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Derecho a la desconexión laboral: ¿cómo estamos en España?

Como cada vez que transcurre el verano, se elevan los niveles de ansiedad y se habla de la depresión posvacacional. En septiembre, conceptos como flexibilidad y conciliación laboral se hacen más habituales. Y cada año nos preguntamos: ¿dónde está el derecho a la desconexión laboral? ¿Tenemos derecho?

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Septiembre es un mes duro no solo por volver de vacaciones, sino por ‘recuperar’ el trabajo que no se hizo. Llegan las prisas. Por eso es frecuente que la empresa se ponga en contacto con nosotros fuera del horario laboral. En Francia disponen del derecho a desconectar, pero en España aún no está regulado.

¿Tiene derecho mi jefe a interrumpir mi vida privada?

La relación entre empleado y empleador, o entre responsable y trabajador, ha sido históricamente tirante. A la empresa le interesa la productividad y el beneficio, y es difícil alinear ese objetivo con los del trabajador. Este tiene en mente otros como pasar tiempo de ocio con su familia.

En principio, por ley, no se puede interrumpir al trabajador porque fuera de su horario laboral y en vacaciones no está trabajando. De hecho, la directiva europea  2003/88/CE deja claro que el trabajador tiene derecho a descansar. Además, la resolución de un contencioso-administrativo a través de la Audiencia Nacional dejó claro, hace ya 20 años, que es ilegal pedir al empleado que esté conectado vía teléfono móvil o email.

Sin embargo, existe una herramienta llamada “fuerza mayor” que complica mucho el escenario. Que la oficina se haya mojado con el rociador de incendio puede ser causa mayor, pero ¿lo es la posibilidad de perder un cliente? Si no cojo el teléfono, ¿tendré problemas al volver? Esto hace que muchos trabajadores se vean presionados por contestar las llamadas fuera de su horario laboral.

Es decir, tenemos el derecho de no ser molestados pero la empresa tiene el derecho a llamarnos bajo ciertas situaciones nada concretas. Además, a esto se suma el miedo del trabajador a perder su puesto laboral. A posibles represalias. Una opción interesante es la negociación y regulación.

¿Puedo negociar el estar disponible?

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En la tirantez mencionada arriba, la opinión del trabajador es tan importante como la de la empresa. Es por eso que el contrato laboral se firma de mutuo acuerdo, y ambas partes pueden acordar en él si ambas aceptan el contacto puntual, por ejemplo, por vía telefónica a cambio de un mayor salario, mejores condiciones laborales, etc. Después de todo hay puestos laborales con un backup muy complicado, como el de un directivo.

Según el actual Código de Trabajo francés, lo ideal es que haya consenso y este tipo de interrupciones de la vida privada se regulen. Para ello, propone “la puesta en marcha de dispositivos de regulación de la utilización de los dispositivos digitales, a fin de asegurar el respeto al tiempo de descanso y vacaciones, así como su vida personal y familiar”.

Además, obliga a todas las empresas con más de 50 trabajadores a fijar los horarios de conexión al móvil e internet. Así, se podrá penalizar si una empresa busca ponerse en contacto con el trabajador. No así si le manda un email, por ejemplo, para que lo vea a la vuelta de vacaciones. Esto abre la puerta a renegociar las horas de conexión: más horas, más beneficios para el trabajador.

Empresas que lo regulan de forma voluntaria

Ya tenemos en nuestro país marcas, generalmente grandes empresas, que han sido capaces de regular este tipo de horarios. Por volumen de trabajadores, estas empresas lo tienen más fácil a la hora de gestionar los backups. La aseguradora francesa AXA fue la primera en regularlo sin estar obligada en 2017.

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Con esto, AXA ponía en relieve el derecho de los trabajadores a no responder y a la desconexión laboral. Fue un pacto entre la marca y CC.OO. Tras esto se sumaron más empresas. El Banco Santander e IKEA lo han introducido en sus convenios colectivos, y lentamente aparecerán otras.

El ámbito laboral en el que esto resulta más complicado es en el mundo de los autónomos. Con énfasis en los que trabajan directamente para clientes que no sean empresas (B2C), por la pérdida de trabajo directo que puede suponer no contestar una llamada. En los negocios B2B las llamadas se reducen tras el cierre de la empresa que actúa como cliente.

Esto significa que la desconexión no se aplica igual si somos asalariados, funcionarios o autónomos, e incluso dentro de estas categorías laborales hay un abanico importante en base al tamaño de la empresa, el sector y, por supuesto, el responsable del equipo de trabajo.

Imágenes | Unsplash, iStock/dima_sidelnikov, iStock/AntonioGuillem

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