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La Era del Desorden: ¿llega una nueva etapa económica?

Todo tiende al caos, a no ser que hagamos algo para remediarlo. ¿Ha pasado la globalización un punto de no retorno hacia una nueva era del desorden? El segundo principio de la termodinámica, ese que nos habla de la entropía y de toda la energía que necesita un sistema para estar ordenado, se ha querido ver reflejado en muchos campos más allá de la física. La economía es uno de ellos. El símil se usó, por ejemplo, en la crisis de 2008, asegurando que sin la intervención de las autoridades monetarias el sistema económico mundial tendería al caos.

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El equipo de analistas de Deutsche Bank ha recuperado el concepto para describir lo que entiende es el fin inevitable de la segunda era de la globalización. La misma en la que hemos vivido durante los últimos 40 años. En un estudio firmado, entre otros, por el jefe de estrategia del banco, Jim Reid, señalan que estamos entrando en la Era del Desorden, un ciclo marcado por la reversión de la globalización, el conflicto demográfico, la disrupción tecnológica y el cambio climático.

“El mundo está en la cúspide de una nueva era que se caracterizará inicialmente por el desorden”, arranca el informe anual de rentabilidad de activos a largo plazo del banco alemán, publicado en septiembre. Pero, recuerdan, “no todo desorden tiene por qué ser malo”.

¿El fin de la globalización?

La construcción del sistema económico ha atravesado muchas fases a lo largo de la historia. Desde los primeros pasos del comercio hasta la actualidad, el mundo ha recorrido un camino complejo, de idas y venidas, periodos expansivos y contracciones. Según el informe del Deutsche Bank, en los últimos 40 años hemos vivido en la llamada segunda era de la globalización.

Pero esta no sería sino la quinta era que experimenta el sistema económico moderno. Así, el estudio identifica cinco grandes ciclos de la economía en los últimos 150 años:

  1. La primera era de la globalización, entre 1860 y el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914.
  2. Las dos grandes guerras y la Gran Depresión entre medias, un periodo que abarca de 1914 a 1945.
  3. Los acuerdos de Bretton Woods que establecieron un nuevo orden económico global tras la Segunda Guerra Mundial. Este superciclo se extiende hasta el 1970.
  4. Un periodo de alta inflación durante la década de 1970.
  5. Y la segunda era de la globalización desde 1980 hasta nuestros días.

Para los analistas del banco, el fin de esta era de globalización es algo que lleva tiempo gestándose. La pandemia ha acelerado el ritmo de los cambios, pero no es la causa principal que nos lleva a la Era del Desorden. Las consecuencias principales de esta tendencia al caos económico serán la caída de los precios de los activos financieros y el incremento de la deuda pública. Y la nueva fase estará marcada por ocho grandes ejes centrales.

1. La relación entre China y Estados Unidos

La relación entre las dos grandes potencias económicas del planeta ha marcado el devenir de la globalización en los últimos años. China, como potencia emergente, amenaza la hegemonía económica de Estados Unidos. El país norteamericano ha respondido, sobre todo durante los últimos cuatro años de gobierno de Donald Trump, con medidas para protegerse.

Mientras el gigante asiático intenta fortalecer su demanda interna para depender menos del comercio exterior, busca también consolidar sus redes internacionales. Algo parecido está haciendo Estados Unidos, donde las políticas proteccionistas han sido predominantes durante los últimos años. 

Hay que tener en cuenta que el informe está publicado antes de las elecciones que han dado la victoria a Biden en Estados Unidos. Sin embargo, no está claro que el nuevo inquilino de la Casa Blanca vaya a cambiar de rumbo frente a China. Es más, los analistas políticos señalan ya que la relación con la potencia asiática marcará la política exterior de la Administración Biden durante los próximos cuatro años.

2. Los retos de la Unión Europea

En los últimos años, la Unión Europea ha vivido siempre con la sensación de estar ante un momento clave en su historia. Los expertos del Deutsche Bank señalan que los próximos años no serán diferentes. Lo que se haga en la UE en el futuro cercano definirá su destino.

¿Cómo se va a gestionar la era post-Brexit? ¿Se logrará una respuesta unificada y sólida a la crisis de la COVID-19? ¿Se avanzará hacia más integración o se enfriarán las relaciones entre sus miembros? La pandemia está suponiendo una dura prueba para un proyecto político en el que las asimetrías económicas y las brechas nacionalistas han hecho mella.

3. Más deuda y la Teoría Monetaria Moderna

La delicada situación económica que atraviesan muchos países está teniendo una respuesta clara: más deuda. Casi todos los estados están absorbiendo grandes créditos otorgados por organismos como el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. Este aumento de la deuda, que ya estuvo detrás de la crisis de 2008, es uno de los factores de mayor preocupación para el banco alemán.

Por otro lado, el informe sostiene que muchos países pueden verse tentados a aplicar la llamada Teoría Monetaria Moderna (TMM) como respuesta al endeudamiento. Aunque cuestionada, esta teoría sostiene que un estado siempre puede imprimir más dinero para hacer frente a sus obligaciones de crédito. Es decir, si no tiene para pagar la deuda, crea más dinero como solución temporal. 

La solución ya ha sido parcialmente adoptada por países como Reino Unido para intentar salir de la crisis de la COVID-19. Esta herramienta, limitada a la larga por la inflación, si se generaliza creará incertidumbre y desorden en los mercados internacionales.

4. ¿Inflación o deflación?

Otro de los puntos que no están claros en la predicción del Deutsche Bank. En un escenario de deflación, hay más oferta que demanda. Es, por ejemplo, lo que ha pasado con el sector viajes y turismo este año. Ante esta situación, los precios y los beneficios caen, la actividad se reduce, las empresas facturan menos, aumentan los despidos y los cierres y se incrementa la caída de la demanda. Es un círculo vicioso de desgaste económico.

Por otra parte, el informe también señala que podría imponerse un ciclo de inflación, motivado por el aumento de la deuda y la emisión de moneda por parte de los bancos centrales. La inflación puede acabar generando un alza descontrolada de los precios y añade mucha inestabilidad al panorama económico global.

5. Más desigualdad

Las asimetrías económicas que han crecido en la última década seguirán aumentando en la Era del Desorden. Estas brechas de desigualdad crecerán tanto entre países como entre sectores o regiones del mismo país. Algunos analistas señalan ya que la recuperación de la crisis de la COVID-19 será en forma de K. Habrá sectores que se recuperen rápidamente y crezcan y otros que se hundan de forma casi irreversible. Esto generará, a corto plazo, una desigualdad evidente.

6. Conflicto intergeneracional

Las tensiones demográficas han sido una constante en los últimos años. En el futuro cercano, se acrecentarán. Según el informe, los jóvenes recibirán la mayor parte de las consecuencias de la Era del Desorden: tendrán situaciones más precarias y vivirán en países lastrados por la deuda.

Sus intereses serán en gran medida contrarios a los de las generaciones mayores, que disfrutarán de las protecciones sociales ganadas durante una época económica muy diferente. Esta tensión será especialmente fuerte en los países desarrollados, en los que el envejecimiento de la población lleva décadas causando desequilibrios en la pirámide poblacional y tensiones en los sistemas de salud y pensiones.

Sin embargo, tal como señalan otros análisis del informe, el Deutsche Bank no contempla la solidaridad intergeneracional que ya quedó patente en la crisis financiera de 2008. Entonces, durante los años más duros de recesión, los mayores y sus pensiones se convirtieron en un importante escudo frente el aumento de la desigualdad y la pobreza.

7. Tensiones alrededor del cambio climático

El grupo de los que defienden que la sostenibilidad y el freno al cambio climático deben ser una prioridad absoluta es cada vez mayor. Un número creciente de países, empresas, inversionistas y ciudadanos es consciente de los riesgos que supone el cambio climático a corto, medio y largo plazo y busca actuar con contundencia para revertir esta situación.

Sin embargo, en los últimos años, impulsado por la Administración Trump, también ha crecido el grupo de los que consideran que el progreso económico siempre debe primar por encima de la protección medioambiental. Según el informe del banco alemán, las tensiones entre unos y otros irán en aumento.

8. Disrupción tecnológica

La llamada cuarta revolución industrial, impulsada por la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial o el análisis de datos masivos, lleva años planteando sus retos al sistema económico. La destrucción de empleo poco cualificado, la necesidad de formación y reciclaje profesional, la devaluación de ciertos trabajos o las dificultades para competir de las empresas pequeñas son algunas de las consecuencias negativas de la disrupción tecnológica en la economía y el empleo. Los retos no son de fácil solución y añadirán más inestabilidad a la era del desorden.

La conjunción de todos estos factores es, a juicio de los analistas, lo más preocupante. La variabilidad es habitual en el sistema económico, no existe la estabilidad absoluta. Sin embargo, los diferentes elementos no suelen cambian al mismo tiempo. Es, precisamente, la coincidencia de todos ellos la que marca el posible fin de la segunda era de la globalización. Y la entrada en la nueva Era del Desorden.

Por otro lado, el fin de la globalización podría poner fin también a algunos de sus efectos más perniciosos como, por ejemplo, la destrucción de la industria en los países desarrollados o la ‘financierización’ de la economía. Además, si algo nos ha demostrado 2020, es que el futuro no puede predecirse por completo.  

Imágenes | Unsplash/Ashim D’Silva, Kyle Ryan, Alice Pasqual, Sergiu Vălenaș

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