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Pepita & Grano dice adiós a la compra con plásticos y pone freno al desperdicio

El futuro de muchos negocios pasa por ofrecer productos y servicios que ayuden a construir un mundo sostenible. La cadena de tiendas de alimentación Pepita & Grano se ha propuesto que sus clientes accedan a una oferta de calidad, pero que sobre todo que no desperdicien la comida ni generen residuos. 

Ecológicos y reutilizables, la revolución de los envases

Pepita & Grano surgió en el centro de Madrid, pero la inspiración llegó de otros proyectos respetuosos con el medioambiente en Barcelona. Como ellos mismo dicen en su web, a sus fundadores les picó “la mosca del granel” durante un viaje a la capital catalana. 

Allí se vieron en una tienda de productos que se ofrecían al peso, y se volvieron locos llenando bolsas y más bolsas. En ese viaje, todos los souvenirs acabaron siendo “cosas ricas” que les sirvieron de picoteo para el camino y que, al final, iban a cambiar su vida.   

Lo cuenta el director general de Pepita & Grano, Víctor Moreno. Hoy la marca cuenta con un ecommerce y con siete tiendas a pie de calle, entre espacios propios, colaboradores y franquiciados. Uno de estos puntos está fuera de España, concretamente en Florencia

En Pepita & Grano la compra ya es un placer

Son espacios diseñados con mimo y que ofrecen un ambiente acogedor (luz cálida frente a los fluorescentes fríos de las grandes superficies) y una amplia variedad de productos a granel. Desde pasta, legumbres o arroces hasta semillas, harinas, algas, setas o frutos secos, pasando por especias, chocolates, frutas deshidratadas o edulcorantes naturales, como panela o coco. 

También hay en sus estantes cafés, tés e infusiones. Así, hasta más de medio millar de productos que convierten la propia compra en un placer para los sentidos. 

Pero más allá de estos alimentos, pensados para ser adquiridos y cocinados con tiempo (en la compañía defienden con pasión el slow shop y el slow cooking), la nota diferencial de Pepita & Grano es la apuesta medioambiental.  

“Ni un gramo más”

Allí no veremos plásticos. Las judías, los garbanzos, los arroces, las pastas o los cereales para el desayuno están expuestos en sacos de arpillera o en botes de cristal, como se hizo toda la vida. Y el cliente se lleva su compra en pequeñas bolsas de papel. 

De esta manera, se reducen residuos y se promueve una compra responsable, enemiga del desperdicio, pues uno solo sale de la tienda con lo que va a consumir, y “ni un gramo más”, como subraya Víctor Moreno. En Pepita & Grano no hay, pues, ofertas de “tres por dos” o packs de tamaño familiar en grandes envases de plástico y aspecto chillón.  

De esta manera, en Pepita & Grano matan dos pájaros de un tiro. Y es que, como recuerda su director, en España se tiran 7,7 millones de toneladas de alimentos al año. Además, este país es, según varios organismos internacionales, el segundo que más plásticos vierte al Meditarráneo, por delante incluso de Italia o de Egipto.  

En Pepita & Grano también promueven, en la medida de lo posible, la agricultura y la producción de proximidad. “Nuestra apuesta principal es por proveedores nacionales y locales para cuidar el ‘kilómetro cero’. No obstante, hay también productos de todo el mundo que le dan a la marca una variedad muy atractiva. Hay productos gourmet exóticos que son especiales y difíciles de encontrar”.

A la busca de franquiciados

La idea de Víctor Moreno es expandir este modelo de tienda y consumo responsable por medio de franquiciados. “Si te apasiona la cocina, la comida auténtica, las personas y el respeto a la Tierra, y tienes una mentalidad emprendedora, podrás disfrutar de tu trabajo dirigiendo tu propio negocio con Pepita & Grano”, proclama a modo de eslogan. 

Eso sí, hay que tener algo de capital. Para entrar en este negocio, la inversión necesaria son unos 35 000 euros más IVA, además del canon de entrada, que está en 8500 euros. Para facilitar las cosas en los tiempos complicados en que vivimos, Moreno adelanta que durante todo el año 2021 dará “facilidades de financiación sin intereses”. No quiere que el aspecto económico sea un obstáculo para los que quieren luchar por una cadena de suministro diferente y respetuosa con el planeta

Imágenes | Pepita & Grano

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