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Orgullo friki: cuando mi trabajo es más friki que yo

Cuando Tod Browning estrenó la película Freaks en 1932 no podía imaginar que sus queridos frikis tendrían un día internacional en el que mostrar su orgullo. Ni que la palabra llegase a integrarse tanto en España que hasta la Real Academia la adaptase a su diccionario. Y mucho menos que todos fuésemos capaces de querernos así, tan frikis como nos pusieron en este mundo.

En sus primeros pasos en el vocabulario español, frikis eran aquellos que se pasaban el día jugando a la consola o viendo series anime. Puro desconocimiento. Los frikis son algo más complejo, seres extravagantes, diferentes, raros y… ¿auténticos? Para celebrar el día del orgullo friki el 25 de mayo, hemos recopilado nueve de los trabajos más rarunos que hemos encontrado. No son todos, ni mucho menos, solo los que más simpáticos nos han parecido.

Póster de la película Freaks, o La Parada de los Monstruos / Wikimedia Commons

1. Oledor de alientos (y no solo humanos)

Sí, meter la nariz en la boca de alguien y describir el olor que desprende es un trabajo real. No es fácil de conseguir, porque oledor de alientos se nace. No es algo que se pueda estudiar. La mayoría de estos trabajos se dan en fábricas de dentífricos y chicles y, también, de productos bucales para perros. Sí, si no llegaba con oler el aliento de tu vecino por la mañana, puedes especializarte también en halitosis canina.

2. Catador de comida para perros

Desde luego, el perro tiene que ser el mejor amigo del hombre. No solo queremos que su aliento huela a hierbabuena, sino que queremos que su comida sepa bien. Si es posible, que sepa tan bien que nosotros mismos nos la comeríamos. Catador de comida canina es también un trabajo real, aunque implica muchas más cosas que comer pienso. No, no se pasan todo el día atiborrándose de galletitas con forma de hueso.

Galletas para perros / Wikimedia Commons

3. Calienta-camas profesional

Parece raro, y por eso es friki. Algunos hoteles de alta gama pasan de las clásicas botellas de agua caliente y contratan personal para que caliente la cama de sus huéspedes antes de irse a dormir. Hace poco, la emprendedora rusa Viktoria Ivachyova saltaba a las portadas de medio mundo como la creadora de la primera start-up de calienta-camas profesionales. Real como la vida misma.

4. Arrastra-icebergs

Ya basta de bromas. No por friki todo tiene que ser gracioso. El de arrastra-icebergs es un trabajo serio y con mucha historia, casi tanta como el desafortunado incidente del Titanic. Además, es considerado uno de los trabajos más peligrosos del mundo. Con la subida de las temperaturas en el Ártico, cada vez más icebergs se acercan a las costas del Atlántico Norte y crece la demanda de estos profesionales. Así que podría decirse que, tristemente, es un trabajo de futuro.

 

5. Presentador de la teletienda

Otro trabajo friki con solera, un pionero, casi podría decirse que un héroe. Y es que hay que valer para presentar con la misma sonrisa un minigolf para el baño que una crema de baba de caracol. De hecho, contra lo que pueda parecer, el presentador de la teletienda está mejor pagado que muchos de sus homólogos menos frikis. En Reino Unido, un periódico respetable como The Guardian señala que pueden llegar a cobrar más de 65.000 euros al mes. ¿A que ya no nos reímos tanto?

 

6. Niñero de avestruces

La nueva moda entre los jóvenes australianos a los que cuidar niños no les supone suficiente desafío. Sin embargo, al parecer, ser niñero de avestruces no es demasiado complicado. Se trata de pasar las horas mirándolas y darles un toque si se picotean en la cabeza. Eso sí, cuidado con ponerse demasiado estricto con los ejemplares adolescentes, no hay quien discuta con ellos.

 

7. Professional mourner

Hemos escogido el término inglés porque parece más trendy. Pero, en realidad, este oficio tiene una versión española y es mucho más antiguo de lo que pueda parecer: la plañidera, una auténtica visionaria del mercado laboral friki. Su existencia está registrada desde el Antiguo Egipto y se trata de personas que reciben un salario por ir a un entierro y llorar. Al parecer, es también un negocio al alza en Estados Unidos. Por un frikismo sin fronteras, ni físicas ni temporales.

Las plañideras, pioneras frikis del Antiguo Egipto / Wikimedia Commons

 

8. Vendedores de descargas eléctricas

O vendedores de toques. Este trabajo, a la par de friki, es muy local y podría estar en peligro de extinción. Los vendedores de toques recorren los bares de México con una batería eléctrica a la espalda y dos cables pelados conectados. Al parecer, grupos de amigos que están de fiesta juegan a formar un círculo dándose las manos, agarrando los cables y formando un circuito cerrado. El toquero va subiendo la intensidad de la descarga hasta que alguno de los amigos no puede más y se suelta. Al final, todos le pagan algo, entre risas y pelos de punta.

9. Ordeña-serpientes

Quítatelo de la cabeza, no se trata de hacer queso curado de cobra de cuello negro. El ordeña-serpientes es, en realidad, un profesional que se ha preparado mucho para poder extraer el veneno de las serpientes. ¿Y para qué? Pues porque el veneno es el principal ingrediente de su propio antídoto. Así, los ordeñadores de serpientes no compatibilizan su trabajo con otras tareas similares con cabras, ovejas o vacas, sino que son una parte importante del personal de zoos y serpentarios.

Nueve trabajos que podían ser 900. Por el camino nos hemos dejado a los maestros de patos, mascadores de chicle, profesionales en disculparse, espantapájaros humanos o estilistas de elefantes. La extravagancia se adueña del planeta. Trabajadores del mundo friki, uníos.

Juan F. Samaniego

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