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Lo bueno y malo de aplicar el método Lean Startup

El mundo de la creación de empresas en los últimos 10 años se ha visto influido por distintas técnicas para diseñar y construir el modelo de negocio, imponiéndose sobremanera todo lo relacionado con el emprendimiento ágil y las startups.

El método Lean Startup ya está consolidado como una técnica indispensable para las startups y las empresas tecnológicas de alto crecimiento, pero no todo es lo que parece. Analicemos para qué puede ser bueno usarlo y para qué no.

 

Pero, ¿en qué consiste el método Lean Startup?

El método Lean Startup lo acuña por primera vez Eric Ries en un artículo titulado  The lean startup, al que siguió la publicación del libro homónimo. Al margen de explicar cómo aplicar la constante de «Crear, medir y aprender«, iba acompañado de herramientas visuales como el canvas, que permite al emprendedor representar elementos del modelo de negocio como la propuesta de valor de la empresa y aspectos del producto y del mercado.

 

¿Qué ventajas tiene aplicar el método Lean Startup?

Lo bueno de aplicar el método Lean Startup se puede resumir en cinco puntos:

-Ofrece un entorno teórico a la creación de un modelo de negocio, pudiendo establecer hipótesis que validar en las distintas áreas de la empresa, hasta poder encontrar la combinación perfecta que pueda hacer funcionar nuestro negocio.

-Se presenta como la alternativa a hacer un plan de negocio, ya que, basado en las distintas partes que se abordan en el mismo, se sintetiza de tal manera que nos permite plasmarlo en un simple lienzo de manera sencilla, pudiendo analizar sin tener que profundizar y relacionando muy fácilmente las distintas partes del mismo.

-Simplifica muchísimo el proceso de crear un proyecto emprendedor, pudiendo transformar fácilmente una idea en un modelo de negocio.

-Nos permite crear un Producto Mínimo Viable, testearlo, hacer pruebas de mercado y pivotar para rediseñar nuestro modelo hasta que demos en el clavo o desechemos la idea.

-El método se adapta perfectamente a negocios y entornos cambiantes, de máxima incertidumbre, permitiendo una rapidez de análisis y generando confianza a los promotores , lo que les permite identificar los puntos fuertes y débiles de su negocio de forma ágil.

 

¿Qué es lo malo de aplicar el método Lean Startup?

Por su parte, cuando se quiere apuntar a sus desventajas, lo malo de aplicar el metodo Lean Startup se resume en seis puntos:

-Los críticos de este y otros métodos similares lo acusan de que se han popularizado gracias al marketing que han implementado sus autores, siendo simplemente un compendio de herramientas que se han usado siempre.

-El aspecto principal con el que hay que tener cuidado es tener claro que el método lean startup no vale para todo, no pudiéndose aplicar, en general, a modelos de negocio tradicionales.

-No hay que obviar que a veces ofrece una visión muy lejana a la realidad, dejando atrás los aspectos reales fuera de este «laboratorio», como pueda ser, entre otros muchos, la burocracia que se encuentra el emprendedor, lo difícil que es captar clientes o los problemas económicos y financieros que lleva la gestión de cualquier proyecto empresarial.

No debería sustituir a cualquier otro elemento de planificación o análisis en la puesta en marcha de un negocio. Es habitual escuchar a los que están a favor de esta metodología que hacer un plan de negocio ya no es necesario, siendo un error no recurrir a realizar un buen estudio de mercado o estudiar la viabilidad en profundidad antes de lanzarte a iniciar cualquier actividad.

Es popular, pero entre el colectivo de emprendedores en Internet, no está tan extendido como creemos, ya que la mayoría de los emprendedores no tecnológicos no la conoce, y por tanto no la sabe usar.

-El lean startup es solo la punta del iceberg del trabajo a desarrollar. Si nos quedamos ahí, estaremos descuidando detalles importantes de lo que será la actividad de nuestra empresa, ya que es un método que no profundiza en cómo ejecutar la idea de negocio en profundidad.

En definitiva, se trata de un método que tiene personas a favor y en contra, existiendo grandes éxitos y fracasos, tanto usándolo como sin hacerlo, ya que, finalmente, si no hay materia prima tanto en el promotor como en su idea, no hay nada que hacer.

 

Por Javier Navarro

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