Mónica Gil-Casares, de CODESPA

Empresa

Mónica Gil-Casares (CODESPA): “La desigualdad no está en el acceso, sino en la capacidad para obtener y explotar la información”

Mónica Gil-Casares es directora de investigación en la Fundación CODESPA, una ONG que facilita la salida de la pobreza a diversos colectivos por medio del trabajo.

También ha sido la coautora del informe ‘Tecnología con propósito. El impacto social de la empresa en la era digital’, una publicación del Observatorio Empresarial contra la Pobreza, plataforma impulsada por compañías como Caixa Bank, BBVA y Endesa.

En este informe se analizan las claves que deben tener en cuenta las compañías a la hora de poner en marcha proyectos de ayuda a los más necesitados y donde la tecnología es protagonista. En esta entrevista Gil-Casares asegura que, más pronto que tarde, el apoyo a los más necesitados o el cuidado del medio ambiente serán obligatorios para las compañías. 

Además, localiza las grandes brechas que crea la digitalización y habla de las maneras que tienen las empresas de contribuir a borrarlas. Para ella, la clave de la ayuda no está en repartir cientos de miles de dispositivos que cada vez son más baratos o en dar acceso sin más a Internet. Lo crucial en asegurarse de que los receptores se forman debidamente y aprenden a sacar partido a la información que genera la tecnología, con el fin de avanzar y mejorar su situación. 

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¿Qué es el Observatorio Empresarial contra la Pobreza?

Es una plataforma creada en 2015 para promover el liderazgo de la empresa en la lucha contra la pobreza. Facilitamos un espacio de investigación e innovación, un lugar donde compartir experiencias y buscar fórmulas innovadoras lideradas por el sector privado que aporten beneficios y mejoren la calidad de vida de personas en situación de pobreza. Y, por último, es un instrumento de difusión de buenas prácticas. El Observatorio está abierto a las empresas que se quieran sumar a cumplir la Agenda 2030.

¿Cuáles son las tecnologías que más pueden ayudar en el mundo de hoy a reducir la pobreza? ¿Y por qué?

En nuestra investigación repasamos las principales tendencias tecnológicas que más están siendo utilizadas para generar un impacto social y seleccionamos casos de éxito para cada una de ellas: internet de las cosas, conectividad móvil, blockchain, big data, inteligencia artificial, robótica, plataformas, impresión 3D, realidad virtual y realidad aumentada. 

Sólo en España, 12,3 millones personas se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social

Mónica Gil-Casares directora de investigación de CODESPA

No se trata de un listado exhaustivo. Son, por así decirlo, los cimientos de un porcentaje destacado de los avances considerados ‘propios’ de la cuarta revolución industrial. Algunas organizaciones ya están liderando la orientación de estas tecnologías hacia el objetivo de reducir la desigualdad, y nuestra investigación tenía como objetivo recopilarlas, difundirlas y animar a más empresas a que se sumen a esta revolución con propósito.

¿Dónde se localiza hoy esa pobreza que empresas e innovación tecnológica deben combatir?

Actualmente hay 300 millones de personas que viven en situación de extrema pobreza con menos de 1,90 dólares al día, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) correspondientes al 2018. Sólo en España, 12,3 millones personas (26,6% de la población) se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, según el informe AROPE. 

La desigualdad en la era digital ya no se concentra tanto en los recursos materiales o el acceso a las tecnologías, dado que sus precios terminan disminuyendo y haciendo que la tecnología sea accesible con el tiempo. Actualmente, el debate de la desigualdad tiene más que ver también con la capacidad para obtener, discriminar, procesar y explotar la información misma. 

En líneas generales, ¿qué deben tener en cuenta las empresas a la hora de plantear iniciativas o proyectos solidarios?

Estamos en un momento en que las empresas están tomando la Agenda 2030 como su estrategia y hoja de ruta para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde su filantropía y actividad de negocio. Asimismo, estamos ante la llamada ‘economía del propósito’, una reinterpretación del capitalismo que está siendo cada vez más demandado por diferentes agentes y stakeholders de las empresas, en el que se deja de asumir la maximización del beneficio económico como principal normal de comportamiento, personal y empresarial. La publicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU ha supuesto un revulsivo para las empresas de todo el mundo. 

Es importante involucrar a otras áreas de negocio de la empresa en las estrategias de impacto social, y no sólo a la de RSC

Mónica Gil-Casares directora de investigación de CODESPA

En base a su experiencia y valor añadido, cada empresa debe preguntarse en qué ODS puede aportar más y debe saber cómo definir con criterios medibles su aportación a dicho reto. Conocer y adaptarse al contexto donde van a llevar a cabo la iniciativa, desarrollarlo de forma participativa y establecer alianzas con organizaciones sin ánimo de lucro, centros de investigación y otros agentes que aportan experiencia, comenzar por un piloto y medir el impacto de la iniciativa… Son algunas de las cosas que deben tener en cuenta a la hora de desarrollar proyectos con impacto social. En cada caso, se deberá analizar si es pertinente introducir la tecnología para maximizar la eficiencia en los procesos o el impacto buscado.

Mónica Gil-Casares, de CODESPA

¿Cuáles son las claves cuando, en esos proyectos, la principal línea de actuación es dotar de tecnología a los más necesitados?

Una de las conclusiones del informe es que la tecnología es una herramienta para mejorar la eficacia de las intervenciones sociales, pero no no un fin en sí mismo. La democratización y expansión de la tecnología entre la población excluida no resolverá per se la desigualdad y sus brechas asociadas. 

El tiempo y la evolución de los proyectos sociales con componente tecnológico han demostrado que distribuir tecnología no sirve si no se acompaña de un programa de formación específico y desarrollo de las habilidades necesarias de la población objetivo para garantizar un uso adecuado de la tecnología.

Las pymes que integran los Objetivos de Desarrollo Sostenible dentro de su estrategia no lo sienten como obligación, sino como oportunidad

Mónica Gil-Casares directora de investigación de CODESPA

Por otro lado, la tecnología debe estar adecuada a la realidad local. Un ejemplo: no se trata únicamente de repartir tabletas en las escuelas, sino de pensar si de verdad inciden en una mejor educación de los alumnos que las van a usar, si existen programas formativos en los que se pueda incluir esa tecnología para optimizar el impacto o si existe un acceso adecuado la red de energía eléctrica para recargar estos dispositivos. Por tanto, las soluciones tecnológicas con propósito deben ser adecuadas, accesibles, asequibles y estar adaptadas a la población y el contexto local..

Por último, a nivel tecnológico, a veces creemos que más disrupción en innovación tecnológica supone un mayor impacto, pero el informe ha revelado que la tecnología móvil, por ejemplo, es una de las tecnologías con mayor incidencia por el nivel de aceptación y penetración en las áreas rurales, donde los niveles de pobreza son mayores. 

¿En qué suelen fallar las empresas a la hora de plantear una estrategia de este tipo?

Lo primero que hay que hacer para intervenir en un contexto de pobreza es llevar a cabo un diagnóstico adecuado de la problemática, conocer las necesidades para plantear posibles estrategias de intervención y analizar si la tecnología puede contribuir a la solución. Para ello, las alianzas con ONG y otros actores que tienen el conocimiento sobre la población objetivo y el contexto local son claves.

También, es importante involucrar a otras áreas de negocio de la empresa en las estrategias de impacto social, y no únicamente llevar a cabo las iniciativas desde el área de responsabilidad social corporativa (RSC). La empresa tiene mucho que aportar desde su actividad de negocio, el conocimiento de sus empleados y su valor añadido. La RSC debe inspirar al negocio y viceversaEs fundamental transmitir las oportunidades que los proyectos sociales pueden significar para las áreas de negocio de la empresa, en especial en términos de innovación o apertura de nuevos mercados en segmentos de la población no atendidos. 

La falta de objetivos comunes entre diferentes áreas, la compartimentación excesiva de la RSC de la empresa en departamentos específicos así como la ausencia de métricas de retorno social y económico para la empresa son también algunas de las barreras para desarrollar proyectos de lucha contra la pobreza. 

Háblenos de uno o dos casos reales en que la tecnología está ayudando a combatir la pobreza en España o en el mundo.

Se trata de un proyecto desarrollado por Fundación CODESPA en Guatemala, en alianza con SIC4Change y Cropti, y con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Es una plataforma de comunicación dirigida a 750 pequeños y medianos agricultores guatemaltecos

A través de mensajes SMS, los trabajadores del campo reciben alertas e información sobre pronósticos del tiempo y precios de mercado y prácticas agrícolas adecuadas, entre otros aspectos, lo que les permite poder tomar decisiones que afectan a la productividad de sus cosechas, a sus agronegocios y, por tanto, a sus ingresos. Al mismo tiempo se facilita el acceso a tecnologías de bajo coste e incrementa la seguridad alimentaria de las familias.

¿Cómo está en general la empresa española a la hora de lanzar proyectos contra la desigualdad económica, la marginación o la exclusión, o para el cuidado del medioambiente?

La inquietud y el interés en el ámbito empresarial en cuanto a la reducción de la desigualdad y la contribución a los ODS son cada vez mayores. Se está viendo el efecto positivo que tiene la integración de los ODS en la estrategia empresarial, algo que creo que va a motivar para que las empresas españolas lo vean como una oportunidad y sientan la necesidad de formar parte de esta tarea que nos incumbe a todos.

Ser sostenible y socialmente responsable dentro de poco va a ser una cuestión obligatoria para las empresas

Mónica Gil-Casares directora de investigación de CODESPA

También cada vez hay más estudios, como el “Total Societal Impact. A new lens for strategy” del Boston Consulting Group, que demuestran la relación positiva entre la competitividad económica y el impacto social. En este estudio, en el que se analizaron a más de 300 empresas, se concluyó que existía una relación estadísticamente significativa entre los márgenes y resultados financieros de las empresas con los impactos en temas ESG (Environmental, Social and Governance, por sus siglas en inglés). Aun así, todavía queda mucho camino por recorrer para incentivar que más compañías incluyan el impacto ESG en su propósito empresarial. 

Parece que la lucha contra las grandes lacras globales es un tema más bien de grandes corporaciones del IBEX35. Sin embargo, España es un país sobre todo de micropymes. ¿Hasta qué punto se implican las firmas medianas y las pequeñas empresas en resolver los problemas de la agenda global?

Para las pymes, integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible e impulsar estrategias de responsabilidad social corporativa suele ser un reto más difícil de llevar a cabo. Pero estamos viendo cómo hay muchas empresas que, independientemente de sus recursos o su tamaño, tienen la inquietud de contribuir, dentro de sus posibilidades, a los retos del planeta

También cada vez nacen más ‘empresas sociales’ cuyo germen es social y medioambiental, apostando por otras formas de hacer empresa mientras resuelven una problemática social o medioambiental. Considero que las pymes que apuestan por integrar los ODS dentro de su estrategia no lo sienten como una obligación, sino como una oportunidad para ganar una rentabilidad que va más allá de la económica.

¿Qué retorno para la empresa tiene la inversión en proyectos de desarrollo y de ayuda a los necesitados?

Estos proyectos, y atender a otros colectivos como la llamada ‘base de la pirámide’, puede constituir una ventana a la innovación de la empresa, la apertura de nuevos mercados y la sostenibilidad a largo plazo. Además, una mayor lealtad de los consumidores, atracción de talento (especialmente de los millennials) y la mejora de la reputación e imagen de marca son también algunos de los beneficios de las empresas al invertir en proyectos de desarrollo

Sin embargo, la empresa debe experimentar y creerse que no se trata de una cuestión de estética, sino que realmente se pueden establecer relaciones ‘ganar-ganar’ tanto para el negocio como para la sociedad. Tal y como se explica en el informe, ser sostenible y socialmente responsable hoy en día es una ventaja competitiva para aquellas empresas más visionarias, pero dentro de poco va a ser una cuestión obligatoria. 

Administración pública, consumidores, empleados y accionistas, que ya hablan de dividendos sociales y verdes, son cada vez más exigentes y están convencidos de que la responsabilidad social de una empresa debe estar cada vez más vinculada al “propósito”. 

Imágenes | Observatorio Empresarial contra la Pobreza e iStock/Rawpixel

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