el calzado que usaban los campesinos.

Chupa Chups

Los propios consumidores dieron el nombre definitivo a la marca. Después de muchas opciones, como Gol (por la forma redondeada de balón del caramelo), Enric Bernat había decidido llamar a su dulce Chups.

Pero la cuña radiofónica decía “Chupa, chupa, chupa un chups” y caló tanto en la audiencia que la gente pedía en las tiendas un Chupa Chups, en lugar de un Chups. Por eso, en 1963, la marca decidió escuchar al público y cambiar el nombre.

Dia

Es un nombre que transmite actualidad y cotidianidad pero… ¡A alguien se le ha olvidado la tilde al escribirlo! En realidad, Dia no hace referencia a la jornada de 24 horas, sino que es un acrónimo de Distribuidora Internacional de Alimentación.

Famosa

Otro acrónimo lleno de acierto. Todos pensamos que el nombre de esta marca de juguetes se debe a lo popular de sus muñecas. Pero no, en realidad, hace referencia a Fábricas Agrupadas de Muñecas de Onil S. A., el nombre que escogieron 25 pequeñas empresas de la localidad alicantina cuando, en 1975, unieron esfuerzos para crear una marca más grande.

Freixenet

El nombre de la marca es el diminutivo de ‘Freixenada’, una finca en la que abundaban los fresnos y que es propiedad de los Ferrer. Freixenet era también el sobrenombre con el que se conocía a Pedro Ferrer, el fundador de la empresa de cavas.

Kas

Luis Knörr Elorza era descendiente de un cervecero alemán asentado en Vitoria. Knörr era dueño de una fábrica de cervezas y gaseosas llamada El As que, en los años 50, decidió mezclar las gaseosas con zumo de naranja concentrado. Poco después, incorporó la ‘k’ del apellido alemán al nombre del refresco. El resultado fue ese Kas que todos conocemos.

Mango

El nombre de la tienda proviene de un viaje que hizo Isak Andic, su fundador, a Filipinas. Allí probó el mango, una fruta prácticamente desconocida en Europa. Se quedó tan prendado de su sabor que decidió usarlo para la tienda que fundó en Barcelona en 1984. Además, era un nombre que podía utilizarse en todos los idiomas sin necesidad de traducción.

Marco Aldany

A primera vista, muchos piensan que la franquicia debe su nombre a un peluquero italiano. Pero, en realidad, se trata de un acrónimo del nombre de los tres hermanos madrileños que la fundaron: Marcos, Alejandro y Daniel Fernández.

La reminiscencia italiana no es producto del azar. Según explica el propio Alejandro Fernández en la entrevista del vídeo, pensaron que un nombre que viniera de Italia sería más llamativo. Incluso bromea con el equívoco: “Siempre decíamos que Marco está en Milán y no puede atender a nadie en España”.

Mercadona

Como este supermecado es valenciano, creíamos que el nombre era la fusión de las palabras ‘merca’ y ‘dona’ (dona, en valenciano, significa mujer). Pero el propio Juan Roig explicó que el nombre proviene de una marca de pasta italiana, Mercadonna. En 1981, uno de sus hermanos lo escogió y decidió quitarle una ‘n’ para castellanizarlo.

Panrico

Un ‘pan’ que es ‘rico’; el origen de este nombre no puede ser más sencillo. En realidad, esta afortunada casualidad se debe al acrónimo del primer nombre de la empresa. En 1962, las familias Rivera y Costafreda fundaron Panificio Rivera Costafreda, pero decidieron simplificar el nombre para hacerlo más comercial.

Puleva

Más acrónimos. La empresa con sede en Granada toma su nombre de Pura Leche de Vaca. Antiguamente, la leche se compraba directamente en vaquerías o puestos ambulantes y generaba muchos problemas de salud por las bacterias y parásitos que contenía.

Así que, en 1952, se publicó un decreto que obligaba a que este producto fuera tratado en centrales lecheras. El nombre escogido para la marca quería resaltar el origen natural del producto.

Rodilla

Resulta un nombre muy curioso para una franquicia de sándwiches, pero su origen es bastante prosaico. Rodilla es el apellido del fundador de la marca, Antonio Rodilla, que comenzó a vender los embutidos familiares con un pan muy suave en una charcutería-pastelería en la plaza de Callao, en 1939.

Zara

La marca emblema de Inditex, que en 2018 facturó más de 26.000 millones de euros, iba a llamarse Zorba. Era un homenaje a la película griega ‘Zorba el griego’, una de las favoritas de Amancio Ortega.

Pero cuando Ortega abrió su primera tienda en A Coruña en 1975, se dio cuenta de que ya existía una cafetería con ese nombre. Así que decidió reutilizar algunas letras del su cartel original, combinándolas y añadiendo una ‘a’, consiguió Zara.

Imagen | Photo by Jason Leung on Unsplash

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