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Todo sobre el periodo de prueba: ¿por qué es arriesgado y beneficioso a la vez?

Como en todas las nuevas relaciones entre dos partes, uno de los hándicaps más importantes está en el desconocimiento mutuo. Las relaciones laborales no están exentas en esta problemática, y para solventarlo está el periodo de prueba.

Se trata de un periodo de tiempo en el que, aunque se mantengan muchos derechos, hay un cambio fundamental: la posibilidad de interrupción de la relación laboral con mayor facilidad. Por eso es  crucial conocer en qué consiste, sus obligaciones y derechos tanto de empresa como de trabajador.

Los diferentes tipos de contratos laborales que existen en España

¿En qué consiste el periodo de prueba?

La existencia de un periodo de prueba es algo común en todos los contratos de trabajo, tanto fijos como temporales. Este se aplica en el momento de arranque del contrato y tiene como objetivo que el empresario compruebe la capacidad del empleado para realizar las tareas por las que fue contratado. Esto es importante, ya que el propio Estatuto de los Trabajadores establece que es nulo un periodo de prueba si el trabajador ya ha desempeñado las mismas funciones con anterioridad en la misma empresa con independencia del contrato. 

No es una ‘ventaja’ solo para el empresario. El trabajador también puede valorar las características del puesto de trabajo y decidir continuar o no.

El periodo de prueba debe pactarse entre trabajador y empresario, es decir, aparecer en el contrato y ser aceptado tras la firma por ambas partes.

Cómo se regula el periodo de prueba

El periodo de prueba está regulado en el artículo 14 del Estatuto de los Trabajadores, que señala que: “Podrá concertarse por escrito un periodo de prueba, con sujeción a los límites de duración que, en su caso, se establezcan en los convenios colectivos”. Por tanto, no es obligatorio y cada empresa tiene libertad de establecerlo siempre sujeto a los límites que estipula su convenio.

Duración del periodo de prueba

Aunque el periodo de prueba se pacta entre las partes, existen unos límites temporales máximos definidos por el tipo de contrato y de puesto de trabajo. Así, en el caso de empleados con titulación técnica este periodo nunca puede ser superior a los 6 meses, mientras que para el resto de los trabajadores el tope máximo es de 2 meses.

Este límite tiene también sus excepciones. Para las pequeñas empresas de menos de 25 empleados y para los trabajadores no técnicos puede extenderse hasta los 3 meses. En el caso de contratos temporales de 6 meses de duración o menos, el periodo de prueba tiene como tope máximo un mes.

Derechos de los trabajadores y empresarios en el periodo de  prueba

El principal derecho que tienen tanto trabajador como empresario durante el periodo de prueba es dar por finalizado el contrato sin necesidad de preaviso, sin ni siquiera alegar ningún motivo. 

Aunque por lo general puede parecer que deja en una situación de mayor fragilidad al trabajador, ya que no tiene derecho a indemnización por despido o finalización del contrato, también supone un riesgo para la empresa. En este caso, al no recibir ese periodo de preaviso, puede encontrarse con un puesto de trabajo que debe cubrir con urgencia

En el resto de los conceptos, el trabajador puede disfrutar de los mismos derechos y obligaciones que el resto de los empleados, acorde siempre a las características de cada puesto de trabajo. 

Un caso especial es cuando el trabajador cursa baja temporal por circunstancias cubiertas por prestaciones a la Seguridad Social, como ocurre con una incapacidad temporal (baja médica) o con el permiso de paternidad o maternidad. Como durante este tiempo el trabajador no ha estado de forma efectiva en el puesto de trabajo, no se computa como periodo de prueba, se interrumpe. Eso sí, esto tiene que venir siempre reflejado en su contrato de trabajo.

¿Qué ocurre cuando finaliza el periodo de prueba?

Si el periodo de prueba finaliza y ninguna de las dos partes, trabajador y empresario, ha expresado lo contrario, el contrato de trabajo continuará en los términos pactados. Ninguna de las partes tiene que hacer nada, ni mostrar interés por continuar con la relación laboral.

El único cambio es que, desde ese momento, si el trabajador quiere abandonar su puesto, tendrá que preavisar y el empresario indemnizar según el tipo de despido.

Todo el tiempo que haya transcurrido como periodo de prueba contará a todos los efectos como tiempo trabajado para definir la antigüedad del empleado.

Fin de la relación laboral en periodo de prueba

En el caso de que se extinga la relación laboral durante el periodo de prueba, no solo el trabajador ha cotizado por todos esos días, sino que, por supuesto, tiene derecho a su finiquito. Este debe tener todos los conceptos económicos: parte proporcional de las pagas, vacaciones no consumidas y horas extras u otros conceptos a los que tenga derecho.

La única diferencia es como hemos señalado, que, con independencia del tipo de contrato, no tendrá derecho a indemnización.

Imágenes | Shutterstock/fizkes, Pexels/janeb13

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