Empresa

En esta empresa saben cuánto gana cada uno (y no pasa nada)

Poca gente dice abiertamente cuál es su salario. Ni siquiera los funcionarios públicos, pese a que sus rangos salariales están más determinados.

Aunque el salario base pueda ser el mismo entre dos trabajadores de una misma compañía, aspectos como trienios y quinquenios, pluses por competitividad y rendimiento laboral o aumentos de sueldo concedidos por el inmediato superior, pueden marcar una (importante) diferencia entre ellos.

Sin embargo, hay empresas en los que se dice abiertamente cuál es la nómina de cada uno de los empleados: desde el jefe hasta la última incorporación. Algo que, aseguran, mejora el clima laboral.

Transparencia vs. pasillos

Juan Luis Polo, director corporativo de Good Rebels, defiende que en las empresas se aplique este nivel de transparencia, que califica como “radical”.

“Soy socio en mi empresa y todo el mundo en Good Rebels sabe lo que cobro: mi remuneración, si tengo algún tipo de bonus, el coche de empresa… y el monto total que ha pagado la empresa por mi coche”, asegura. Pero no solo su salario es público. “También entre el resto de compañeros saben lo que cobran”.

Quizá todos hayamos vivido alguna situación laboral en el que algunos empleados no consideraban justa su remuneración comparándose con el compañero. Este nivel de transparencia, ¿no genera malos rollos precisamente por estas comparaciones? “Según nuestra experiencia, son mucho peor los pasillos. En cambio, si transmites las cosas a las claras, lo que vives es el ahora”, defiende Polo.

Ese sitio en el que la gente quiere trabajar

Aunque este responsable asegura que no tienen “el suficiente dinero para pagar mucho a la gente”, como toda empresa, quieren tener el mejor talento. ¿Cómo lo logran? “Valorándoles, sabiendo que no les vas a poder pagar lo que merecen”.

¿Y cómo consiguen atraer ese talento cuando tampoco eres una de las grandes? “Tienes que hacer de tu empresa ese sitio en el que la gente quiera trabajar”. Polo defiende que todos los que trabajan en su compañía son adultos y “saben lo que hay y a lo que vienen” y define esta relación laboral como una relación de pareja. “Y, como tal, hay tres fases: enamorar, convivir para que dure y termine bien”.

En la fase de enamorar, este directivo considera que la transparencia es fundamental para crear una empresa con la relevancia suficiente para que otros hablen de ella. En la fase de convivencia, reclama medidas que generen sensación de grupo. “Nosotros llevamos a cabo desayunos semanales. Son casi un momento de formación, en los que paras. Es una hora sin (en teoría) productividad, pero en la que estamos con alguien que nos hace pensar y motivarnos”.

Tú me valoras, yo te valoro

Además, este directivo explica que en su empresa la valoración de los empleados no es vertical, sino también horizontal. “Todos nos valoramos unos a otros, estableciendo incluso unos KPI”. Algo que permite que todo el mundo conozca cómo es percibido por sus compañeros.

Este directivo reconoce que no son medidas al uso y que hay que estar preparados para asumirlas y gestionarlas. Por eso también hacen reuniones todos los meses con un grupo máximo de 12 personas. “Detectamos a los que creemos pueden ser los líderes del futuro de la empresa y empezamos a trabajar con ellos. Les ayudamos a saber cómo se perciben las cosas y cómo se gestionan”.

Así, en estas reuniones se plantean medidas novedosas. ¿Tiene que haber vacaciones sin límites? “No creo en el modelo de vacaciones cerradas y estancas. Cuando cogen vacaciones es porque el equipo se ha organizado”. También se aborda el fomento del teletrabajo. “Las oficinas solo son negocios para aquel que las alquila. Si alguien cree que una empresa hace negocio en una oficina se equivoca”, sentencia. Con estas sesiones, el equipo directivo de Good Rebels intenta “ayudar a construir y desarrollar estos líderes de la empresa”.

Además, desde hace cuatro años la reunión del comité de dirección, donde se ven los números de la empresa, los proyectos y el estado de las cuentas, es pública. “El tercer miércoles de cada mes, a las 15,30 horas, para que todas las oficinas se puedan conectar, nos escuchamos todos. Todos pueden ver y escuchar la rendición de cuentas y si los números están en objetivo, por arriba o por abajo, y cómo se resuelven estas situaciones”, sentencia Polo.

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