En un mercado laboral cambiante y dinámico, las habilidades laborales no son solo una etiqueta que añadir a nuestros perfiles sociales de LinkedIn o Infojobs. También son una palanca para el cambio de un modelo de negocio tradicional a un modelo basado en infoproductos en el que vendemos nuestro know-how.
La líneas de banda ancha de las que podemos disfrutar en nuestros domicilios han hecho posible que cualquier ciudadano pueda lanzar un programa de radio, un canal de YouTube o ponerse a escribir un libro que leerán millones de personas (si es bueno, claro). Los infoproductos empaquetan experiencia personal y la sirven en Internet, y casi todos tenemos experiencia que vender.
¿Qué es un infoproducto, y quién puede crear uno?
Piensa en algo que hagas muy bien, extraordinariamente bien, el tipo de habilidad en el trabajo por la que un par de compañeros se levantan a diario de sus puestos y cruzan la oficina en busca de tu ayuda. Si a ellos les hace falta esa información, es más que probable que al mercado también: ya tienes contenido.
Un infoproducto es un producto 100% digital diseñado, vendido y consumido en Internet o en medios digitales. Por ejemplo, un libro es un infoproducto si es un eBook, así como también lo es un MBA online o un curso MOOC. Aunque es complicado, casi todo el mundo tiene contenido para este tipo de productos.
En general, los infoproductos pueden ser de muchos tipos (literatura, videojuegos, música…), pero los que nos interesan como autónomos son aquellos orientados al desarrollo personal, aquellos que podemos ofrecer al resto de profesionales porque disponemos de ciertos conocimientos o know-how.
Un curso de Excel si como contables hemos usado esta herramienta durante décadas, mostrar cómo encuadernar un libros si tenemos un taller orientado a eso, grabar varias ponencias sobre optimización de espacio en viviendas si nos dedicamos a reformar pisos pequeños… Si es conocimiento, puede venderse.
Por supuesto, no es tan fácil como suena: el infoproducto ha de tener una muy elevada calidad para que sea comprado. No es lo mismo dar una clase una vez que grabar una clase maestra que será reproducida millones de veces. Además, la tenencia de un conocimiento no implica que sepamos enseñarlo.
Al igual que un ingeniero que busque montar una start-up ha de aprender sobre contabilidad y finanzas, un profesional que busque paquetizar un infoproducto tendrá que aprender a redactar, grabar en vídeo o maquetar audio, entre otras habilidades.
Algunas ventajas de los infoproductos que puedes usar como profesional
Pese a su dificultad inicial (no todos hemos salido con habilidades de youtuber), los infoproductos tienen una serie de ventajas respecto a los productos offline que merece la pena tener en cuenta. ¿Por ejemplo? En la venta de infoproductos, el coste marginal es nulo, o muy bajo, tanto en tiempo como en recursos económicos.
El coste marginal es, grosso modo, el aumento de coste que cada venta genera con respecto a la anterior. Por ejemplo, si tenemos una tienda, necesitamos invertir tiempo y dinero no ya para vender un objeto, sino para registrar una venta. Con los infoproductos, estas cantidades tienden a ser cero.
En este sentido, los infoproductos se asemejan a los ingresos “pasivos” que muchos autónomos buscan, aunque hay que tener en cuenta que sin una buena estrategia marketing es muy complicado que un infoproducto despegue.
Al ser productos digitales, cualquier persona del mundo puede acceder al mismo con una conexión a Internet y una tarjeta. Es decir, en la venta de un infoproducto no se está maniatado a una localización específica o a un cliente local, un handicap que limita mucho la posibilidad de crecer. En el caso de infoproductos en chino, inglés o español, contamos con la ventaja añadida de la extensión de estos idiomas.
Esta misma facultad hace que el modelo de negocio sea muy fácilmente escalable o, dicho en otras palabras, pueda ser internacionalizado, de modo que los beneficios resultantes se mantengan proporcionales sin aumentar los riesgos y sin grandes desembolsos de capital respecto a los ingresos esperados.
Hemos comentado previamente que todos disponemos de habilidades que otros profesionales demandan, y esa demanda eleva considerablemente el valor de los infoproductos. Un ejemplo: si me dedico a restaurar libros a 50 euros el libro de media, el conocimiento que permite esta ganancia será muchas veces mayor a 50 euros, dado que la habilidad permite al alumno multiplicar la tarea.
Los infoproductos se están posicionando como una rama más del sector de los servicios, a caballo entre la educación privada, la enseñanza específica y la consultoría, y tienen elementos de los MOOC o el coaching.
Son una muy buena alternativa profesional si disponemos de tiempo libre de cara a una monetización futura, porque cambia el sistema tradicional laboral en el que se cobra en base a las horas trabajadas por un modelo “pasivo” en el que una inversión inicial en tiempo da como resultado ingresos recurrentes.
Por Marcos Martínez
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