Lánzate es el programa de mentoring para emprendedores puesto en marcha por Orange España en colaboración con la Escuela de Organización Industrial (EOI).
José Antonio López, CEO de Ericsson en este país, participa en el programa desde su primera edición. Y hoy es un entusiasta del mismo.
José Antonio ha tenido la oportunidad de asesorar a jóvenes con ideas innovadoras en campos tan diversos como el ahorro de energía, la gestión de datos médicos o la automatización de cobros. En esta entrevista habla de su experiencia en el programa y de los consejos que suele dar un directivo experimentado como él a uno que empieza. También cuenta lo que él gana a nivel personal con el mentoring y valora el momento actual del emprendimiento en este país.
Has participado en varias ediciones del programa de mentoring Lánzate, una iniciativa de la escuela de negocios EOI y Orange España. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Soy de los decanos del programa. Tuve la suerte de que me invitaran a participar desde la primera edición. La experiencia ha sido muy positiva. Primero porque es muy motivador ver cómo se desarrolla el emprendimiento en tu país. También motiva porque es uno de los mejores ejemplos de la cooperación público-privada. El acuerdo con la EOI como institución pública creo que es un ejemplo del camino a seguir. No se puede delegar todo en la parte política.
El programa Lánzate es uno de los mejores ejemplos de la cooperación público-privada
José Antonio López CEO de Ericsson en España
Y, por otro lado, es una experiencia muy enriquecedora a nivel personal y profesional. Por los chavales, por los proyectos que te presentan y por la propia red de mentores, que están elegidos con suma exquisitez. Los mentores no sólo son experimentados, sino muy generosos. Se ha creado un networking muy interesante y fuerte entre los propios mentores.
¿A quién habéis ayudado dentro del programa?
Nosotros ‘mentorizamos’ el primer año a una empresa denominada Plan2Go, de un emprendedor fenomenal que se llama Damián Carpintero y que se dedicaban a procesos automatizados de cobro, algo bastante creativo y con bastante tecnología.
Otro proyecto que asesoramos estaba en Málaga, en el Parque Tecnológico, y era Métrica6, de un emprendedor llamado Eduardo Dueñas. Estos lo que han desarrollado es un mecanismo que tiene un beneficio medioambiental. Te retroalimenta el agua para que puedas tenerla caliente cuando te vas a duchar sin tener que tirar de calentador o de emisión de gas. El producto de ellos se llama Ness, como el monstruo del lago.
A los emprendedores les genera mucha frustración hacer 700 llamadas y no pasar de la centralita
Y este año tenemos dos proyectos muy diferentes. Uno es el de Aratech, de Luis Tramón, que es un veterano en el lanzamiento de nuevos proyectos. Ellos han hecho una plataforma muy interesante basada en lectura digital de datos biomédicos para ordenar resultados médicos y que estén accesibles fácilmente en hospitales y laboratorios.
Y luego está el de Alejandro Latorre, que se llama Weeen Kiteboarding. Él es gran aficionado y experto en kitesurfing y, a través de crowfunding, ha dado con un dispositivo para localizar las tablas que se pierden. Como ves, cada trabajo es muy diferente, pero todos son tremendamente interesantes.
¿Qué crees que tiene que aportar un alto directivo y con años de bagaje a una persona que pone en marcha un proyecto propio?
Nosotros les ayudamos a aterrizar, a que esas ideas interesantes se conviertan en un plan de negocio. Quizá también les ayudamos a contener un poco esa impulsividad que tienen. Esa emoción que tienen es muy positiva, pero hay que controlarla un poco. Y luego también les decimos que, en el día a día, hay muchas actividades y tareas en una empresa que no son tan ‘sexys’, pero que son fundamentales. Es para que tengan empresas con pilares sólidos. Es lo que les va a garantizar que esa empresa el día de mañana tenga éxito.
Valoro mucho la pasión y la alegría de los emprendedores. Ellos vienen silbando a la oficina. Esto es algo que no podemos perder en las multinacionales
También les ayudamos a hacerse las preguntas adecuadas. Por ejemplo, “¿esto que estoy diseñando es escalable o contratable?” o “¿hay sistemas de información que lo soporten?”. Son preguntas para reflexionar. Y, por último, una de las cosas que más necesitan son redes de contactos. Y nosotros, por las dimensiones de las multinacionales, podemos darle esos contactos. Porque para ellos es una tortura llamar a puertas y que nadie los reciba.
¿Cuáles son los aspectos que más valoran los emprendedores en un programa de este tipo, cuando tienen la posibilidad de compartir ideas y experiencias con un directivo de largo recorrido como tú, con más de 20 años en el sector?
Están desesperados por tener redes de contactos, y eso lo valoran muchísimo. Tienen paciencia, pero les genera mucha frustración mandar 700 mails o hacer 700 llamadas y no pasar de la centralita. Ellos también valoran mucho las preguntas incómodas que les planteamos.
Porque nosotros no les doramos la píldora, sino que les planteamos las cuestiones que se encontrarían en una ronda de financiación o que les plantearía un integrador que está valorando distribuir su producto. Esas preguntas incómodas que les hacen pensar y reflexionar son muy valoradas.
Les digo a los emprendedores que no piensen en Madrid, en Málaga o en España, sino en proyectos que en cualquier parte del mundo aporten valor
Y al revés, ¿qué has podido aprender tú de los emprendedores con los que has mantenido contacto en el programa Lánzate?
Una cosa muy importante es que te ayuda a relativizar los problemas. En las multinacionales entras en una dinámica donde cada dificultad te parece un mundo. Y donde tienes que hacer muchas reuniones para resolver problemas que no son tan graves, comparados con los que tienen estos emprendedores, que no tienen cómo llegar a fin de mes o para pagar la casa. Todo eso ayuda a relativizar.
Otra cosa que valoro mucho es la pasión y la alegría. Ellos vienen silbando a la oficina. Esto es algo que no podemos perder en las multinacionales.
En tu caso concreto, ¿cuáles son los consejos y pistas más relevantes que has dado a los emprendedores con los que has tenido contacto?
Nosotros somos una empresa tecnológica y todos los emprendedores tenían tecnología en sus proyectos. Por eso les hemos aconsejado para que chequeen desde el principio que esa tecnología va a ser escalable. Uno configura una startup para que acabe siendo una gran compañía.
Lo segundo importante es tener sólidas fuentes de financiación. No hay nada más frustrante que tener un proyecto ilusionante y luego te das cuenta que generas beneficio, pero no generas caja y tienes que parar tu actividad. Cómo dimensionar la estructura financiera es algo muy importante. Y lo tercero que les digo es “construye un proyecto global”. Les digo que no piensen en Madrid, en Málaga o en España, sino en proyectos que en cualquier parte del mundo aporten valor.
¿Cómo está hoy el ecosistema emprendedor en España?
España dio un salto exponencial a partir de la crisis. Entre 2010 y 2012 lo pasamos muy mal como país. Mucha gente perdió su trabajo y tuvo que emprender por necesidad. La última crisis nos espabiló mucho en términos de emprendimiento; se cultivó la creatividad de forma extraordinaria.
Hay una frase que me gusta mucho: sentirnos útiles a partir de los 55 nos hace más felices
Y luego, a partir de 2015, fuimos saliendo de esa crisis y pudimos compatibilizar esa vorágine de ideas que se dio con la estructuración, con financiación y con apoyo de programas como Lánzate. Por eso creo que Lánzate ha ayudado a profesionalizar este mundo, en la línea de proyectos como Lanzadera, de Mercadona, o como el South Summit. Como país, no tenemos nada que envidiar a la forma en que fuera se están estructurando startups, por lo menos en la etapa creativa inicial.
¿Y qué carencias ves en este sector del emprendimiento?
Yo creo que nos falta profesionalizar la financiación. Estamos accediendo a fondos locales, pero si tuviéramos la oportunidad de invitar cada cierto tiempo a los grandes fondos internacionales que invierten en startups, ganaríamos bastante.
También hay que simplificar los trámites administrativos. Sigue siendo arduo y costoso montar y cerrar una empresa. Y también tenemos que aprovechar mucho más nuestra red de cámaras de comercio internacional, para ayudar a los emprendedores a ver la luz.
Necesitamos asumir la cultura de que el proyecto que alguien monta va a ser para toda la vida, no para venderlo al cabo del tiempo
Creo que nuestro objetivo como país no tiene que ser tener muchos emprendedores, sino buenos emprendedores. Además, no tenemos que caer en el emprendedor que quiere dar un pelotazo. Esto no va de tener una idea, llegar a la segunda ronda de financiación y ahí colocar el proyecto. Necesitamos asumir la cultura de que el proyecto que alguien monta va a ser para toda la vida, no para venderlo al cabo del tiempo.
¿Crees que hace más mentoring en España y más interacción entre directivos y profesionales que estén en distintos momentos de su carrera profesional?
De mentoring no hay muchas iniciativas. Por la crisis y por otros factores, en España se extendieron los planes de jubilación de personas de 53 o 55 años, a veces en empresas de primer nivel. Mucha gente salió de sus compañías en el mejor momento de experiencia y contactos. En el libro ‘La revolución de las canas’, de Antonio Huerta, el presidente de Mapfre, e Iñaki Ortega, el director de la Deusto Business School, hay una frase que me gusta mucho. Dice: “Sentirnos útiles a partir de los 55 nos hace más felices”. Los emprendedores de este país, a través de programas como Lánzate, tienen la oportunidad de hacer sentir feliz a mucha gente que va a compartir con ellos sus experiencias, aciertos y equivocaciones.
Imágenes | Deagreez y Ericsson
