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Pablo González, CEO de Trivu: “En España se apaga el talento formando para una sociedad que ya no existe”

El veinteañero que pueden ver en la foto que precede a estas líneas es cabeza visible y fundador de Trivu Etiqueta leer más, plataforma señera en captación y promoción de talento joven. Pablo González de la Torre (Sevilla, 1994) nació en la región que lidera por goleada el paro juvenil en Europa, dentro de un país que no anima a ganar tu primer millón antes de los 30, sino a hacer oposiciones y meter tu dinero en un piso.

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Nada de eso le impidió tomar las riendas de su vida y saltar a las páginas de la prensa económica como una de las referencias en la difícil tarea de conectar dos mundos a veces aislados: el de las empresas y el de la nueva generación de profesionales. Para ello, Trivu hace bandera de la metodología Open Talent, que se vale de los canales digitales para enlazar las necesidades de cada organización con los perfiles profesionales más adecuados.

En su conversación con Hablemos de Empresas, González de la Torre analiza los problemas del tejido productivo español de la misma manera en que hizo su carrera: desafiando a las convenciones y cuestionando los modelos establecidos.

¿Cómo se ha vivido en Trivu el estallido de la COVID-19 y la posterior evolución de la pandemia?

Ha sido duro, muy duro. Eso sí, lo que hemos aprendido no está escrito. Hoy, tras todo lo vivido, personalmente tengo mucho más claro cómo combinar mejor el optimismo ilusionante con el entendimiento y análisis objetivo de la realidad. Hemos asumido que la incertidumbre va a ser la nueva normalidad y que aprender a vivir con ella es la mejor manera de avanzar y crecer. Pero, sobre todo, hoy, soy consciente, más que nunca, de la importancia de rodearse de buenos profesionales, de grandísimas personas en tu día a día. Esta es la única y verdadera clave.

Desde el día uno siempre he dicho que lo peor que nos podía pasar a todos era salir de esta pandemia sabiendo, haciendo y pensando de la misma manera. Han sido meses intensos, donde todos hemos tenido que aprender que muchas de las cosas que nos parecían normales o garantizadas, no lo estaban tanto. Por así decirlo, nos hemos vuelto más humanos.

España sufre un gran problema de paro juvenil. ¿Hay una desconexión entre las universidades y el mercado de trabajo? ¿O es un problema de los canales de comunicación?

Hay una falta de visión de futuro y proyecto país tremendo. Seguimos pretendiendo y forzando que la gente se prepare para encajar en una sociedad que ya no existe, consiguiendo frustrar y apagar de forma continua todo el enorme talento que tenemos en España. No es un tema de comunicación, sino de fondo. Llegados a este punto, no se trata de evolucionar qué o cómo aprendemos, sino para qué lo hacemos. La formación tiene que dejar de ser un check que hacemos con la vida para poder pasar de nivel. Es insostenible. 

Eso sí, esto no va de quien tiene la culpa, sino de que podemos hacer entre todos, asumiendo cada uno nuestra responsabilidad, para ver cómo transformamos nuestro modelo educativo.

¿Es el open talent la respuesta a esta desconexión?

Podría llegar a serlo, pero, hoy en día, la propia regulación del mercado laboral y la cultura social y profesional que existe dificulta mucho que este nuevo modelo de trabajo pueda ser una realidad. Ojalá poco a poco consigamos entender todos que el talento vive en un mundo sin barreras y que intentar ir en contra de esta realidad no hace más que alejar la capacidad de cualquier empresa de contar con profesionales de una potencia tremenda.

La pandemia ha sido el vector de una mutación en el mercado laboral. ¿Se ha trasladado este cambio a los recursos humanos?

Absolutamente. En estos últimos meses hemos visto como en las grandes empresas se ha empezado a reconocer y valorar el tremendo papel y trabajo que llevan a cabo las funciones de recursos humanos. Es una pena que no haya sido hasta ahora que nos hayamos dado cuenta de que la gestión integral de las personas es la base y el corazón de cualquier organización. 

Eso sí, aún queda mucho por hacer. El mundo está atravesando una revolución acelerada sin precedentes, que está transformando la sociedad, y por lo tanto, las necesidades que las empresas cubren. Este contexto emergente fuerza a las organizaciones a replantearse como quien ser, cómo se estructuran además de cómo se dinamizan y activan interna y externamente. Falta aún, en muchos, pero no en todos los departamentos de recursos humanos, la conciencia, la convicción y la reacción necesaria ante su propio cambio cultural. Sin este primer paso, que lidere con el ejemplo, es complicado e incoherente que pretendamos impulsar la transformación del resto de la organización.

” position=”[CEO de Trivu]”] “Estamos pasando de una posición de superioridad o poder por parte de las organizaciones al contratar a relaciones de igual a igual”

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¿Cuál será la evolución futura de la tarea de detectar y reclutar los mejores perfiles profesionales?

La evolución va a suponer un cambio radical en el modelo. Vamos a pasar de un modelo centrado en captar y retener talento a un nuevo enfoque centrado en atraer y enamorar. Las organizaciones van a evolucionar hacia ecosistemas de personas mucho más ágiles, líquidos, abiertos y en constante movimiento. Es momento de desdramatizar las salidas y entradas de talento en nuestras organizaciones. Lo verdaderamente grave es que nadie quiera entrar, eso sí. Gracias a las redes sociales y el mundo digital en el que vivimos, el talento cada vez es más conocedor de cómo es una  empresa antes de entrar o no en ella. 

De la misma manera, una empresa puede hoy en día conocer más y mejor como es una persona antes de incorporarla a su equipo. De esta manera, estamos pasando de una posición de superioridad o poder por parte de las organizaciones al contratar a relaciones de igual a igual, donde la transparencia y el conocimiento previo entre ambas partes, antes de trabajar juntas, es clave.

El teletrabajo ahorra costes en cualquier sector que lo permita. ¿Apuestan de forma decidida las compañías españolas por el trabajo en remoto o prefieren un modelo híbrido?

Desgraciadamente, ya estamos viendo como muchas compañías, después de haber visto y vivido en primera persona que el teletrabajo tiene muchos efectos positivos, están provocando una vuelta total a las oficinas. En mi opinión, ni un extremo ni otro. Los modelos híbridos de trabajo han llegado para quedarse y aquellas empresas que se nieguen a verlo acabarán perdiendo una potente ventaja competitiva para atraer mejor talento.

Aún es pronto, pero las compañías y los profesionales tenemos que asumir que la COVID ha marcado un antes y un después en la forma que tenemos de relacionarnos y de trabajar. Ahora toca, empresa a empresa, caso a caso, identificar como queremos evolucionar nuestro modelo partiendo de tres ejes clave: la productividad, el bienestar y la conexión humana.

” position=”[CEO y fundador de Trivu]”] “No cometamos el error de vender que cualquiera vale para emprender. Hay que estar dispuesto a todo”

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¿Qué postura tienen ustedes hacia el presentismo?

Una muy sencilla y práctica: la cuestión no es donde estás trabajando ni cuanto tiempo lo estás, sino cómo eres capaz de hacer lo que haces, estando lo mejor posible y generando el mayor valor posible. Tal cual.

Se habla mucho de las vías de atracción de talento joven hacia las empresas. ¿Y a la inversa? ¿Cómo puede el talento joven hacerse localizar?

Hoy en día existen numerosas plataformas digitales de todo tipo que facilitan a las empresas la capacidad de llegar a todo tipo de personas, independientemente de dónde estén o lo que hagan. Sí que es cierto que las empresas tienen que asumir que los canales tradicionales y aburridos de captación de talento joven ya no funcionan. 

Pertenezco a una nueva generación que quiere ver cómo las empresas y marcas que la rodean son parte de nuestra vida, actuando de manera comprometida con todo aquello que nos preocupa, mueve y emociona. Si se trata de atraer talento joven, las empresas tienen que primero entender dónde estamos los jóvenes de manera natural, para luego poder generar experiencias únicas que activen todo lo mucho que pueden ofrecernos de manera diferente, participativa y dinámica. De hecho, hace apenas unos meses, desde Trivu cerramos un acuerdo estratégico con Linkedin para revolucionar en España la forma en la que empresas y talento conectan, se relacionan y trabajan juntas.

¿Qué tipo de incentivos no monetarios valoran más los jóvenes a la hora de decidirse por una oferta u otra?

Hay un punto clave que es la conexión con el propósito de la propia organización. Las nuevas generaciones buscamos, cada vez con más fuerza, darle sentido al qué y por qué de lo que hacemos profesionalmente. Sentir que nuestra esencia y autenticidad como personas no solo se respeta, sino que se potencia en la compañía en la que estemos. 

Adicionalmente, la capacidad de balancear nuestra vida profesional y personal y la oportunidad constante de aprender y crecer son también aspectos fundamentales. En el fondo, no creo que sea tanto cuestión de que es lo que buscan los jóvenes, sino que es lo que las personas de la sociedad actual buscamos hoy en día. Ese es el punto.

¿Y qué hay del emprendimiento? ¿Estamos ante una oportunidad para que la nueva generación asuma el reto de emprender a través de los canales digitales?

Emprender siempre está ahí, aunque no siempre sea una opción. En la última década hemos vivido una auténtica revolución que ha permitido democratizar la oportunidad, que no facilidad, de emprender. Hago esa diferenciación porque, gracias a la conectividad con la que vivimos, a una sociedad más global ni barreras y a un mundo de información ilimitado, todos estamos en un punto de partida que, comparándolo con hace diez, veinte o cincuenta años atrás, sin duda alguna, ofrece muchas más posibilidades para hacer y crear. 

Eso sí, no cometamos el error de vender que cualquiera vale para emprender o que hacerlo es todo un camino de éxitos. Hay que estar dispuesto a mucho, de hecho, a todo. Si se quiere apostar por un proyecto propio, como jóvenes, tenemos que asumir con conciencia y responsabilidad que nos adentramos en un camino de sacrificio absoluto. Lo que sí podemos vivir todos es la actitud emprendedora. Esa que te permite comerte el mundo cada día, en cada momento y en cada proyecto.

Por José Sánchez Mendoza

Imágenes | Trivu

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