Casos de éxito: Carlota Pi, cofundadora y responsable de Operaciones y Desarrollo de Negocio de Holaluz

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Carlota Pi (Holaluz), la mujer que ha revolucionado el panorama energético español

Ingeniera industrial y madre de tres hijos, Carlota Pi lleva en su ADN las tres palabras mágicas del emprendimiento: “Nada es imposible”. En 2010, y tras trabajar más de 10 años en el sector de la energía en Alemania, Estados Unidos y el mercado español, decidió crear, junto a Oriol Vila y Ferran Nogué, Holaluz, una comercializadora de electricidad de origen 100% renovable que cuenta ya con más de 100.000 clientes. Compra la electricidad en subasta y presume de ofrecérsela a los usuarios a mejores precios que las compañías tradicionales. Con 125 empleados, una facturación en 2016 de 100 millones de euros y financiación ya ajena, Holaluz ha dejado de ser una startup para convertirse en una auténtica realidad en el panorama energético español.

Casos de éxito: Carlota Pi, cofundadora y responsable de Operaciones y Desarrollo de Negocio de Holaluz

Todo empezó en 2010. Entonces Carlota cursaba el Executive MBA de IESE Business School, un máster orientado a crear modelos de negocio disruptivos. Allí conoció a los también ingenieros Oriol y Ferran, como ella con amplia experiencia en el campo de la energía. Pronto congeniaron. «Nos entendíamos muy bien, con diferentes puntos de vista que se complementaban», contó Carlota a la revista ‘Forbes’ tras ser elegida en 2017 una de las 100 personas más creativas del momento. «Además, compartíamos valores y queríamos hacer algo». Entonces, a la madre de Ferran le llegó una factura de la luz de 700 euros. La compañía fue incapaz de ofrecerle una explicación. Esa experiencia les hizo tomar conciencia de que debían crear una eléctrica que aún no existía: transparente con el cliente y con la energía verde por bandera. En noviembre de 2010, Carlota, Oriol y Ferran unieron fondos propios para crear Holaluz.

«Entonces éramos una pequeña compañía luchando contra el inmenso oligopolio energético de facto. Aunque el mercado se había liberalizado, eran pocas las alternativas a las grandes compañías», recuerda Carlota en el blog de Holaluz. Sin embargo, tal como reconoce, desde el primer día tuvieron claro que querían liderar el cambio del modelo energético en España. «La voluntad de hacer las cosas más sencillas y transparentes, así como el hecho de ser gente normal y corriente«, según relata, les permitió ir salvando la brecha entre ellos y las grandes compañías. «Y poco a poco fuimos encontrando a miles de valientes que también creían en la necesidad de un cambio real«.

Luz, gas e instalaciones de autoconsumo

Casos de éxito: Carlota Pi, cofundadora y responsable de Operaciones y Desarrollo de Negocio de Holaluz

2013 supuso un punto de inflexión. En octubre de ese año, Holaluz ganó el concurso de compra colectiva de electricidad de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), sumando más de 25.000 nuevos clientes y ganando mucha notoriedad de marca, hasta llegar a los 35.000. Hoy, cuenta con más de 100.000 clientes. «La gente no tiene que conformarse con su proveedor de energía si no está a gusto. Y eso mismo nos lo aplicamos a nosotros mismos, ya que no exigimos permanencia de ningún tipo. Queremos que quien esté con nosotros, lo haga porque está a gusto y porque cree en nuestra forma de hacer las cosas», dice Carlota.

En la actualidad, Holaluz ya no es un «bicho raro», pues en los últimos años muchas otras compañías eléctricas se han convertido en una alternativa real a las tradicionales. «Nosotros, por ejemplo, además de ofrecer estabilidad y ahorro con precios fijos, que siempre serán los más justos que podamos conseguir (sin más, sin descuentos trampa), apostamos por convertir a nuestros clientes en dueños reales de su energía«, cuenta esta emprendedora en el blog de la comercializadora. «Por eso, además de luz y gas, ofrecemos también el estudio y montaje de instalaciones de autoconsumo y de puntos de recarga para coches eléctricos».  De hecho, Holaluz fue la primera eléctrica en instalar, en 2017, placas solares en una vivienda de Rubí (Barcelona) para el autoconsumo compartido entre vecinos.

De consumidores a prosumers

Casos de éxito: Carlota Pi, cofundadora y responsable de Operaciones y Desarrollo de Negocio de Holaluz

Desde los inicios, la sostenibilidad y la eficiencia energética han movido los pasos de esta empresa. «En su día conseguimos ser 100% verdes gracias a nuestra representación de productores de energías renovables en el mercado mayorista y, con ello, estamos logrando que ese mercado, en el que compramos todas las compañías, sea cada vez más verde«.

Su objetivo más inmediato es «seguir creciendo en número de clientes, porque cuantos más seamos, más energía verde aportaremos al mix del mercado», y «acompañar a nuestros usuarios en el camino de la transición energética, devolviéndoles el poder que deben tener sobre su energía«. En este sentido, a largo plazo, el reto más ambicioso es «llegar a 500.000 clientes a finales de 2020 y construir un sistema que se convierta en un nuevo estándar para la vida de los ciudadanos». Un sistema que, basado en el uso racional de la energía, su almacenamiento y la autoproducción, haga de las personas «prosumers, es decir, productores y consumidores capaces de administrar su propia energía”.

Por Patricia Martínez

Imágenes: Holaluz

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