Un logotipo representa una marca, por lo que es importante que sea reconocible y que se asocie con facilidad a nuestra compañía. De esta forma, hay que poner especial atención en su diseño para que refleje los valores asociados con la marca. Y por consiguiente, se diferencie de la competencia.
Y es que el producto o servicio que ofrecemos es importante, pero no lo es todo. La imagen que proyectamos va a afectar directamente a la reputación que los usuarios tengan de nuestra marca, así que el logotipo va a ser igualmente transcendente.
El éxito de una empresa es la suma de tres factores: buen producto o servicio, un gran diseño del logo acompañado de un eslogan fácil de recordar y ética empresarial marcada y bien comunicada. Vamos a hablar de algunas claves que ayudarán a la hora de crear el logotipo de tu compañía.
1. Simplicidad
Se puede decir que es el principio básico de un logotipo, ya que al tener un logotipo con este atributo será más fácil de recordar por parte de los usuarios. Si es recargado, acaba saturando al consumidor y por lo tanto, indirectamente, nuestro logo sufre un rechazo.
2. Debe ser reconocible
Es decir, tiene que tener características visibles y reconocibles, para que el consumidor sea capaz de diferenciarlo con tan solo una ojeada, teniendo en cuenta que puede ser sólo texto, sólo un símbolo gráfico, o incluir ambos elementos. Asimismo, debe reflejar los valores de la compañía haciéndolo palpable en todos los elementos que compongan el logotipo.
3. Exclusivo
Para que sea diferente y fácilmente reconocible, también tiene que ser exclusivo. Por eso, hay que llevar a cabo un pequeño estudio sobre los logotipos y que el nuestro sea distinto a cualquier otro. Además, hay que tener en cuenta que debe ser atemporal, para no tener que renovarlo con el paso de los años.
4. La importancia de los colores y la tipografía
Hay toda una psicología detrás de la utilización de colores y la tipografía, dependiendo de las sensaciones que queremos transmitir a nuestros stakeholders (o grupos de interés). Por eso, nuestro logotipo tiene que respirar la marca en todos los sentidos, con colores que reflejen los valores y una tipografía acorde con ello y que sea legible, por lo que lo ideal sería utilizar fuentes simples y poco recargadas.
5. Coherencia entre el logo y la marca
Si existe coherencia entre la marca y el logotipo, será más sencillo recordar la imagen y reconocerla entre muchas otras. De hecho, si le damos al logotipo un significado racional, servirá para conectar con el cliente.
Marta Gámez
