impresora 3D de comida Foodini

Empresa

Lynette Kucsma, cofundadora de Natural Machines: «Podemos imprimir un cracker en 20 segundos, un ravioli en dos o tres minutos y una pizza en cinco»

La fabricación aditiva quiere conquistar nuestras cocinas y la de nuestros restaurantes. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que sea habitual comprar una barra de pan impresa?

Foodini es una impresora 3D de comida con conectividad wifi que permite, precisamente, imprimir casi cualquier tipo de comida. La compañía que la ha creado, Natural Machines, tiene sede en Barcelona, acaba de abrir una oficina en Nueva York y está a punto de abrir otra en Italia. Han vendido directamente Foodini a más de 60 países. Hablamos con la cofundadora de Natural Machines y CMO de la compañía, Lynette Kucsma.

Moyupi, los dibujos infantiles que cobran vida en 3D

¿Qué es Natural Machines?

Somos los creadores de Foodini, una impresora 3D que permite imprimir comida con ingredientes naturales y frescos. Sé que la idea de una impresora 3D de comida puede parecer un poco extraña, pero no es tan raro si piensas como trabaja hoy la industria del procesado de alimentos. Es casi impresión en 3D de comida. Esto es el mismo concepto, pero llevado a una aplicación de cocina y con la ventaja de que eliges tus propios ingredientes.

¿Cómo se os ocurrió la idea de Foodini?

Empezamos hace seis años y lo hicimos como muchas otras compañías. Un amigo tenía un problema y nosotros encontramos una solución. Teníamos un amigo que era el dueño de una pastelería vegana en Barcelona y quería expandir su negocio fuera de España. Pero los costes se disparaban debido a las dificultades de distribución y packaging de los productos. Entonces pensamos si era posible crear pequeñas pastelerías en cada uno de los países. Cada impresora en 3D es, en realidad, una fábrica de pequeñas dimensiones. Y así se nos ocurrió.

¿En qué momento del desarrollo estáis ahora?

Ya hemos pasado la fase del prototipado y el producto está en el mercado. Trabajamos con un fabricante de confianza en China desde el principio. Además, hemos enfocado otros problemas de la industria alimentaria, ya no solo nos centramos en resolver los desafíos de la pastelería vegana. La gente quiere saber qué está comiendo, qué ingredientes hay en su comida.

impresora 3D de comida Foodini

Estamos acostumbrados a ver dispositivos que imprimen estructuras en 3D en plástico o acero. ¿En qué ingredientes puede imprimir Foodini?

Pues más o menos cualquiera. No somos como la típica máquina de expreso que solo funciona con sus cápsulas. La impresora viene con una serie de cápsulas vacías en las que se puede poner casi cualquier ingrediente. El producto ha sido probado ya en 90 países con recetas locales, así que cubrimos un montón de alimentos.

Entonces, ¿se crean los ingredientes en casa?

Se pueden crear o se pueden comprar. Por ejemplo, si quieres imprimir humus puedes hacerlo en casa y rellenar la cápsula o comprarlo ya hecho y darle la forma que quieras. Se pueden incluso imprimir fluidos, como kétchup o aceites, aunque estos no formarán estructuras 3D, sino servirán más como decoración en dos dimensiones.

La impresora está preparada para trabajar con diferentes texturas, no todo va a ser como un puré de patata. Hemos trabajado con cuscús o carne picada sin problema, sin tener que pasarlos por la batidora antes. Evidentemente, no puedes imprimir cualquier cosa, no puedes meter un filete en Foodini, tendrás que procesarlo antes un poco.

Para imprimir carne o pescado, ¿qué hay que hacer?

Lo más importante no es tanto qué hacer antes de imprimirla, sino después. De momento, el dispositivo que está en el mercado no cocina. Calienta los alimentos, eso sí, pero si introduces carne cruda esta tiene que ser cocinada después. La nueva generación, en la que ya estamos trabajando, sí tendrá la capacidad de cocinar.

impresora 3D de comida Foodini

Foodini viene con software integrado. ¿Para qué se puede usar?

El software se llama Foodini Creator y gracias a él puedes controlar la impresora a través de una pantalla táctil en el propio dispositivo o desde una tablet o un ordenador a distancia. Hemos invertido mucho tiempo en él para hacerlo sencillo, para que todo el mundo puede usar la impresora. Permite utilizar formas predefinidas o crear otras diferentes en pocos pasos.

No habrá mercado de impresión de comida sin convencer al consumidor final. ¿Cómo lleváis este aspecto?

La estrategia que seguimos ya se ha visto antes. Cuando se lanzaron al mercado los microondas, en los años 60, lo primero fue convencer a los profesionales de la alimentación Hasta los 70 no empezaron a llegar a los hogares, cuando el público ya estaba acostumbrado a ver y oír hablar de este dispositivo.

Nosotros estamos trabajando con cocineros, restaurantes, proveedores de comida, productores, hospitales… El segmento profesional es más receptivo a probar las nuevas tecnologías. Si se sirve comida impresa en un restaurante o aparece una impresora en ‘Masterchef’, el público se irá habituando. Creemos que en entre 10 o 15 años empezaremos a tener impresoras 3D en nuestros hogares.

impresora 3D de comida Foodini

Entonces, por el momento, estáis enfocados en varios segmentos profesionales.

Sí, los usuarios profesionales son nuestro target. Hemos hecho una serie de investigaciones que muestran que el segmento doméstico será difícil de penetrar mientras la impresora 3D no sea capaz de cocinar. Una vez que tengamos la nueva generación de dispositivos lista, nos enfocaremos en el mercado doméstico.

¿Cuáles son las aplicaciones profesionales de Foodini?

Las primeras aplicaciones son para cocineros. Una impresora 3D como Foodini permite hacer presentaciones de platos que no son posibles con las manos. Además, gracias a Foodini los cocineros pueden automatizar una serie de tareas. No hablamos de robots que suplantan personas. Hablamos del mismo tipo de automatización que significa usar una picadora para la verdura en lugar de trocearla a mano.

Otra de las aplicaciones es muy diferente. Trabajamos con hospitales y residencias para mayores en los que hay personas que tienen dificultades para tragar los alimentos. Hoy por hoy se alimentan de purés. Esto hace que se aburran de comer y pierdan apetito. Una impresora 3D hace la comida más atractiva.

impresora 3D de comida Foodini

Cuando las primeras impresoras 3D salieron al mercado, se hablaba mucho del segmento doméstico. Sin embargo, hoy por hoy la gran mayoría de aplicaciones son industriales. ¿No crees que pasará un poco lo mismo con la impresión de comida?

Cuando oía hablar de las impresoras 3D en casa, no me parecía que esto fuese a convertirse en realidad. ¿Cuántos objetos de plásticos necesitamos imprimir en nuestros hogares? Y más ahora, que parecemos estar tan centrados en reducir la producción de plásticos. Pero no es lo mismo hablar de plásticos que de comida. Todos los días tenemos que ingerir alimentos.

Antes de la revolución industrial, las familias empleaban entre siete y ocho horas al día en preparar alimentos, porque no había una industria que los procesaba. Pero, hoy en día, la gente quiere saber qué está comiendo, conocer todos los ingredientes y personalizar sus dietas. Por eso creemos que hay sitio para Foodini en el sector doméstico. No solo hablamos de imprimir comida en formas curiosas, sino de crear alimentos procesados como cereales o pastas rellenas conociendo todos y cada uno de sus ingredientes.

Digamos que quieres imprimir un plato de ravioli en casa, ¿cuánto tiempo te puede llevar?

Los tiempos varían mucho en función de los ingredientes. Además, Foodini no tiene una única velocidad de impresión. Podemos imprimir un cracker en 20 segundos, un ravioli en dos o tres minutos y una pizza en cinco minutos. Pero si alguna vez has probado a hacer ravioli en casa a mano, sabes que la impresora 3D los va a hacer más rápido. No es la forma más rápida de hacer comida, lo más rápido es comprarlo precocinado o cocinado. Pero si quieres saber qué estás comiendo, Foodini te ayuda a cocinar platos mucho más rápido.

Imágenes | Natural Machines

Subir