el impacto de la pandemia en el trabajo

Empresa

195 millones de empleos menos en tres meses: así impactará la pandemia en el trabajo

“Los trabajadores y las empresas se enfrentan a una catástrofe, tanto en las economías desarrolladas como en los países en desarrollo… Tenemos que avanzar rápido, con decisión y juntos”.

Las declaraciones de Guy Ryder, el presidente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT o ILO, por sus siglas en inglés) son demoledoras. Casi tan duras como las cifras que publica el último informe de la asociación que dirige. Un virus, el SARS-CoV-2, ha cambiado el rumbo de la economía global en los primeros 100 días de 2020. Las consecuencias se dejarán notar durante mucho más tiempo. El impacto de la COVID-19 en el trabajo será muy importante.

El impacto de la pandemia en el trabajo

Llegó poco a poco, sin hacer mucho ruido, y para cuando se detectaron los primeros casos era ya demasiado tarde. El patrón se ha repetido en China, epicentro de la pandemia de COVID-19, Italia, España y la mayoría de países del planeta. La naturaleza del coronavirus, capaz de infectar sin dejar apenas rastro a un gran número de personas y causar enfermedades graves en otras, ha puesto contra las cuerdas a los sistemas de salud de todo el planeta.

impacto de la crisis del coronavirus en pymes

Así afectará a las pymes la crisis del coronavirus

La crisis es de tal calado que la mayoría de los gobiernos han optado por establecer medidas de confinamiento severas. Incluso muchos de más reacios al principio han acabado por aceptar que el aislamiento es la principal herramienta de que disponemos ahora mismo para contener el brote. El principal problema ahora es cómo minimizar las consecuencias económicas de paralizar la actividad y el comercio en medio mundo.

El impacto de esta crisis a largo plazo será económico más que sanitario. Y las primeras predicciones que llegan al respecto no son nada halagüeñas. El número de horas trabajadas en todo el mundo durante el segundo trimestre de 2020 se reducirá en un 6,7%. El equivalente a suprimir 195 millones de puestos de trabajo. Esas son las predicciones de la OIT a 1 de abril; y no descartan que la situación pudiese empeorar.

3.300 millones de trabajadores parados

los trabajadores del comercio al por menor mantendrán su empleo, pero su entorno será de riesgo

El escenario de incertidumbre es total. Es cierto que algunas voces científicas y empresariales (como Bill Gates) habían advertido del riesgo de una pandemia así en los últimos años y algunos países como Corea del Sur estaban mejor preparados, pero casi nadie se esperaba una crisis de este calado. Hace poco más de tres meses, mientras inaugurábamos el año 2020, nadie parecía prever lo que nos guardaba el futuro.

El nivel de incertidumbre que se mantiene para los próximos meses es casi el mismo. Sabemos a lo que nos enfrentamos, pero todavía estamos buscando las soluciones. Mientras tanto, según la OIT, 3.300 millones de trabajadores están afectados por las medidas de confinamiento obligatorio o recomendado en todo el mundo. Es decir, alrededor del 80% de la masa laboral mundial.

Esto ha provocado a su vez alteraciones en las cadenas de suministros de todas las industrias y una fuerte caída en los ingresos y la demanda, dos factores que impactarán en el trabajo a más largo plazo, incluso cuando las restricciones físicas ya no existan. Tal como señalan en el informe de la OIT, la pérdida de empleos suele producirse como efecto de una contracción económica. En la crisis actual, la contracción económica todavía se está produciendo, pero partimos ya de una situación de reducción importante del mercado laboral.

Los países y sectores más afectados

impacto en el trabajo informal de muchos países

El impacto de la pandemia en el trabajo no es equitativo. La COVID-19 no afecta por igual a los países desarrollados que a los que están en vías de desarrollo, ni a las economías industrializadas frente aquellas basadas en los servicios. El impacto tampoco es el mismo en cada sector; y también son muchos los tipos de trabajo que, según la OIT, están a salvo.

La pérdida de trabajo formal durante el segundo trimestre de 2020 será mayor en los países ricos. De acuerdo con la OIT, esto se debe al elevado nivel de informalidad que existe en los países en vías de desarrollo. Es decir, que dicha pérdida no puede contabilizarse de la misma manera, lo que no quiere decir que no exista.

Así, la caída de horas laborales será del 8,1% en los países árabes, del 7,8% en Europa y del 6,3% en el continente americano. África, con una reducción del 4,9%, registrará el menor impacto atendiendo a los números formales. “[Pero] la COVID-19 está afectando también a decenas de millones de trabajadores informales”, recuerda la OIT en su informe.

“Muchos países afectados por la inestabilidad política, los conflictos o el impacto recurrente de desastres naturales se verán seriamente lastrados por la COVID-19. La falta de acceso a servicios básicos, servicios sanitarios y protección social, la debilidad institucional y la ausencia de diálogo social […] pondrán en más riesgo a muchos trabajadores”, añade.

Qué trabajos sufrirán un mayor impacto

la agricultura no se debería ver muy castigada por la pandemia

Muchos de los empleos intensivos en mano de obra y de cara al público serán los que sufran el mayor impacto de la pandemia, a nivel mundial. Según la OIT, la hostelería y el sector hotelero, la parte de ventas del sector inmobiliario, las industrias manufactureras y el comercio, tanto al por mayor como el minorista, serán los sectores más afectados desde un punto de vista laboral.

En la actualidad, estos sectores emplean a casi un 40% de todos los trabajadores del mundo (1.350 millones de empleos), aunque los porcentajes varían entre regiones y países. Solo el comercio emplea a cerca de 500 millones de personas. Muchos perderán su trabajo y los que no lo hagan por trabajar en sectores esenciales (como la alimentación) desarrollarán su actividad en un entorno de alto riesgo, recalca la OIT.

El riesgo de pérdida de trabajo es menor, aunque todavía elevado, en el transporte y en las artes y el entretenimiento; mientras el nivel de riesgo se atenúa en la construcción, la minería y el sector financiero y asegurador. La agricultura y la pesca, los servicios sociales y sanitarios, la educación, la administración pública y los servicios públicos (utilites) están prácticamente fuera de riesgo.

“Muchos gobiernos están tomando medidas excepcionales en respuesta a una situación sin precedentes”, señala la Organización Internacional del Trabajo. Cubrir las caídas de ingresos y de la demanda, garantizar la protección social y estabilizar los mercados financieros y de crédito son ahora las prioridades.

Pero el apoyo a los países en vías de desarrollo en su respuesta a la crisis es también fundamental. “Si un país falla, todos fallamos. Debemos encontrar soluciones para ayudar a todos los segmentos de nuestra sociedad global”, concluye Guy Ryder.

Imágenes | Unsplash/Alev Takil, Airam Dato-on, Tbel Abuseridze, Anaya Katlego

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