Soy autónomo y me voy de vacaciones

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Soy autónomo y me voy de vacaciones

Demanda excesiva de trabajo, horarios extensos, plazos ajustados, fechas límite… El estrés es uno de los trastornos más frecuentes entre los más de tres millones de autónomos que hay en España, la mayoría personas físicas que no forman parte de ninguna sociedad, cooperativa u otra entidad.

Así, este colectivo se encuentra en una posición complicada a la hora de disfrutar de unas vacaciones: ser jefe de uno mismo significa poder cerrar la actividad en cualquier momento, pero a la vez dejar de tener ingresos y seguir pagando gastos.

Pero aunque sea difícil, es recomendable cogerse unos días de descanso para romper con la rutina del trabajo diario. Parar para recargar energía, desconectar para tomar perspectiva y volver con más fuerza.

5 razones por las que los autónomos «también» necesitan descansar

Siempre que se pueda, los expertos aconsejan tomar unas vacaciones y planificar ese periodo para que afecte lo menos posible a la facturación del trabajador y este pueda desconectar realmente. Sus principales consejos pasan por:

Crear un fondo para eventualidades

Es aconsejable ir creando durante el año un fondo que permita cubrir los gastos fijos durante los periodos de vacaciones, y también, incluso, para aquellos momentos en los que sea imposible facturar por otras razones.

Evitar darse de baja como autónomo

No es buena idea dejar de pagar la cuota de autónomos durante julio y agosto para ahorrarse gastos. De la cuantía que se paga a la Seguridad Social dependen la pensión, las bajas o la maternidad, y si el autónomo está disfrutando de bonificaciones como la tarifa plana, hay que saber que al volver a darse de alta ya no tendrá esas ventajas.

Para los autónomos en edades cercanas a la jubilación, este periodo vacío de cotizaciones podría comportar una disminución en su eventual pensión de jubilación.

Y aunque nada impida al autónomo darse de alta y de baja todas las veces que quiera, puede que la Seguridad Social desconfíe de que interrumpa de verdad su actividad mientras no cotiza, cuestionando la procedencia de su baja durante las vacaciones.

Aprovechar las fechas más tranquilas de trabajo para escaparse

Soy autónomo y me voy de vacaciones

Es conveniente determinar en qué semanas o en qué días habrá más clientes de vacaciones y, por tanto, un menor flujo de trabajo. Si la mayoría de los clientes estarán fuera la primera quincena de agosto, este será el momento perfecto para que el autónomo pueda disfrutar de unos días de descanso.

Adelantar trabajo

Es aconsejable planificar tiempo antes antes todo el trabajo que hay que dejar hecho para que durante las vacaciones nadie tenga que llamar por una incidencia y el relax no se vea alterado. Además, el autónomo desconectará realmente al no tener asuntos pendientes en la cabeza.

Establecer momentos de conexión

Para los casos de emergencias, es recomendable fijar un protocolo de contacto, del cual se habrá informado previamente a los clientes. Se puede facilitar un teléfono para estas situaciones, habiendo definido claramente qué es una emergencia.

Preparación previa al regreso laboral

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Unos días antes de volver a la rutina diaria, habría que empezar a moverse para reactivar el trabajo, hacer captación de nuevos clientes o contactar con los habituales para que la vuelta sea lo menos brusca y ajetreada posible.

Si al autónomo le es imposible cogerse un periodo relativamente largo de vacaciones para desconectar, puede plantearse organizar unas vacaciones cortas para, al menos, reducir el agotamiento mental. En todo caso, si la opción de tomarse unos días de descanso no es viable en ningún momento del año, hay que procurar disfrutar cada semana de espacios de recreo y ocio.

Con planificación, se puede conseguir unir unos cuantos días y tener unas vacaciones, por pequeñas que sean. Tal vez el primer año el autónomo solo junte algunos lunes, pero no hay que desanimarse, pues debe tener muy presente en todo momento que está luchando por sus sueños y que seguramente al año que viene tenga una semana fantástica de vacaciones, e incluso una quincena, aunque esos esperados días al sol en la tumbona no estén retribuidos y solo haya gastos.

Imágenes | iStock

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