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¿Por qué el deporte sigue siendo el gran sistema de coaching?

Ya sea una disciplina individual o en equipo, el deporte sigue siendo uno de los mejores ejemplos y sistemas para el coaching, esos mentores y entrenadores que son capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos.

El liderazgo ha sido considerado una parte esencial del negocio y la sociedad. Desde hace tiempo, muchas empresas y organizaciones consideran que el coaching (o entrenamiento) deportivo es algo que puede ser un claro ejemplo de un rol que requiere liderazgo.

El entrenador, ¿líder o facilitador de líderes?

El deporte profesional se utiliza en no pocas ocasiones como un ejemplo cercano a los entornos corporativos, por lo que son varios los intentos de analizar a los entrenadores como verdaderos líderes.

La idea de que los entrenadores juegan este rol de liderazgo (tan necesario también en las empresas) ha sido explorada principalmente en el deporte juvenil y el atletismo universitario. Pero, como en casi cualquier estudio de liderazgo, los resultados no han estado exentos de polémicas.

Por ejemplo, en Australia se han llevado a cabo entrevistas semiestructuradas con doce entrenadores profesionales de la Liga Australiana de Fútbol (AFL). A los entrenadores se les preguntó acerca de sus papeles y las formas en las que desarrollan su trabajo.

Las conclusiones son que los entrenadores tienen relaciones cercanas con su personal auxiliar y sus jugadores. Los entrenadores facilitan y empoderan para lograr el desarrollo del jugador. Sin embargo, los entrenadores eran reticentes a describir sus actividades como líderes, otorgando este papel a sus jugadores. Es más, se consideraban como meros artífices para desarrollar a esos jugadores como líderes en el terreno de juego. Esta investigación sugiere que el liderazgo, como lo hemos entendido hasta ahora, no se refleja ni se representa en la forma en que estos entrenadores perciben su trabajo.

 

Un proceso en revisión

Sin embargo, el coaching ejecutivo ha crecido significativamente en la última década como una importante intervención de consultoría organizacional.

Pese a este auge, aún está por definir claramente lo que es el coaching ejecutivo, así como su proceso y métodos, o lo que le diferencia de otras formas de coaching. Se está trabajando en una serie de sugerencias sobre el conjunto de perspectivas, principios y enfoques necesarios para guiar su práctica profesional.

También se debate sobre el conjunto de competencias básicas que los entrenadores ejecutivos profesionales deberían tener y se exploran las implicaciones de cómo seleccionar un entrenador, cómo prepararse para una práctica de coaching ejecutivo y cómo entender por qué ciertas intervenciones de estas prácticas son más eficaces que otras.

Conocer a la persona en todas sus vertientes

«Los entrenadores realmente buenos no limitan su relación con sus jugadores al ámbito atlético». Frank Mulhern, decano asociado de investigación en la Facultad Medill de Periodismo de la Universidad Northwestern, destaca que los entrenadores (o coaches) deportivos conocen toda la vida y los aspectos personales de sus jugadores, lo que les ayuda, en su opinión, a “entender y enriquecer la vida entera de la persona, no sólo su relación de entrenamiento y trabajo».

Mulhern también ofrece una serie de pautas que distinguen, en su opinión, a los buenos entrenadores. Unas notas diferenciadoras que se pueden extrapolar al mundo de los negocios.

– Cultura de respeto. Fomentar esta cultura en todo el espectro, y no solo entre entrenador y jugador o gerente y empleado. No debe tolerarse cualquier tipo de falta de respeto.

– Atención individual. «Los entrenadores entrenan a todo un equipo, pero realmente entrenan a los individuos uno a uno», asegura Mulhern. Aunque este experto reconoce que trasladar esto a la gestión empresarial es muy difícil, también advierte que la estandarización podría limitar la atención individual».

– Comunicación. Los entrenadores deben corregir a sus pupilos las cosas que hacen mal. Pero la comunicación de esos fallos debe trasladar un mensaje positivo para que no deje un mal sentimiento.

– Orgullo y sentido de pertenencia. «Los entrenadores hacen que sus jugadores se sientan orgullosos del equipo y ponen mucho énfasis en ello porque saben que eso conduce a un mejor rendimiento», sentencia Mulhern. «Esa sensación de que la gente está orgullosa y siente realmente que pertenece a algo positivo tiene un verdadero poder en el negocio».

Una buena manera de que las empresas incorporen estas ideas en el desarrollo de su fuerza de trabajo es hacerlas partícipe de su cultura organizacional e incluirlas en cómo se desarrollan los gerentes.

– Respuesta a las necesidades. El entrenador es responsable ante los jugadores, pero no debe solo dejar caer sus mensajes, sino preocuparse y, en cuenta medida, servir a quienes están a su lado y a su servicio.

 

Algunos nombres buenos

Así pues, el coaching deportivo profesional aplicado a los negocios intenta aplicar las mejores prácticas probadas con éxito de los entrenamientos deportivos profesionales y trasladarlas a los gerentes para traducir esas prácticas en resultados.

En Estados Unidos existen varios cursos y titulaciones que ponen nombre a estas experiencias. En España, son varios los deportistas que, una vez acabada su carrera profesional como atletas, se han dedicado a ser entrenadores, tanto en el terreno deportivo como en el de los negocios. Josef Ajram, Felix Carnero, Jorge Valdano o Conchita Martínez son solo algunos de estos nombres.

Por Arantxa Herranz

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