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¿Emprendedor novato? Estos son los 11 errores de primerizo más habituales

Equivocarse es algo habitual, sobre todo cuando no tenemos experiencia. Es más, equivocarse es algo inseparable del género humano. Aprender de los errores es, sin embargo, algo más complicado. Nos cuesta mucho aceptar las equivocaciones y extraer lecciones. Por eso, son muchos los que optan por intentar no cometer errores. Sobre todo, si, como emprendedor, un error dibuja la delgada línea entre el éxito o el fracaso de una nueva empresa. Estas son las 11 equivocaciones más habituales de un emprendedor novato. [poptv_related]

Ser emprendedor está al alza

Cada vez hay más emprendedores en España. Lo dice el Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) España 2017-18, elaborado por el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), la Asociación RED GEM España, la Fundación Rafael del Pino y el Banco Santander. La llamada Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) – que mide las iniciativas con menos de 3,5 años de vida – aumentó en 2017 un punto con respecto al año anterior (del 5,2% al 6,2%).

Además, la tasa de negocios consolidados con más de 3,5 años también ha crecido, lo que sitúa a España (7%) en la media de Europa. Mientras, ha decrecido el porcentaje de abandonos empresariales (1,9%). A la hora de emprender, el 68,5% de las personas lo hace porque detecta oportunidades en el mercado, mientras que al 28,3% lo impulsa la necesidad.

Datos aparte, es complicado alcanzar el éxito a la primera. Que la imagen de emprendedores que empezaron en un garaje y hoy dominan el mundo no nos obsesione: muchos proyectos fracasan al principio. Estos son 11 de los errores más comunes de la boca de emprendedores que los cometieron (y consiguieron superarlos). Todos son miembros de la asociación Young Entrepreneur Council (YEC).

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1. Intentar hacerlo todo uno mismo

No saber delegar es uno de los errores más habituales en el entorno laboral. Y una de las grandes losas de algunos emprendedores. Si se quiere alcanzar la perfección, confiar en el equipo es esencial. Si se intenta hacerlo todo sin apoyarse en los demás, al final se hará menos trabajo, de peor calidad y se malgastarán los esfuerzos.

2. No hacer autocrítica

A la hora de poner en marcha un proyecto, al menos sobre el papel, casi todo el mundo acude a un análisis de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Los llamados DAFO. Sin embargo, se puede caer en el error de no tomar en serio sus resultados. Conocer los puntos débiles de un negocio es esencial para corregirlos. Identificar las amenazas es clave para afrontarlas.

3. Arrancar sin haber investigado y sin conocer lo básico

A la hora de empezar, no importa lo mucho que se crea que la idea original es buena. Probablemente lo sea, pero no se sabe cómo funcionará en el mercado. Conocer el segmento en el que se comercializará el producto, su público objetivo y aprender los fundamentos básicos de hacer negocios es importante. Al fin y al cabo, emprender es, sobre todo, vender.

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4. Escoger mal los socios o los primeros empleados

Como no se puede hacer todo sin ayuda, el equipo cobra gran importancia. Por eso, se deben escoger con cuidado los primeros empleados y los socios para el inicio de una aventura empresarial. Además, en el caso de los trabajadores, se deben invertir recursos en su formación y adaptación al proyecto. Elegir un buen equipo, con un grado de compromiso elevado, ayudará a reforzar la confianza en él.

5. Dejar que terceras personas te hundan

Para hacer autocrítica y confiar en el equipo hay que saber escuchar. Sin embargo, muchos emprendedores coinciden en que hay que evitar que los miedos y el pesimismo de los que nos rodean minen nuestra moral. Las razones por las que criticar una idea desde fuera pueden ser de lo más variado. Hay que intentar quedarse solo con aquellas que parezcan honestas y objetivas.

6. No pedir ayuda

Está relacionado con todo lo anterior y, sobre todo, con la imagen de emprendedor exitoso que levanta un imperio de la nada. Sin embargo, lo que mejor se nos da a los seres humanos es jugar en equipo. Pedir ayuda al entorno, a los socios o a los propios empleados no es señal de debilidad. Es señal de que realmente estás implicado en hacer crecer tu negocio.

7. Ser inflexible

Un día cualquiera, al emprendedor se le enciende la bombilla. Se levanta de la cama con la mejor idea del mundo. Cuando la está poniendo en práctica, se da cuenta de que quizá el negocio no está donde pensaba. ¿Qué hacer? La flexibilidad es una de las grandes cualidades de los emprendedores de éxito. Saber identificar las nuevas oportunidades y aprovecharlas, aunque se desvíen de la idea original, es importante.

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8. Gastar poco o gastar mucho

El dinero es una de las grandes preocupaciones de un emprendedor. A menudo, parte de sus ahorros y la confianza de su círculo cercano están en juego. Obsesionarse con ahorrar no es el camino a seguir. No se debe tener miedo de gastar, sobre todo en el equipo y en la calidad del producto final. Al mismo tiempo, se deben evitar costes fijos, sobre todo si son elevados. Ni gastar demasiado poco ni gastar demasiado, lo importante es gastar con cabeza.

9. Desesperarse y tomar decisiones apresuradas

A menudo, empezar un negocio requiere tomar muchas decisiones en un corto espacio de tiempo. Sin embargo, se debe intentar, en la medida de lo posible, no tomarlas de forma precipitada. Una vez más, el entorno juega un papel crucial. Rodearse de gente con experiencia que participe de forma positiva es clave para no caer en la desesperación.

10. Dejar que el ego interfiera en el proyecto

Uno de los errores más habituales, extensible a la vida en general. Dejar que el orgullo interfiera en la toma de decisiones, impida pedir ayuda cuando se necesita y motive decisiones incorrectas minará los cimientos de un nuevo proyecto.

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11. Miedo al fracaso

Emprender es arriesgarse. Y el riesgo implica poder fracasar. Hay que ser consciente de ello desde el minuto cero. Por buena que sea la idea y por mucho capital inicial con el que se cuente, la posibilidad de fracasar está ahí. Sobre todo, si se comete alguno de los errores señalados hasta ahora. Equivocarse forma parte del aprendizaje y el fracaso de una idea no significa que el emprendedor no haya aprendido nada. Los novatos de hoy son los emprendedores experimentados del mañana. Los errores de hoy serán los fundamentos del éxito de la próxima aventura empresarial.

Por Juan F. Samaniego

Imágenes | Pexels, Pixabay, iStock

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