Empresa

Así será la vida de los trabajadores españoles este 2022

Las perspectivas del mercado de trabajo para 2022 son buenas. Según ManpowerGroup y el catedrático Josep Oliver, se crearán un millón de nuevos empleos en España entre 2022 y 2023. En consecuencia, la previsión de paro para el año que viene se sitúa en una horquilla que va del 10,5 % al 13,9 % (en la actualidad supera el 15 %).

Las oportunidades del teletrabajo, a revisión tras dos años de pandemia

A ello contribuirá, entre otras cosas, la llegada de decenas de miles de millones de euros en forma de fondos europeos para financiar la digitalización de la economía y facilitar la transición energética. Más allá de los números, los cambios a los que dio lugar la COVID-19 en el ámbito laboral seguirán consolidándose este año.

Mascarillas en la oficina

Según los expertos, la pandemia de la COVID-19 está a punto de convertirse en una endemia. Es decir, que al fin tornará en una enfermedad crónica, pero con un menor impacto en vidas y una menor presión a los sistemas sanitarios. Como la gripe común. En algunos países, empieza a desaparecer la prohibición de llevar mascarillas en espacios cerrados, incluidos los de trabajo. Es el caso de Estados Unidos. Amazon ya ha establecido esta medida. En Francia también se aplicará la exención, pero solo a los profesionales que demuestren que tienen la pauta de vacunación completa. 

En España se ha eliminado la obligatoriedad de mascarillas en exteriores, pero no en espacios cerrados, como restaurantes, colegios, medios de transporte u oficinas. Sin embargo, si el índice de contagios sigue a la baja, también este deber podría desaparecer en verano. En muchas compañías las normas internas marcan la obligación de llevar la protección en lugares comunes y de tránsito, como pasillos. Aunque sí pueden desprenderse de ellas mientras se permanezca en el puesto de trabajo, siempre que haya una distancia mínima de 1,5 metros con respecto a los compañeros.  

 

El formato híbrido es la opción mayoritaria

La mayoría de los empleados de este país no quiere ni oír hablar de una vuelta a la jornada presencial de 9 a 6 y de lunes a viernes. Un estudio de Samsung asegura que en esta posición están el 87 % de los trabajadores de este país. 

La pandemia ha demostrado que el teletrabajo es posible y funciona. Y lo más probable es que, en las compañías en las que sea posible, predomine un formato híbrido de dos o tres días de trabajo en remoto. Las empresas están buscando fórmulas para no exceder ese 30 % de teletrabajo, cota a partir de la que tienen que compensar a los trabajadores por ley. Sin embargo, es probable que muchos gestores opten por un esquema híbrido, a pesar de no adaptar los contratos a la nueva normativa y abonar parte de los gastos del teletrabajador en luz, calefacción o internet. 

Contratar sin pasar por la oficina

Durante la pandemia y debido a las restricciones de movimiento, se hizo normal contratar desde la distancia. Sin entrevistas cara a cara en una oficina. Y también parece que empezar en un trabajo sin haber tenido una reunión presencial con el jefe seguirá siendo habitual este año. El llamado onboarding (incorporación de empleados a empresas) será, en muchos casos, virtual. 

A ello contribuirá que los mejores talentos hoy exigen que toda o gran parte de su jornada sea a distancia, porque eso les permite compatibilizar mejor vida familiar y profesional, y les evita gastos de tiempo y dinero en transporte. Además, la contratación a distancia facilita las cosas a la hora de echar mano de profesionales radicados en otras provincias e incluso en el extranjero. 

Seguirán cayendo los tabiques

Los centros de trabajo seguirán transformándose en este año 2022. En muchas empresas, los puestos fijos y los tabiques tienen los días contados, si no han caído ya. Los gestores están apostando por lugares más pequeños y abiertos, que inviten a la colaboración y la cocreación. Y que faciliten la rotación del personal por las instalaciones. Una semana va la mitad de la compañía, y a la siguiente, la otra mitad, por ejemplo.

Habrá videocolaboración para rato

La informática en la nube y, sobre todo, las herramientas de colaboración en cloud permitieron a miles y miles de empresas mantener la operativa y sus equipos funcionando cuando el país se encerró en casa para hacer frente a la primera ola de la COVID-19. De un día para otro, muchos se hicieron expertos en Zoom o Microsoft Teams

El caso de Teams es bien ilustrativo. Si en 2019 esta herramienta de videocolaboración que está incrustada en la suite Office solo tenía 20 millones de usuarios activos, hoy tiene más de 270 millones. En 2022, si hay una cierta vuelta a la normalidad tras la sexta ola, la de ómicron, no parece que los trabajadores vayan a olvidarse de estas herramientas. En todo caso, las alternarán con los encuentros físicos. 

La sostenibilidad es un deber

La crisis climática y la sostenibilidad del planeta han entrado con fuerza en la agenda pública y la mente de los consumidores. Y por eso hoy no hay empresa que se pueda permitir no tomar medidas de carácter medioambiental. Por cuestión ética, pero también de imagen y de sintonía con el mercado y con su base de compradores. 

Por eso, en 2022 veremos cómo muchas empresas abordarán el consumo de su factura energética y aplicarán lo que los medioambientalistas llaman las ‘cinco erres’: recicla, reutiliza, repara, reduce y recupera. También apostarán más por los productos locales e intentarán minimizar el uso del coche por parte de sus empleados, eligiendo emplazamientos céntricos o bien conectados por transporte público.  

No hay futuro sin formación continua

La formación continua de los trabajadores es uno de los talones de Aquiles de la economía española. Según datos de Eurostat, en España solo una décima parte de los mayores de 25 años continúa formándose a lo largo de toda su vida laboral, la mitad que en Francia y Holanda, y un tercio de lo que es habitual en Finlandia o Suecia. 

Sin embargo, en un momento de intensa digitalización y de cambios en el modelo productivo, las empresas tendrán que poner el foco en el reskilling y el upskilling. Es decir, en el reciclaje profesional y la mejora de los conocimientos. Para dotar a sus empleados de habilidades tecnológicas que les permitan sacar partido a la nube y a una nueva generación de software enriquecido por la inteligencia artificial, por ejemplo. 

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