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El fondo de maniobra: por qué es tan importante para tu empresa y cómo calcularlo

El fondo de maniobra es una de las magnitudes más importantes para valorar si existe un equilibrio entre el patrimonio de la empresa y su financiación.

¿Cuál es la fórmula del fondo de maniobra?

Podemos calcular la fórmula del fondo de maniobra del siguiente modo.

FONDO DE MANIOBRA = FINANCIACIÓN BÁSICA – ACTIVO NO CORRIENTE

El activo no corriente es una de las cifras que aparecen en el balance. La financiación básica es sencilla de calcular. Tendríamos que sumar el patrimonio neto y el pasivo no corriente. Es decir, estamos hablando de financiación que va a permanecer a largo plazo en la empresa, ya sea porque no son deudas o porque, siéndolo, no vencen en el corto plazo.

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El capital corriente o capital circulante

Podemos reordenar la igualdad anterior. La financiación básica es, en realidad, lo que queda, si excluimos el pasivo corriente, del total de la financiación de la empresa (lo que el modelo de cuentas anuales del Plan General de Contabilidad denomina “TOTAL PATRIMONIO NETO Y PASIVO”). Por tanto:

FONDO DE MANIOBRA = TOTAL PATRIMONIO NETO Y PASIVO-PASIVO CORRIENTE-ACTIVO NO CORRIENTE

Por otro lado, el activo no corriente es lo que queda de activo total si descontamos el activo corriente. Por tanto:

FONDO DE MANIOBRA = TOTAL PATRIMONIO NETO Y PASIVO-PASIVO CORRIENTE- (ACTIVO TOTAL – ACTIVO CORRIENTE)

Reordenando:

FONDO DE MANIOBRA = (TOTAL PATRIMONIO NETO Y PASIVO-ACTIVO TOTAL) + (ACTIVO CORRIENTE-PASIVO CORRIENTE)

Dado que el importe de la inversión en la empresa (activo total) debe coincidir con la financiación de esa inversión (total del patrimonio neto y pasivo), nos queda que:

FONDO DE MANIOBRA = ACTIVO CORRIENTE-PASIVO CORRIENTE = CAPITAL CORRIENTE O CIRCULANTE

Por lo tanto, el fondo de maniobra y el capital circulante o capital corriente tienen que tener el mismo importe. Son, en definitiva, dos formas de ver un mismo concepto.

¿Cómo podemos comprender gráficamente el fondo de maniobra?

En el gráfico adjunto podemos ver cómo el fondo de maniobra representa un colchón financiero para la empresa. La financiación básica es suficiente no solamente para cubrir toda la inversión a largo plazo (el activo no corriente), sino también una parte de la de corto plazo, reflejada en color naranja.

¿Qué pretende transmitir el fondo de maniobra?

El fondo de maniobra es un concepto que nos traslada una visión temporal del equilibrio entre inversión y financiación. Y lo hace a partir de la distinción entre corto y largo plazo. Normalmente, la frontera se establece en un año.

De este modo, los activos destinados a permanecer más de un año en la empresa se consideran como no corrientes y los demás como corrientes. Igualmente, la financiación que consiste en deudas con vencimiento a más de un año o que forma parte del patrimonio neto se considera financiación básica, relacionada con el largo plazo, mientras que la que hay que devolver en el curso de menos de un año se considera pasivo corriente.

A partir de ahí podemos considerar cómo se mantiene el equilibrio temporal necesario entre inversión y financiación a partir de fondo de maniobra.

¿Qué puede suceder si no tenemos un fondo de maniobra?

Supongamos que realizamos voluminosas inversiones con el fin de mejorar la capacidad y productividad de nuestro negocio a largo plazo, pero que las financiamos con deudas a corto plazo.

Ábaco

Nos encontraríamos con que las inversiones tardan un tiempo en ofrecer los retornos suficientes en forma de mayores cobros. Sin embargo, como las deudas son a corto plazo, debemos devolver pronto lo que nos prestaron. Probablemente, nos veamos obligados a malvender nuestras inversiones apresuradamente para obtener un dinero con el que pagar. Incluso, es posible que tengamos que asumir que no podamos cumplir con nuestros acreedores. Nuestro proyecto se puede volver inviable.

¿Para qué sirve el fondo de maniobra?

Ahora, imaginémonos el caso contrario. Disponemos de una financiación básica suficiente no solamente para cubrir las inversiones a largo plazo, sino también una parte de las de corto plazo. Es decir, contamos con un fondo de maniobra.

De este modo. lo que sucederá es que con las inversiones que permanecen a corto plazo en la empresa (como la tesorería, los créditos frente a clientes o la Hacienda Pública, las existencias, etc.) es probable que podamos generar una corriente de cobros suficiente para atender las obligaciones por deudas a corto plazo e, incluso, que todavía tengamos cierto margen más.

Ese cierto margen es, por otro lado, muy trascendente. Tengamos en cuenta que tanto la corriente de cobros como la de pagos pueden sufrir variaciones sobre lo previsto. Por ejemplo, tenemos que asumir una obligación con la que inicialmente no contábamos. También es posible que, puntualmente, notemos un ritmo más lento en nuestras ventas que haga que no tengamos cobros suficientes.

Analizando las cuentas

 

Pero, además, ahora imaginemos qué sucedería antes tan siquiera de iniciar esos proyectos inversores, cuando nos planteamos cómo conseguir los fondos necesarios para llevarlos a cabo. La liquidez que proporciona el fondo de maniobra fortalecerá su viabilidad y, con ello, favorecerá su financiación.

Por un lado, los socios tendrán menos miedo a una liquidación apresurada que comprometa no solamente el proyecto, sino su propio dinero. Por otro lado, los proveedores de financiación ajena tendrán mayores garantías de devolución de lo prestado. La probabilidad de impago es menor.

El fondo de maniobra: ¿cuánto más mejor?

Como casi todas las cosas, es conveniente mantener un equilibrio. Buscamos una base sólida para la financiación que ayude a desarrollar las inversiones. Sin embargo, el exceso puede perjudicar a las inversiones a largo plazo de la empresa y a un correcto empleo de la financiación a corto plazo.

La cuestión es cómo determinar si estamos en un punto equilibrado. La cifra óptima de fondo de maniobra variará en función de las circunstancias de la empresa, como su tamaño y otras condiciones que es mejor medir en términos relativos a través de ratios adimensionales como, por ejemplo, los de liquidez, garantía, estabilidad, apalancamiento, etc. Ello añadido a las peculiaridades de nuestro proyecto, las características de nuestra organización y el entorno al que se enfrenta nos permitirá la necesaria visión de conjunto.

¿Puede tener sentido un fondo de maniobra negativo?

Sí, en algunos casos extraordinarios. Por ejemplo, existen empresas que obtienen una financiación importante a corto plazo a través del pago aplazado a proveedores y, sin embargo, venden al contado.

Cálculos contables

Si estas empresas financian una parte de sus inversiones a largo plazo con deudas a corto, en realidad lo hacen por la estabilidad de la financiación que les prestan sus proveedores. Estos últimos saben que sus clientes son empresas con un período medio de maduración relativamente corto, una elevada liquidez y a las que no representa un riesgo especial vender a plazos relativamente elevados. Es más, es probable que las condiciones de pago puedan ser un elemento importante en la relación a largo plazo entre proveedor y cliente.

El fondo de maniobra es una magnitud muy sencilla de calcular. Sin embargo, todo emprendedor debe tener en cuenta que su análisis requiere una visión de conjunto.

Imágenes| Hannah Olinger, NeONBRAND,  Crissy Jarvis, 85Fifteen en Unsplash

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